Noticias de Cantabria
18-10-2015 06:48

Fidel Turienzo un navegante cantabro en la Mini Transat en solitario

Fidel comenzó su andadura náutica en el CEAR de Santander en el donde dio los primeros pasos en la Vela, siendo uno de los alumnos en los que más calo la afición a la misma, tanto que para poder seguir practicándola se dedicó a su enseñanza en el mismo centro donde comenzó en este deporte, trasmitiendo a sus alumnos algo que otros no tenían, su gran afición a la Vela.

En nuestro país, aunque los directivos  deportivos de la Vela parece ser que no se enteran, hay mas disciplinas de Vela que la olímpica, como es el caso, entre otras, de la Vela Oceánica en Solitario, en la que España  tiene pocos pero  grandes deportistas de reconocido prestigio  internacional,  los que para llegar a conseguir las metas que han logrado,  desgraciadamente han tenido que luchar ellos mismos sin ayuda institucional, con lo que estas tienen aun mas merito.
 
Este es el caso de Fidel Turienzo, uno de  de los navegante emergente en España dentro de la navegación en solitario, una de las disciplinas más difíciles de este deporte,  y  que en estos momentos lucha, nunca mejor dicho, en solitario; no solo  en los mares procelosos, sino también en los de tierra (que lo son aun mas) para poder llegar a realizar su sueño. Fidel es un nauta que se ha hecho a sí mismo, que rezuma afición por todos los poros de su cuerpo, y que está demostrando como sin apenas ayudas se puede llegar a conseguir grandes metas en este difícil mundo de la Navegación  Oceánica en Solitario.
 
Fidel comenzó su andadura náutica en el CEAR de Santander en el  donde dio los primeros pasos en la Vela, siendo uno de los alumnos en los que más calo la afición a la misma, tanto que para poder seguir practicándola se dedicó a su  enseñanza en el mismo centro donde comenzó en este deporte, trasmitiendo a sus alumnos algo que otros no tenían, su gran afición a la Vela.
Como suele suceder con los elegidos por la fortuna,  hace poco más de un años y   sin ninguna razón fue apartado del CEAR  cuando la federación cántabra se hizo cargo de la escuela donde impartía sus clases. ! Buen ojo la de los  responsables cántabros de la Vela !
 
 Durante su periodo de monitor, con lo que podía ahorrar con su trabajo en el CEAR, a fuerza de grandes sacrificios, renuncias y privaciones, se compro un Mini Transat y comenzó a preparar su participación en regatas en solitario con la embarcación que tanto le había costado comprar, con la que consiguió, -de forma completamente autodidacta, pero con una enorme ilusión y fuerza de voluntad-, una gran experiencia en este difícil mundo de la Navegación Oceánica en Solitario, dejando claro en su primera participación su gran potencial dentro de este tipo de navegación, donde nuestro vecinos los franceses, líderes indiscutibles de esta disciplina, vieron desde sus primeras competiciones el enorme potencial que representaba  Fidel en la Vela en Solitario.
 
Este año  Fidel vuelve a competir en la Mini Transat,  una de las competiciones más duras de la  de la Vela Oceánica, en que la regata se realiza con una embarcación de 6.5 metros, siendo el barco de Regatas Oceánicas más pequeño del mundo, en el que  con  solo un tripulante atraviesan el Atlántico, haciendo frente sin ningún tipo de ayudas a todas las situaciones que se les puedan presentar,  que en la mar son muchas y  más duras y complicadas que las que pueden darse en otros lugares.
 
En esta edición de la “Mini transat- Iles de Guadaloupe”,  que comenzó el pasado 19 de septiembre con la salida desde el puerto francés de Douarnenez , será con   71  participantes, de 15 países, con los que competirá Fidel con su “Satanás” durante las 4.021 millas  de que consta el evento, de las que ya han navegado 1257 millas en su primera etapa hasta la Nueva Marina de Arrecife  (Lanzarote), desde  donde saldrán para el puerto de Pointe-a-Pitre (I. Guadalupe) el próximo 31 de octubre.
 
El mero hecho de conseguir llegar a Guadalupe es de por si un triunfo, pero además el estar entre los mejores es un privilegio en el mundo de la Vela Oceánica, sobre todo cuando uno no puede contar con material de última generación, que en este difícil mundo de la Vela además de fundamental, es definitivo.
 
 La falta de interés en nuestro país por este tipo de competición hace muy difícil el poder acceder a la ayuda necesaria para competir en igualdad de condiciones que otros navegantes extranjeros, sobre todo con los franceses que son los que dominan este mundo de la Navegación Oceánica en Solitario.
 
