Noticias de Cantabria
25-02-2008 09:33

¿Existencia o fin de las ideologías?

Hace algunos meses leí la opinión de Umberto Eco, argumentando en contra de la pervivencia de las ideologías. Confieso que me sorprendió en el autor, y en vísperas de una importante cita electoral, me parece oportuno volver sobre el tema.

Ciertamente, las modas intelectuales poco documentadas hablan de la post-modernidad, del carácter prescindible de las ideologías y consiguiente liquidación de la memoria histórica, apuntalando a una democracia post-moderna resultado de la disolución de lo político, lo cultural y lo social.

Así, cuando F. Fukuyama (1989 y 1992) esgrime su tesis determinista del fin de la historia, quiere poner de relieve que se acabó la ilusión. Y parece revestirlo de una buena nueva, esto es, la inevitabilidad de una única forma de organización social: el triunfo del capitalismo neo-conservador hacia el que evoluciona la humanidad. Es la consecuencia de la  liviandad de muchos juicios actuales, que llegan a la conclusión de que no existen diferencias entre  ideologías.

Esta entrega a la moda de los tiempos del relativismo, la ausencia de convicciones morales fuertes, la ola de vacío programado a través de los medios de comunicación de masas (F. Jamenson), la era del pensamiento único, han hecho lo posible para justificar la  acumulación capitalista post-industrial, el ocaso de toda dimensión histórica, y la consiguiente negación de cualquier posibilidad transformadora.

Además, la crisis o las dificultades del Estado del bienestar, contrastan con la fuerte pujanza del pensamiento neoliberal, que respeta la libertad pero llega a lo sumo a aceptar la igualdad de oportunidades, y se opone a la utilización del Estado para la transformación social. El  fracaso de la economía  planificada, ha allanado el camino a la defensa a ultranza del libre mercado y la reformulación de las tesis del Estado mínimo, rompiendo el anterior equilibrio de poder entre los gobiernos nacionales y los intereses empresariales, con la imposición del denominado  globalismo y la mundialización del mercado (U. Beck). Únicamente existiría así el progreso tecnológico, que reafirma por demás el carácter inevitable de la implantación del mercado y la democracia neo-liberal.

Por el contrario, entendemos subsisten buenos argumentos a favor de la persistencia de las ideologías. Porque, únicamente desde una perspectiva, a su vez, ideológica, puede sostenerse la inexistencia de ideologías, o mantener que sólo hay una idea o un conjunto sistemático de ideas, posición abocada a demostrar el triunfo del mercado.

Quizá movimientos homogéneos como comunismo, socialismo, fascismo o conservadurismo, sí adolezcan de cierta (o importante) crisis, y ahí pudo tener parte de razón la tesis neoconservadora de D. Bell; pero con frecuencia se olvida que este último asimismo escribe: “las diversidades económicas, políticas y culturales son aún demasiado grandes como para que estemos en disposición de contemplar una sociedad mundial única, al menos dentro del próximo siglo”; e incluso las tesis de otro neoconservador como Fukuyama que enlazan con las anteriores, han sido objeto de acusada vulgarización. Y como frecuentemente se recuerda, el  11 de septiembre constituye el mejor argumento de refutación de tales tesis. 

Al menos en sus principios fundamentales, por tanto, las ideologías siguen objetivamente existiendo como parte integrante de la política, demostrándose de manera sistemática en cada actitud, en cada decisión política, sobre todo en relación con la igualdad: la “estrella polar” (N. Bobbio). Y si “el árbol de las ideologías está siempre reverdeciendo”, como dice el precitado autor, reclamamos con todo su vigor la vigencia de la diferencia ideológica entre derecha e izquierda. Ello implica  reivindicar asimismo una Democracia exigente (F. Müller), que persiga tanto una mayor libertad como una mayor igualdad, implicando decididamente a los poderes públicos al objeto de corregir las desigualdades materiales.

Siempre desde una perspectiva cognitiva abierta (G. Sartori), puede compartirse su planteamiento de no renunciar a la libertad en nombre de la igualdad, y de no renunciar a la igualdad (que no igualitarismo) en nombre de la libertad, desde el rechazo de versiones absolutistas: “seamos iguales entre todos, no en todo, pero sí en algo”, y huyendo de “la utopía de una sociedad donde todos son iguales”.

Así, el criterio distintivo sólido “más frecuentemente adoptado para distinguir la derecha de la izquierda es la diferente actitud que asumen los hombres que viven en sociedad frente al ideal de la igualdad”, señala el mismo Bobbio, quien se refiere a la igualdad material en las condiciones de vida, pues la libertad sin esas condiciones se transforma en algo meramente ilusorio.

Consideradas como realidades complejas, entre la derecha y la izquierda siguen, pues, existiendo diferencias ideológicas notables: la primera privilegiará el orden y la propiedad, anteponiendo la libertad individual a la igualdad; las divisas de la izquierda son la igualdad, y la justicia.

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Comentarios(4):

centrista - 27-02-2008

Las diferencias entre la derecha y la izquierda esta en el centro,partido inexistente en nuestro pais y que hoy por hoy votaria la mayoria de los ciudadanos.Vivimos en un mundo que cada vez hulle mas de los extremos afortunadamente.

centrsta, pero menos - 27-02-2008

Puede que a algunos les parezca que el centro existe políticamente hablando, pero si ya ofrece alguna complicación distinguir entre derecha e izquierda, será todavía más complicado buscar para el centro unas señas de identidad. Y de cualquier modo, sería un partido de los denominados bisagra que en España actualmente es difícil que aparezca por culta de la lEY ELECTORAL, QUE HAY QUE CAMBIAR YA, PERO AL QUE NO VOTARÍA LA MAYORÍA DE LOS CIUDADANOS, COMO SE VIÓ CON EL CDS de Adolfo Suárez.

otro centrista - 27-02-2008

Si no existiera esa diferencia daría igual ZP que Rayay, y no es verdad que gobierne uno y otro. Claro que también puede existir hueco para un partido centrista que tendría buena aceptación y podría gobernar con uno y otro, según los casos

Kun. - 26-02-2008

Tiene razón el autor, pues como se demostró ayer en el debate, aún exiten muchas diferencias entre la derecha y la izquierda.