Noticias de Cantabria
12-08-2014 12:41

Si hay alternativa

Juan Manuel Ruiz Gutiérrez.- Existe alternativa a la actual situación pero para llevar a cabo el cambio se necesita mucha valentía. La idea fundamental es cambiar un Estado que está al servicio del capital por un Estado al servicio de la sociedad, es decir, un mayor dominio estatal que disponga del control de una parte importante del sistema financiero al servicio de los ciudadanos.

Ahora, en un momento de descomposición del Estado de bienestar, más que nunca debemos romper lazos con quienes desde una posición de poder hacen y deshacen a su antojo, no hay que tener miedo para llevar a cabo una revolución de reformas y cambios que nos permitan cambiar el rumbo neoliberal de nuestra sociedad que nos marcan los nuevos marineros del siglo XXI, un rumbo mar adentro, sin pensar que a destino solo llegaran unos pocos, los más poderosos del barco, mientras que los más débiles reman y reman a base de mentiras y esperanzas falsas para morir en mitad de la travesía.

Los Socialistas no podemos perder más tiempo, no es el momento de batallas pasadas que no hacen más que distraer la atención de lo importante, no es el tiempo de conflictos personalistas, no es el tiempo del egocentrismo. Estamos en el tiempo del cambio, en el tiempo de generar la ilusión necesaria para recuperar la masa social de izquierdas perdida, unos ciudadanos y ciudadanas que necesitan ver un partido cohesionado con proyecto de futuro que genere la esperanza y la luz a mucha gente que, en estos momentos, lo está pasando mal y ha perdido la confianza en la clase política y en la propia sociedad democrática.

Los Socialistas hemos levantado cada pilar del Estado de bienestar: educación, sanidad, prestaciones sociales y el último, recientemente incorporado, desarrollo de la Ley de Dependencia, servicios que no se rigen por la mecánica de la oferta-demanda o de mercados-precios, sino que son proveídos por el Estado. Estamos orgullosos de haber conseguido los logros más importantes de nuestra sociedad. Por tanto,  el nuevo proyecto socialista no debe perder las señas de identidad de un partido de 130 años de historia, señas como la igualdad, la solidaridad y la justicia social. En este momento de crisis económica que ha sido originada por las obvias contradicciones del actual sistema capitalista debemos marcar prioridades, tales como: restablecer el crédito, sobre todo a las pequeñas y medianas empresas que son las que tienen hoy, más dificultades, la lucha contra el fraude fiscal, la reforma del sistema tributario, la modificación del actual sistema de deducciones fiscales y la estimulación del reparto del trabajo. Necesitamos reformar la Constitución, el Sistema Electoral o el actual Sistema Parlamentario, así como eliminar otras reformas legislativas de siglos pasados como las que afectan a la educción o al ámbito laboral. Por tanto, medidas orientadas a recuperar la pérdida de derechos en todos los sectores, recuperar la credibilidad necesaria que nos permita volver a gobernar para, sobre todo, recuperar la dignidad democrática y una mayor igualdad.

El cambio es posible, un cambio desde la base, un cambio desde la Educación, recuperando el respeto y la empatía, que venga de arriba hacia abajo, empezando con las relaciones que los ciudadanos y ciudadanas tienen con los actores principales de la sociedad. Cambiar las relaciones de superioridad por su oligopolio de las grandes empresas de telefonía, luz,  gas,  bancos o cajas con los ciudadanos y ciudadanas. La empatía debe nacer desde el Estado, un Estado empático es un Estado que está al servicio de la sociedad, solo así empezaremos a enseñar a las nuevas generaciones que un mundo más solidario y más digno es posible.

Necesitamos un Estado más fuerte, y por tanto no más débil, un Estado más eficaz y más  productivo que, en general, la empresa privada. Un Estado que no lleve a cabo amnistías fiscales ayudando a los amigos de turno a costa del obrero, un obrero que le recortan y le recortan para salvar Bancos y Cajas con el dinero de todos, para luego malvenderlo y dejar miles y miles de millones de euros a la espalda de los de siempre.  

Sociedades movidas por el poder, el dinero y la codicia, son sociedades que van hacia la autodestrucción, en contra de la evolución justa y equitativa de las mismas, en la búsqueda del aumento de derechos y libertades, donde un Estado Social y Democrático de Derecho, como así lo dice la Constitución, debe cumplir fielmente tales principios. El Gobierno debe ser solidario donde debe serlo, que es en los Presupuestos Generales del Estado,  reservando partidas para salvaguardar las necesidades vitales de todos y todas, como así también recoge nuestra Constitución. Un Estado que garantice por ley los fondos sociales, asegurándolos por encima del iluminado de turno que prefiera gastar esas partidas en eventos que, únicamente, genera votos a pesar de la desigualdad y pobreza existente.

Son muchas las reformas que hay que llevar a cabo, pero hay que saber hacia dónde realizarlas, no se puede reformar y reformar solo a base de políticas conservadoras que fraccionan y debilitan más a la sociedad, una sociedad que está en precario, gritando para que el Estado lo escuche, pero mira hacia otro lado, excluyéndoles brutalmente de una sociedad a la deriva. Hoy es el mejor momento para aplicar las ideas y proyectos de la SOCIALDEMOCRACIA, pues es el camino para recobrar una mayor igualdad que objetive la justicia social.

Tiene que llegar el momento de que las compañías que hacen negocio con las necesidades vitales de la gente estén en manos públicas y que se basen en el bien común y no en la explotación del hombre por el hombre, anteponiendo el beneficio al sufrimiento del ser humano.  No nos engañemos, no es populismo, es una realidad y aún más, es una necesidad. La realidad es tozuda, en el año 2013 se han beneficiado directa o indirectamente de la ayuda Cáritas Diocesana de Santander 18.000 personas en Cantabria, lo que supone un 12% más que el año anterior.  Datos espeluznantes cuando empiezas a conocer que los recursos invertidos por la organización en atención primaria se han incrementado un 25% respecto al año anterior hasta los 1.080.000 euros. Si valoramos esta cifra, certificamos la convicción antes expresada, que con las necesidades vitales no hay negocio posible, es inaceptable que 415.000 euros hayan sido para vivienda y gastos del hogar, es decir, alquileres, agua, luz, gas, etcétera. La lectura es que es preferible que las grandes empresas mantengan sus salarios y beneficios multimillonarios a costa de la gente en riesgo de exclusión social. Este no es el camino.

Tú eliges, tú decides, yo quiero lo que quiere la gran mayoría de la gente, y solo porque unos pocos aunque se llamen "el poder" no quieran, no debemos pensar que es imposible, ahora más que nunca el cambio y la reforma hacia una sociedad más justa, es imprescindible. Hay que actuar, hoy es el momento histórico que puede marcar nuestro devenir.

 

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