A pesar de ello Fidel jamás  se amedrento, sino que  con el empuje y dedicación que le caracterizansiempre ha estado dispuesto a demostrar su valía como Navegante Solitario, por ello participa en la presente  edición de la Mini Transat, de la que  acaba de terminar su primera etapa, en la que  Fidel, cuando navegaba en la cabeza de  la flota y  ya parecía que había pasado lo más duro de la misma,  a la altura de Sines (Portugal), llevando su embarcación   al máximo de sus posibilidades,  única manera  posible para poder competir con las de nueva generación que navegaban en su entorno, en una clavada, cuando navegaba a mas de 18 nudos  planeando  una ola de más de 4 metros, se rompió  su mástil en tres pedazos.
 
 Este hecho, que supone un golpe terrible para las ilusiones de cualquier participante, necesita  además un trabajo inmenso para solucionarlo, y no digamos ya para poder salir airoso del  suceso y poder superarlo de noche, luchando en solitario contra los elementos para conseguirlo después de varios días de navegación, con lo que ello conlleva de desgaste, tanto físico como psicológico; rotura  que para cualquier persona hubiese sido insalvable y le hubiese hecho tirar la toalla. Sin embargo  para Fidel esto simplemente le ha supuesto un nuevo reto,  y sin pensárselo dos veces, inmediatamente con los restos del mástil destrozado, después de arriar como pudo la mayor y despejar la cubierta,  preparó un aparejo de fortuna con el que pudo seguir en la competición.
 
Con el  aparejo de fortuna, pero sobre todo con gran habilidad para manejarle,  consiguió navegar hasta Sesimbra, en donde con la colaboración de un amigo, tras 72 horas de febril actividad consiguió “reparar” su destrozado mástil y con ello poder zarpar nuevamente  para llegar al ansiado puerto de Lanzarote,  navegación que le llevo 5 días como consecuencia de las encalmadas que le afectaron en esta travesía, pero afortunadamente  a tiempo para poder seguir en la competición, y lo que era más importante, poder poner su “Satanas” nuevamente a “son de mar” para encarar la última etapa de la Mini Transat.
 
Pero no acabaron ahí los problemas de Fidel, sino que estos comenzaban nuevamente para poder seguir en la Mini Transat, ya que no le quedaba otra que conseguir un palo nuevo para poder terminar la regata, pues con el “reparado” no podía continuar en la misma.
 
Sin pensárselo un segundo comenzó la busca de un mástil que sustituyese al que había perdido, el  que tras mucho esfuerzo encontró en Francia, con lo que nuevamente comenzó para él otro gran desafío, esta vez contra el reloj, para poder trasladarlo (lo que está haciendo en estos momentos)  hasta  Lanzarote a tiempo para tomar la salida;  pero esto no sería  por avión, como hubiese sido lo normal, sino que ha tenido que ir a por él a Francia, transportarlo en un coche con remolque hasta Cádiz,  en donde se embarcará en el  Ferry que les llevará a él y al mástil hasta Lanzarote, quedándole  aún  un inmenso trabajo que hacer,  como es el nada sencillo de adaptar el barco al nuevo palo , ya que el que rompió era fijo y atravesaba la cubierta, mientras que  el nuevo es de ala y descansa sobre cubierta. En fin un trabajo  inmenso, ya que además tiene que reforzar el anclaje de la jarcia, contado para todo ello  con un tiempo escaso para poder terminarlo antes de  la salida para el cruce del atlántico.
 
Para otro tipo de temple distinto al de Fidel, esto sería  una misión  imposible, pero esta palabra  para él no existe, y con toda seguridad estará puntualmente en la línea de salida, y si la suerte no le vuelve a ser adversa estará, una vez más, entre los mejores del mundo en este final de la regata, en la que  ya los franceses han resaltado  su crédito como un valor en alza dentro de este más que  difícil mundo de la Navegación en Solitario, la que en nuestro país es la gran ausente, tanto a nivel del ciudadano como desgraciadamente de las instituciones.
Por ello los Navegantes Solitarios son merecedores del mayor reconocimiento, lo que hasta ahora no viene, desafortunadamente, sucediendo en nuestro país.
 
Este es Fidel, un Navegante Solitario que se hecho a sí mismo, y  del que la Vela española obtendrá  grandes alegrías.
 
J.F.M.J.O.
 
 

 

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Comentarios(1):

OI-103 - 18-10-2015

Creo que hay también otro navegante cántabro (Nacho Postigo) en la competición y que pasa por trances similares. ¿?-