Noticias de Cantabria
09-12-2010 23:59

Desde la REBOTICA

Hace años, muchísimos años existían en cada ciudad y pueblo de España aquello que todos conocían como la “rebotica”. La elección de “Mujer Relevante” del año 2010 por la Asociación Leonor de la Vega, que ha recaído en Amparo, se comprueba una vez más, que la justicia social existe.

Hace años, muchísimos años existían en cada ciudad y pueblo de España aquello que todos conocían como la “rebotica”. Aquél era un lugar tremendamente importante en la vida de ciudades y pueblos, especialmente en estos últimos, pues la rebotica era el lugar habitual en el que el “boticario” preparaba sus pócimas y ungüentos, se desenvolvía entre sus matraces y tubos de ensayo, y removía una y otra vez sus emplastos con sus manos y su almirez. Pero además de todo esto, tremendamente importante para cuidar de la buena salud de sus conciudadanos, la rebotica constituía el lugar de reunión, discusión y puesta al día de las fuerzas vivas de los pueblos y aldeas.

Allí se reunían, alrededor de una mesa camilla y al “amor de un brasero” que les calentaba los pies, el alcalde, el médico, el boticario, el veterinario, el cura y demás mandatarios de la localidad. De aquellas reboticas salían ideas, manifiestos, compromisos y sobre todo, salían unas cuantas personas que, habiendo pasado una tarde de intercambio de ideas y “café con pastas”, eran el núcleo de autoridad, cultura y prestigio de la localidad.

Una de esas reboticas era la de los antepasados de la mujer que en este año ha sido elegida como “Mujer Relevante” por la Asociación Leonor de la Vega de Torrelavega.

Lejos quedan aquellos tiempos de rebotica, muy lejos de Amparo Abascal Teira, la citada mujer relevante, aunque ella, cuando se hizo cargo de la oficina de farmacia de sus antepasados, hace ya más de tres décadas, seguro que conoció los vestigios del significado y tradición de la rebotica.

Amparo tomó las riendas de su oficina de farmacia hace ya mucho tiempo, como queda dicho, y desde entonces, su sector de actividad y ella como estandarte y referencia del mismo, no ha dejado de evolucionar y mejorar sus métodos de trabajo, su forma de atender a sus clientes-pacientes, y sus métodos para que la satisfacción que se obtiene por la atención recibida en su farmacia, sea un bálsamo añadido a las propiedades curativas de los preparados que dispensa.

Ella es farmacéutica, aunque prefiere denominarse “boticaria”, término mucho más entrañable, más cálido y que implica un mayor acercamiento a sus paisanos y una mejor comprensión de sus males y dolencias. Alguno que la escuchara sus preferencias por el término “boticaria”, podría pensar en una personalidad antigua, despegada, solitaria y alérgica a los tiempos que corren.  Podría incluso llegar a pensar que su establecimiento no pasaría de ser una botica anticuada, oscura, con poca luz y con un personal miedoso y esquivo. Y nada más lejos de la realidad. Ni una cosa ni la otra.

Amparo es una mujer de hoy en día, una gran profesional que ha sabido adaptar su lugar de trabajo y adaptarse ella misma a los tiempos que corren. Hoy todo ha evolucionado sobre todo en los últimos años hacía la tecnología, las telecomunicaciones, el tiempo escaso y la prisa permanente, y sin embargo ella ha sabido acoplar todos estos avances y todas las innovaciones a su forma de trabajar y a su oficina de farmacia. Hoy día la rebotica no es un lugar de reunión, discusión y café con pastas en la trastienda de su farmacia, sino un lugar preferente en su establecimiento y una forma y filosofía de trabajo en todos y cada uno de sus numerosos empleados. Hoy día su rebotica no es el lugar donde los personajes del pueblo dilucidaban sus cuitas e ideas, sino un lugar moderno y acogedor, luminoso y espacioso, en el que cada empleado suyo, con ella al frente se esmera por aliviar el dolor y las penas ajenas. Y todo ello con la primera y gran medicina de la humanidad: una sonrisa permanente y una solidaridad sin par.

Ha sabido transformar su negocio para convertirlo en emblema de su profesión en Torrelavega, y ha acompañado todo ello con un afán permanente de ayudar al prójimo, no sólo a aquellos que acuden a la farmacia en busca de alivio y soluciones, sino de la población de su ciudad, ya que ha contribuido y contribuye a generar puestos de trabajo y a generar riqueza.

Ella, torrelaveguense de pro por familia y tradición, unió su vida con otra persona de la que los que vivimos, amamos y sentimos esta ciudad, no podemos nunca dejar de tener presente, el gran médico Julio Ruiz de Salazar, otro torrelaveguense insigne, al que esta ciudad y muchos de sus habitantes le debemos tanto.

Amparo recibe ahora esta distinción con una gran alegría por parte de aquellos que la conocemos, que la admiramos, que sabemos el gran trabajo que ha desarrollado y desarrolla por la ciudad de Torrelavega y por su incansable voluntad de mejorar cada día, ella y cuantos la rodean.

Constituye una alegría para cualquier persona de bien, observar cómo en la vida, a pesar de tantas injusticias, tantas falsedades y mentiras, siempre existen momentos en los que se reconoce la valía de las personas de bien, la valía de las personas solidarias con sus semejantes y se les recompensa públicamente con distinciones y premios que bien merecido lo tienen.

La justicia, que simbólicamente representa una actitud ciega para dar a entender que no debe tener en cuenta ni personas ni condiciones, se modifica notablemente cuando se convierte en justicia social y cuando su función no es juzgar y sentenciar delitos o malos comportamientos, sino cuando su intención es ensalzar a quien lo merece, destacar sus méritos y virtudes, y reconocer trabajos, actitudes y comportamientos que deben ser ejemplo para la sociedad. Afortunadamente la justicia, en estos casos, sabe reconocer a las personas y circunstancias que merecen ser reconocidos y premiados. Y en este caso de la elección de “Mujer Relevante” del año 2010 por la Asociación Leonor de la Vega, que ha recaído en Amparo, se comprueba una vez más, que la justicia social existe.

Felicidades por ello, en primer lugar a Amparo, a la que mando todo mi reconocimiento, cariño y aplauso, y en segundo lugar a la Asociación por haber tenido la claridad de ideas y la sabiduría necesarias, para realizar un año más, la mejor elección.

 

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