Noticias de Cantabria
16-04-2016 11:00

Pedro Gómez - Asaja-: `Los ganaderos de leche en Cantabria son una especie en extinción`

Una de las patas del sector estratégico de Cantabria se muere ante la pasividad de políticos que dicen que no tienen competencias para arreglar la situación. Cantabria, mayormente rural, tiene un serio problema de despoblamiento en sus pueblos. No podemos olvidar que la pérdida de ganaderos quiebra el tejido productivo local, el cuidado de nuestros montes, el turismo, etc.

Esta semana se ha cumplido un año desde la entrada de la leche en el mercado libre, algo que se nos vendió a los ganaderos como una oportunidad de negocio y rentabilidad para nuestras explotaciones. Después de 365 días, la verdadera realidad es que la producción ha aumentado en una UE que no puede beber los litros que produce y que el bloqueo ruso y la bajada de demanda en el mercado asiático han propiciado que se concentre un gran excedente y con él el desplome de precios. El Observatorio Europeo del Mercado de la Leche anunció que en Europa este mes de febrero se ha cobrado un 7,8% menos que en 2015 y un 15,4% menos que la media de los últimos 5 años. De todas maneras, en la mayoría de comunidades autónomas, y me centro en Cantabria, los ganaderos han pasado de solicitar un precio digno, a rogar a la industria que les recoja la leche a cualquier precio para no tener que tirarla, algo que también tiene coste. 

Los ganaderos de leche en Cantabria son una especie en extinción, apenas quedan 1.407 ganaderías, de las casi 4.000 que había en 2001. Estos datos los conocemos todos y han sido publicados en los medios de comunicación de esta región para que los ciudadanos sean conscientes de esta debacle. Muchos nos han hecho llegar sus muestras de apoyo, pero los afectados seguimos esperando a que el Gobierno de Cantabria tome alguna medida que pare el goteo constante de explotaciones que se dan al cierre. El Parlamento de Cantabria votó a favor de una Proposición No de Ley en defensa del sector lácteo, pero como siempre todo ha quedado en una foto y un gran titular. También se han celebrado en pocos meses dos Mesas Lácteas, donde se presentaron propuestas concretas, con el mismo resultado: una foto y otro titular. 
Y así pasan los días mientras este sector agoniza y al que le quedan pocas ganas para luchar porque no hay resultados. Una de las patas del sector estratégico de Cantabria se muere ante la pasividad de políticos que dicen que no tienen competencias para arreglar la situación. Los gobiernos autonómicos pasan ‘la bola’ al nacional o a la UE, el Gobierno de España se lo pasa a las comunidades autónomas o a Europa, y así sucesivamente. No hay voluntad política para sacar a flote a las ganaderías de leche, aceptándose sin acritud todas las externalidades negativas.
Recuerdo cómo días antes de desaparecer las cuotas, muchos nos animaban a apostar por el modelo cooperativista, las Organizaciones de Productores de Leche (OPL), y demás, como una jugada segura que nos blindaría un precio digno a nuestro producto; pero, pasados los 365 días hemos visto cómo las cooperativas son ninguneadas por la industria y tienen que decir a sus socios que no les pueden recoger más leche. ¿Cuál es la solución ahora? Volver a las cuotas no se contempla en el panorama europeo, así que es el momento de ponerse a trabajar y sacar medidas concretas a nivel autonómico, y no seguir a la espera de que España o la UE venga a auxiliar a nuestra región. 
Cantabria, mayormente rural, tiene un serio problema de despoblamiento en sus pueblos. No podemos olvidar que la pérdida de ganaderos quiebra el tejido productivo local, el cuidado de nuestros montes, el turismo, etc. En un momento, donde se ha puesto tan de moda el ecoturismo, el bienestar animal, el consumo sostenible, el Km0… Se debe apostar por el mantenimiento de las ganaderías de leche familiares y no tender al 100% de un modelo intensivo. 
Entre las propuestas que se han presentado para impulsar el sector lácteo, está la activación del consumo local. Si nuestras administraciones no apuestan por nuestros productos vs economía local, no podemos pretender que los ciudadanos suban a un carro de la compra algo que probablemente desconozcan. En otros países, las administraciones promueven la alimentación local en sus hospitales, colegios, etc. Sin embargo, aquí se nos responde que la empresa que ostenta la concesión es la que escoge qué productos sirve. Estas contestaciones enfadan al sector, porque todos sabemos que cuando un servicio sale a concesión pública el Gobierno es el que redacta bajo qué condiciones se otorga este contrato. 

¿Tan inverosímil resulta que nuestros escolares puedan consumir productos cántabros? Insisto, es voluntad política, es querer ponerse a trabajar y dejar de lado algunas redes clientelares. Todos queremos un cambio en nuestra sociedad, pero los cambios empiezan desde abajo y creo fielmente que una región mayoritariamente rural, tiene mucho que ofrecerse a sí misma y puede ser pionera de una vez por todas en defender lo suyo y lo de su gente. Estamos ante un grave problema social, señoras y señores, Cantabria se tambalea en todos sus sectores, los ciudadanos se van, tenemos unas cifras del paro aterradoras y nuestro campo corre el grave peligro de quedar abandonado, y con él el turismo, la hostelería… Han pasado más de 365 días, queremos soluciones, queremos voluntades. 

 

 

 


 

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