Zonas peatonales a medias y sin concluir

Asistimos los ciudadanos desde hace años a que los políticos de turno nos bombardeen desde sus respectivas administraciones con propaganda de  proyectos que van a poner en marcha  o que han ejecutado. En cualquier caso, y desde diferente signo político, no escatiman medios publicitarios, que pagamos los contribuyentes, para magnificar  el efecto de  la obra ejecutada y con ello rentabilizarla políticamente. Ocurre, sin embargo, que en ocasiones, bien por las prisas o porque una vez ejecutada se olvidan de ella para centrarse en otro de los proyectos pendientes, quedan obras sin rematar, proyectos inacabados o medidas finales que no se toman por la presión vecinal o para evitar el rechazo ciudadano.

 Inicio esta reflexión por las medidas peatonales desarrolladas por el actual equipo de Gobierno de Santander, capitaneado por  Iñigo de la Serna.  Hay que reconocer al actual alcalde su apuesta por llevar a cabo la peatonalización del centro de la capital y para ello ha emprendido   varios proyectos como el de la calle Juan de Herrera que han mejorado radicalmente las condiciones para los peatones, al tiempo de crear un espacio público tranquilo en el que se hace compatible el paseo  de gentes de todas las edades con la actividad comercial. La experiencia ha venido a demostrar que estas medidas peatonales han sido aplaudidas por ciudadanos y comerciantes, al igual que ha ocurrido en otras muchas capitales que se adelantaron con esta fórmula, a pasar de la inicial oposición de muchos comerciantes, con escasa vista comercial y cortas  miras para sus propios negocios.

Actualmente todo el mundo alaba esa obra que ha convertido a la zona en el punto neurálgico de la capital y ha revalorizado los locales comerciales. Caminar a pie por la ciudad, sin tropezarnos con vehículos mal estacionados, es prácticamente un hecho desde la Plaza de Numancia hasta la Plaza de Pombo. Bueno no en su totalidad, hay un paréntesis en la calle del Medio difícil de entender para el ciudadano de a pie. Allí desde que se llevó a cabo la semipeatonalización de la zona por la anterior Corporación, quedó un aparcamiento para cuatro vehículos,  supongo que para facilitar la carga y descarga de los puestos del desaparecido Mercado del Este. Ocurre, sin embargo, que actualmente a todas las horas del día y de la noche hay aparcados media docena de vehículos de forma irregular e ilegal, que obligan a los transeúntes a sortearlos para atravesar desde la calle del Medio hasta la calle Marcelino S. de Santuola. Observo al mismo tiempo, durante varias veces al día que transito por allí, que no son atención de los agentes de la Policía Local.
Recuerdo que una de las primeras medidas de Iñigo de la Serna como alcalde, fue cortear el tráfico de vehículos por la Plaza Porticada que su antecesor, Gonzalo Piñeiro, había permitido inconcebiblemente. La medida acertada, se cumplió sin más protestas y mejoró la fluidez de la circulación en esa zona al desistir los conductores tomar ese recorrido.

Tras la nueva peatonalización de la calle Juan de Herrera no tiene sentido ese aparcamiento en la calle del Medio y si me apuran, tampoco el tráfico de vehículos por esa  calle desde la Plaza del Río de la Pila para salir al Mercado del Este y desembocar tras darle la vuelta otra vez al arco del Banco de Santander. Acaso no estamos todos por reducir las emisiones de CO2, pues actuemos en consecuencia y que los técnicos estudien fórmulas para mejorar el tráfico rodado, pero sobre todo eliminamos un tapón que originan media docena de vehículos poco respetuosos con las normas de tráfico y la ciudadanía. Si apostamos por la peatonalización, como creo que lo ha planteado el actual alcalde, hagámoslo con todas las consecuencias y demos prioridad a los espacios públicos sobre los vehículos, una vez demostrado como es el caso que ganará toda la ciudadanía. Ah! Y para los servicios de carga y descarga que copien y pregunten como lo hacen  los comercios de la calle Burgos o Juan de Herrera.