Noticias de Cantabria
El criticón 10-03-2016 17:09

¿A dónde nos van a llevar?

Pedro Arce Diez.- Les molestan las actividades de la Iglesia Católica en sus actividades y les retiran las ayudas, como han hecho a las cofradías de Semana Santa como han hecho en Galicia y puede que esté en su pensamiento prohibir cualquier manifestación de este tipo.

 

Los ciudadanos tenemos que ver cómo los nuevos y “progresistas” ayuntamientos podemitas-socialistas practican la política de cartón-piedra, jugando con nosotros, con nuestros sentimientos y nos tienen entretenidos con las faldas del semáforo, el Congreso de los Diputados “y Diputadas”, el vocablo “mujeraje” (Dícese del femenino de “homenaje”, según ellos, ¡valiente memez!), el descolgamiento de todas las lápidas o monumentos que les parecen son de derechas o se lo parecen o chorradas por el estilo, mientras practican el odio y resentimiento por doquier, en una actitud sectaria y antidemocrática sin precedentes.
Imbuidos en la creencia de que son los auténticos demócratas y que están en la posesión de la única verdad, me vienen a la memoria aquellos regímenes totalitarios ya casi olvidados, como los de Stalin, Hitler, Mussolini, Franco o Mao; o los más actuales de Chávez, Maduro, Ahmadineyad, Hasán Rouhaní o Kim Jong-un, algunos de los cuales financian generosamente a algunos de los líderes de Podemos.
Lo último es la aversión que practican a instituciones como la Iglesia Católica o la propia Cruz Roja, amén de otras ONGs, dónde vean un atisbo de “derechización”, a las cuales les niegan el pan y la sal; por el contrario, son generosas con todas aquellas organizaciones que les bailan el agua.
Y así, por ejemplo, estos días hemos sabido que esta izquierda, con ayuda del PSOE en algunos casos, han limitado las ayudas a aquellos centros que presumen son de la Iglesia, como la Universidad de Navarra, la Cardenal Herrera Oria, la Católica de Valencia o los centros concertados; hay instituciones que amparan ciertas actividades ofensivas, como aquella exposición de Pamplona o las actividades organizadas por ayuntamientos como los de Barcelona con su poesía blasfema, Madrid o Santiago de Compostela.
Se han  eliminado subvenciones a Cáritas o a Cruz Roja que han paliado muchas de las necesidades de miles de personas y lo siguen haciendo cada día; Valencia ha dejado de subvencionarles, a pesar de la enorme labor asistencial que están realizando con los más desfavorecidos; después nos venden la milonga que ellos están a favor de los más humildes, ¡A otro perro con ese hueso, populistas!.
A la Cruz Roja se la ha vetado en Barcelona o Valencia para actuar en el socorrismo de las playas y en algunos ayuntamientos de Madrid para que pueda recoger sangre, lo cual es inaudito y muestra la calaña de estos políticos de nuevo cuño.
Les molestan las actividades de la Iglesia Católica en sus actividades y les retiran las ayudas, como han hecho a las cofradías de Semana Santa como han hecho en Galicia y puede que esté en su pensamiento prohibir cualquier manifestación de este tipo. Las situaciones chabacanas y chuscas llegan hasta límites insospechados, como proponer redenominar a San Fermín, con larga tradición en Pamplona, como “”Fiestas de la ciudad”, por su sesgo religioso. ¡Otra memez!.
Siguen con la matraca de intentar desposeer a la Iglesia de bienes como la Mezquita-Catedral de Córdoba y empeñados en que pague el IBI, lo que no sucede con otras instituciones del estado como los propios partidos políticos y sindicatos. En el País Vasco quieren incautarse de bienes de la Iglesia Católica inmatriculados.
A algunos les molesta hasta la “familia” y así nos encontramos como el gobierno balear va a derogar la Ley de Protección a la Maternidad que, entre cosas, protege a las mujeres embarazadas en riesgo de exclusión social.
¿A dónde nos van a llevar?; pues a dónde quieran, porque está demostrado que estamos dispuestos a aguantar todas las tropelías, como ya sucedió en el pasado, tal como nos dejó escrito  el pastor luterano alemán y antinazi, Martin Niemöller (Foto), en este poema, que no me resisto a transcribir:
Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.

 

 

 

 

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