OLGA MARGALLO

C.L.- ¿Cuál fue su primer acercamiento al mundo del teatro?
O.M.- Se podría decir que en el vientre de mi madre (risas), porque mis padres, los dos son actores. Profesionalmente, empecé hace 14 años. Acabé  la carrera en la Escuela de Arte Dramático y estaba dando clases a niños y empecé a dirigir por eso para los más pequeños.

C.L.- Y qué es para usted el teatro entonces, ¿una profesión, una pasión…?
O.M.- Pasión y profesión, una mezcla de las dos. Y resultó inevitable porque mis padres eran actores y desde pequeña viví ese mundo.

C.L.- ¿Recuerda la primera obra en la que participó?
O.M.- En un Belén viviente (risas). Me hacía mucha ilusión hacer de virgen pero como era morena y con rizos me tocó hacer de oveja negra que ni si quiera tenía texto. Aunque finalmente hice de virgen en una obra que escribió mi padre. A nivel profesional, mi primera obra completa fue “La cocina” una obra que hicimos cuando acabé la carrera de interpretación.

C.L.- Todo lo que ha hecho siempre ha sido enfocado a los más pequeños, ¿a qué se debe esa predilección o preferencia?
O.M.- Dirijo sólo para niños, pero porque llevo 14 años haciéndolo y es lo que más me gusta. Y llevamos muchos años los mismos actores, el mismo grupo, pero creo que dentro de poco me voy a  animar a hacer algo para adultos.

C.L.- ¿Cómo acogen ellos sus obras?
O.M.- Estupendamente, porque los niños en cuanto les haces algo de calidad lo saben valorar y la verdad es que todos los espectáculos que hemos realizado han sido siempre muy bien acogidos.

C.L.- ¿Existe implicación por parte de los padres?
O.M.- Sí, porque hacemos teatro familiar. Un poco como las películas de Shrek, que son de dibujos y le gustan a nuestros hijos pero nosotros también las disfrutamos. Son obras de teatro pensadas un poco para mayores y para niños para que cada uno le guste una parte del espectáculo, teatro familiar.

C.L.-  ¿Quién cree usted que disfruta más?
O.M.- Disfrutan igual porque para que un espectáculo infantil sea bueno tiene que interesar a los padres sino es que no es un buen espectáculo infantil. Hay cosas que cogen los padres, como la parte más irónica, y hay otras cosas con las que se quedan los niños, que es más cercano para ellos.

C.L.-  ¿Qué nos ofrece “El Niño Colchón”?
O.M.- Es una reflexión sobre el amor que los padres debemos regalar a nuestros hijos. Nos ofrece momentos de emoción y bueno también es un tema delicado, pero el mensaje es positivo y es una obra divertida, optimista, muy optimista.

C.L.-  ¿Cómo surgió la idea?
O.M.- Yo tengo una niña que me contaba que en el colegio el tema de conversación en el recreo era ese. Sobre los papas que se estaban separando, el miedo a que los niños se separen. Un  problema que está a la orden del día y que había que subir al escenario y contarlo de una manera positiva, bonita y  divertida. Sin quitarle importancia, pero no dándole más de lo que tiene.

C.L.- ¿Su hija entonces es quien le aporta esas ideas para poder transmitir a los niños lo que les preocupa?
O.M.- La niña da todas las ideas de todas las obras que hacemos, porque la penúltima obra que hicimos  era un “Romeo y Julieta” y  la idea también nos la dio mi niña. Le leí una adaptación y le horrorizó tanto el final que nos hizo cambiarlo y a partir de ahí empezamos a escribir una nueva versión.

C.L.-  ¿Qué significado encierra el título?
O.M.- Leímos varios libros sobre separaciones y había muchos síndromes que sufren los hijos de padres divorciados. Por ejemplo, había uno que era el síndrome del “niño espía”, cuando la madre le pregunta al niño que si su padre tiene novia o al revés. A mí, el que me llegó al alma, es el del “niño colchón”. Si recuerdas el anuncio de Coca –Cola que la madre le decía al niño dile a tu padre… y el niño lo suavizaba todo al decírselo a su padre. Es un poco el niño que está en medio, hace un poco de colchón, amortigua los gritos de los padres, los golpes, la mala leche y los intenta hacer más suaves y, en el fondo, los sufre él. Me pareció que, aparte, de ser un título muy bonito que sugiere muchas cosas, es el síndrome  de muchos niños de padres separados.

C.L.- La pena es que muchas veces la peor parte se la lleva el mensajero...
O.M.-  Exacto, pero los niños son muy listos y por eso amortiguan todo para que sus padres se lleven lo mejor posible. De eso habla la obra de intentar llevarse bien por tu hijo.

C.L.- Curiosamente, en la obra el  "niño colchón" es un muñeco rodeado de actores de verdad. ¿Nunca barajó la posibilidad de que el protagonista  fuese de carne y hueso?
O.M.- No me gusta la idea de poner a un niño o a un actor haciendo de niño, resulta muy artificial. Y desde un primer momento pensé en un muñeco, una marioneta muy realista y que con la que los niños se sienten identificados... De hecho, recuerdo a un niño que estaba viendo la obra y le lanzaba mensajes de ánimo a Juan, este “niño colchón”, se identifican con él.

C.L.- Cyrano de Bergerac es su próximo proyecto, ¿Qué tal va la adaptación?
O.M.- Estamos empezando a escribir un Cyrano que llevamos años queriendo hacer y es lo que tenemos en mano, un Cyrano musical, como “Romeo y Julieta” o “El Niño Colchón”, que también cantamos dos canciones en directo. Aunque esta obra que estamos  preparando tendrá más canciones. Ahora de momento, estoy leyendo varias adaptaciones, he visto la película y creo que es un personaje que tiene muchas posibilidades.

C.L.-  ¿Para cuándo prevé que se pueda estrenar?
O.M.- Espero poder empezar a ensayar después de verano. Y espero poder compaginar los ensayos con las funciones que nos salgan de “El Niño Colchón”.

C.L.- ¿Nunca ha pensado en llevar al cine alguno de sus producciones teatrales?
O.M.- Sí, fue una idea llevar “El niño Colchón” al cine con el título de “Separados”, seguimos con ello en mente. Pero realmente nosotros somos más de teatro.

C.L.- Que le diría a  los padres, no sólo de Santander, donde actúa esta noche, sino de todo el país lleven a sus hijos al teatro para ver a su “niño colchón”
O.M.- Es una obra divertida, aunque sea, en principio, un tema pele agudo,  sales con un buen sabor de boca, es optimista, Y está muy bien emocionarse y divertirse en el teatro y eso es lo que hay que hacer.

   La compañía Uroc Teatro presenta esta tarde "El Niño Colchón", a partir de las 18.00 horas. La obra 'El niño colchón', de Olga Margallo, cierra hoy sábado en el Casyc el ciclo de Teatro Infantil de Caja Cantabria. Desde Cantabria Liberal la recomendamos porque es una obra hecha con mucho sentido del humor, a pesar del tema, y que lanza un mensaje positivo tanto a padres como a hijos.

   Dirigida a público de a partir de 6 años, 'El niño colchón' ha recibido el Premio Feten 2009 a la mejor dirección, destacó la Obra Social en un comunicado. El montaje cuenta la historia de Juan, un niño a quien sus padres acaban de dar la triste noticia de que se van a separar. El pequeño no lo entiende y se escapa. A partir de ese momento, inicia un "viaje" en el que va conociendo diferentes personajes que le ayudarán a asimilar la separación de sus padres.