La regeneración necesaria

La desafección y el desencanto de la ciudadanía hacia la política y la forma en que se ejerce actualmente en nuestra sociedad amenaza la credibilidad de nuestro sistema democrático y llega a poner en duda incluso los logros de la llamada “Transición” que sacó a España de una dictadura de 40 años y la situó en el camino de la modernidad. Poco a poco, lentamente, nuestro sistema  se nos ha ido gastando entre las manos hasta aparecérsenos hoy, frágil y rompedizo, en un contexto de corrupción insoportable.

Quien más y quien menos clama por una regeneración ética que nos permita reconciliarnos con nuestra historia y hacernos cargo de nuestro presente, que nos devuelva el control sobre la “cosa pública” y restituya el poder a quien realmente lo tiene: la ciudadanía libre y responsable.  Pero parece haberse impuesto en la sociedad la idea de que esa regeneración ética tiene que ver sólo con la política y las personas que la desempeñan, y yo, que asumo que es posible hacer otra política diferente,   honorable y abnegada, creo que esa renovación necesaria afecta al conjunto de la sociedad.

Somos los ciudadanos y las ciudadanas los que construimos y definimos la sociedad. Somos cada uno de nosotros en nuestro ámbito, pequeño o grande, con nuestras acciones cotidianas, los que dibujamos espacios limpios y transparentes o agujeros sucios y opacos que no dejan pasar la luz. No podemos eludir nuestra responsabilidad cívica. No debemos ocultar nuestra competencia haciendo recaer la culpa de nuestros males en unos políticos a los que nosotros hemos elegido, que nosotros hemos seleccionado para que gestionen nuestro poder atendiendo a los criterios que nos han parecido más adecuados.

El resultado de las elecciones del día 24 será el que todos nosotros queramos que sea, pero no marcará un fin sino un principio porque no acaba ahí, en el hecho de votar y decidir,  el cometido de la ciudadanía y su responsabilidad en la regeneración de la sociedad,  hay que hacer más. 

El ciudadano tiene que exigir a quienes se dedican a la política, a los que nos dedicamos a la política, una nueva forma de hacerla en la que la decencia y los valores éticos sean rasgos predominantes. Tiene que premiar estos valores y condenar los opuestos, y tiene que hacerlo practicando en su día a día aquello que demanda, porque esta sociedad no puede más y necesita creer de nuevo en sí misma para afrontar su futuro.

BLANCA ROSA GÓMEZ MORANTE

CANDIDATA A LA ALCALDÍA DE TORRELAVEGA POR “TORRELAVEGA SÍ”