Noticias de Cantabria
05-05-2014 21:51

“Júzguenme por lo que hago, no por lo que digo”.(Javier Nart)

Personalmente me resulta curioso, cuando menos, que en el país de los indignados, donde hemos visto a miles de personas clamar por una regeneración democrática e incluso por una “democracia real ya”, el acto más básico y representativo de la democracia produzca pereza o resignación.

 

Este mes de mayo se presenta con una importante cita que, estoy seguro, muchos afrontan con desilusión pero que es de suma importancia: las elecciones europeas. Personalmente me resulta curioso, cuando menos, que en el país de los indignados, donde hemos visto a miles de personas clamar por una regeneración democrática e incluso por una “democracia real ya”, el acto más básico y representativo de la democracia produzca pereza o resignación. Es verdad que no carece de cierto sentido también, que nos embarguen estas sensaciones habida cuenta de que quienes debieran fomentar lo contrario se esfuerzan, tanto por acción como por omisión, en extender y alentar al descreimiento de la sociedad en su clase política.

 

Pero es por esta última razón por la que las elecciones, ya sean a Europa, regionales o nacionales, cobran mayor importancia. Habiendo visto lo que nos depara bajo el gobierno (desgobierno en algún caso) de la “casta política” es el momento para que los ciudadanos demos un paso adelante y nos responsabilicemos del presente y futuro de nuestra sociedad.

 

Ese presente y ese futuro pasan, de forma más inmediata, por las elecciones que celebraremos el próximo 25 de mayo. En un mundo cada vez más global donde la tendencia es, o ha de ser, unirnos con nuestros vecinos para poder ser más competitivos. Ese es el germen, el porqué, de esta Europa unida en la que vivimos. Una Europa que vive un momento crucial en el que tiene que quitarse las ataduras de la mentalidad reduccionista que solo ve lo que tiene bajo sus pies y empezar a dar pasos de gigante hacia unos Estados Unidos de Europa, hacia una unión de verdad, porque la fuerza de la Unión será superior a la de 28 cabezas desunidas e individualistas, por más que algunas hablen alemán.

 

Pero ¿somos conscientes de la importancia que tiene Europa en nuestro día a día? ¿Realmente nos vemos afectados por las decisiones del parlamento europeo? A esta última pregunta la respuesta es clara: SÍ. Dar una cifra de la importancia que tienen las decisiones que en Europa se toman en nuestro día a día resulta complicado, pero en cualquier caso el porcentaje sería, sin duda, altísimo.

 

Problemas como el cambio climático, reconocido más que de sobra por la comunidad científica internacional, se combaten desde Europa donde se discuten y se promueven las directivas energéticas que cada estado ha de trasladar a su propia jurisdicción. Es desde el parlamento europeo desde donde se marcan las limitaciones de cada país en materia de emisiones de dióxido de carbono (CO2) y donde se estipula el objetivo de reducción de estas emisiones de cara al futuro. También establece la reglamentación y vela por el cumplimiento de la misma en el denominado mercado de emisiones que permite a empresas y países “comerciar” con el margen de emisiones que no tengan necesidad de cubrir. Todo lo relacionado con las directivas de emisiones tienen un peso importante en el tejido industrial de cualquier país, lo que convierte a las decisiones del parlamento europeo en esta materia en claves para el funcionamiento del sector industrial.

 

Por otro lado, y como hemos podido comprobar en los últimos años, las políticas fiscales de los países se ven afectadas por lo que Europa decide. Hemos vivido los diferentes “ajustes” que nos han llegado impuestos y cuyo objetivo era igualarnos, en algunas y solo algunas, con nuestros vecinos europeos. También en materia económica estamos cercanos a ver la unidad bancaria que, grosso modo, vendría a atajar futuros problemas, semejantes al que hemos sufrido en nuestro país con las cajas de ahorros, para que en esos supuestos no tuviéramos que ser los contribuyentes los que cubriéramos las pérdidas, o faltas de liquidez, de los bancos.

 

Otro tema fundamental sobre el que decide Europa y que nos toca muy de cerca son las cuotas ganaderas y pesqueras. Recientemente podíamos leer en un importante periódico de la región un extenso artículo sobre el sector lechero en nuestra comunidad. Es Europa quien determinó las cuotas lácteas y es desde el parlamento europeo donde se estableció que a nuestra pequeña comunidad le correspondía un máximo de 6,5 millones de toneladas cuando consumimos 9 millones. Esto supuso un duro golpe para el sector lácteo en nuestra región, desde 1993 han desaparecido el 85% de las explotaciones ganaderas, el que fuera uno de nuestros motores económicos se ha visto reducido hasta casi la extenuación. Con la desaparición del sistema de cuotas se presenta un panorama desfavorable para nuestros productores, que se ven en desventaja ante los grandes productores. Es en Europa donde hay que defender los intereses de nuestros productores.

 

Los ejemplos son muchos y muy variados, pero la conclusión es siempre la misma: el parlamento europeo es decisivo. Y precisamente por eso cobran gran importancia las elecciones del 25 de mayo. Pero aún más importancia si cabe tiene que mandemos a las personas adecuadas a defender nuestros intereses. ¿Podemos confiar en aquellos que han incumplido hasta ahora? Los que han estado ahí y no han hecho nada por cambiar ¿lo van a hacer ahora? Permítanme que lo dude. No podemos caer en el error de pensar que quienes han generado esta situación, quienes han pergeñado este sistema partitocrático cuyo único fin es gobernar las instituciones, no dirigir a la sociedad,  vayan a cambiarlo ahora. Como comencé diciendo es el momento para que los ciudadanos tomemos las riendas de nuestra sociedad, para que quienes nos representan lo hagan de verdad y para que el ciudadano esté en el centro del proyecto político europeo y no apartado durante años hasta que la partitocracia recuerda que hay elecciones.

 

La suerte quiere que en estas elecciones vayamos a tener más opciones donde elegir que nunca, con el añadido de poder votarlas en toda España, sean grandes o pequeños partidos o con origen en una u otra región de nuestro país. Así que miren, comparen y elijan si encuentran a alguien que les convenza, nos jugamos mucho, pero como dice Javier Nart, número 1 en las listas de Ciudadanos (C’s), “Júzguenme por lo que hago, no por lo que digo”.

 

 

 

 

(Vocal de la Junta directiva de Ciudadanos (C’s) Cantabria) 

 

 

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