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Salud. 14-03-2017 07:15

Una de cada cinco pacientes con cáncer de mama podría beneficiarse del tratamiento existente

Investigadores del Instituto Wellcome Trust Sanger, en Cambridge, Reino Unido, y sus colaboradores han descubierto que un mayor número de cánceres de mama son genéticamente similares a casos más raros con genes BRCA1 o BRCA2 defectuosos.

   Los resultados publicados en 'Nature Medicine' abren la posibilidad de que hasta el 20 por ciento de las mujeres sean tratadas con inhibidores de PARP, una clase de fármacos que previamente sólo se creía que era eficaz para mujeres con una mutación BRCA1 o BRCA2 heredada.

   El cáncer de mama es el cáncer más común en Reino Unido, con casi 55.000 mujeres afectadas al año y, a nivel mundial, representa casi 1,7 millones de casos de cáncer. Entre el 1 y el 5 por ciento de los casos de cáncer de mama se deben a mutaciones hereditarias en los genes BRCA1 o BRCA2, lo que significa que parte de la maquinaria necesaria para fijar el ADN está defectuosa. Las personas con estos defectos tienen mayores riesgos de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como los de mama y de ovario.

   Los fármacos llamados inhibidores de PARP han sido diseñados para tratar específicamente tumores con genes BRCA1 y BRCA2 defectuosos en cánceres de mama y de ovario, y se está investigando actualmente uso contra el cáncer de próstata.

   En este trabajo, los investigadores analizaron el genoma del cáncer de mama de 560 pacientes y buscaron cada tipo de mutación posible. El equipo desarrolló una nueva herramienta computarizada llamada HRDetect para identificar patrones de mutaciones --huellas mutacionales-- en los tumores que fueran similares a las personas que tienen mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2.

   PACIENTES CON SIGNOS MUTACIONALES SIMILARES A LAS DE GENES DEFECTUOSOS BRCA1 Y BRCA2

  Los científicos descubrieron que muchas pacientes con cáncer de mama presentaban signos mutacionales idénticos a las personas con genes BRCA1 y BRCA2 defectuosos, aunque no habían heredado las mutaciones. Los resultados sugieren que aproximadamente una de cada cinco pacientes con cáncer de mama podría beneficiarse de los tratamientos con inhibidores de la PARP existentes; aunque debe probarse en un ensayo clínico, con los participantes seleccionados sobre la base de las firmas mutacionales de su tumor.

   La doctora Serena Nik-Zainal, autora principal del 'Wellcome Trust Sanger Institute', señala: "En el pasado, los ensayos clínicos para los inhibidores de la PARP se han centrado principalmente en entre el 1 y el 5 por ciento de las mujeres con cáncer de mama. Son muchas más personas las que tienen cánceres que parecen tener las mismas firmas y la misma debilidad que las pacientes con genes BRCA1 y BRCA2 defectuosos.

  "Tenemos que explorar si también podrían beneficiarse de los inhibidores de PARP. Los resultados sugieren que ahora los ensayos clínicos tienen que analizar más a pacientes con cáncer que comparten la misma firma genética en su cáncer, lo que podría cambiar la forma en que se diseñen los ensayos clínicos en el futuro", agrega.

   Hasta ahora, la mayoría de los ensayos clínicos de los inhibidores de la PARP se han centrado en pacientes con mutaciones heredadas en los genes BRCA1 y BRCA2 pero esta investigación sugiere que se necesitarán ensayos clínicos sistemáticos en un grupo más amplio de pacientes para ver si también podrían ser sensibles a los medicamentos.

   Otra de las investigadoras del 'Wellcome Trust Sanger Institute', la doctora Helen Davies, añade: "De las firmas mutacionales pudimos detectar muchos más tumores con defectos en su maquinaria de reparación del ADN de lo que podíamos ver antes. Esto fue posible gracias a la secuenciación de todo el genoma de estos cánceres. Deben hacerse trabajos adicionales, ya que podría haber tumores con la misma firma de mutación en otras partes del cuerpo que pueden responder a estos medicamentos".

   El profesor Mike Stratton, director del Instituto Sanger, insiste: "Este trabajo utiliza firmas mutacionales para identificar el conjunto completo de cánceres que responderán a ciertos fármacos que ya se sabe que son eficaces en un subconjunto. Para traducir estos resultados en tratamientos, resulta urgentemente necesario más secuenciación de los genomas de cáncer y más ensayos clínicos, pero éste es un comienzo prometedor".

  

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