Noticias de Cantabria
Opinión 13-05-2018 07:00

¿Conoces Soba...?, por Pedro Arce Díez

Esta es una pregunta que suelo realizar con cierta frecuencia a personas de Cantabria; y la sorpresa es que un alto porcentaje de ellas, me dicen que no; a veces también suelo hacer la pregunta de si conocen Liébana y aquí ya es difícil encontrar a alguna que no haya estado.

Pues Soba es una de las comarcas más altas de Cantabria, dónde uno puede contemplar un lujurioso paisaje, unas gentes amables y arte y cultura por doquier; si, además, tiene la oportunidad de sentarse en algunos de sus restaurantes, le puede salir un día redondo.

Hace pocos días he vuelto a Soba con un grupo de amigos y he tenido la oportunidad de disfrutar de sus recursos naturales, etnográficos, culturales, humanos, gastronómicos, etc. Evidentemente, en una jornada, no es posible recorrer toda la comarca, pero si hacerse una idea de sus recursos, máxime cuando alguna de las personas lo conocían por vez primera, lo que me llevó a hacer de cicerone improvisado.

Soba corresponde a un municipio grande, muy grande (214 Km2), solo superado en su extensión por el de Valderredible; en otros tiempos muy poblado, pero hoy poco más de un millar de personas viven en cerca de una treintena de pueblecitos que salpican el valle de verdes praderas y amplias zonas boscosas que pugnan por competir con los macizos calizos que guardan en su interior la mejor red de cavidades de España que se han ido abriendo paso en el transcurso de los milenios y que hoy nos muestran galerías de cientos de kilómetros y pozos con desniveles de vértigo, que suponen un auténtico paraíso para espeleólogos de todos el mundo.

¡Pero subamos a la superficie!. Cada uno de los pequeños núcleos de población sobana, nos reserva una sorpresa, con sus viviendas populares, casonas de indianos que tuvieron que salir a hacer fortuna a América y retornaron a su terruño para construir una residencia, al tiempo que dedicaban algunos de sus ahorros en beneficio de sus antiguos vecinos; en todos ellos, señorea la iglesia y también algunas torres, como la de Quintana, pues este territorio fue señoreado por los Velasco. En algunos casos, las iglesias nos reservarán auténticas sorpresas, como la de Rozas, dónde se encuentra unos de los mejores retablos de Cantabria, que por sí solo ya merecería una visita a estos lugares (En la foto, aparecemos con su párroco, Don Antonio, frente a la misma).

Como aún nos encontramos en periodo de desnieve, hemos podido observar con placer y fruición, las cascadas de sus ríos, Asón y Gándara. ¡Espectaculares!. El mirador de la cascada del Gándara, en La Gándara, nos permite verla de muy cerca, pues está colgado en el precipicio rocoso, en cuyo despeñadero hubo en el pasado varios molinos harineros. ¡impresiona de verdad!, especialmente a aquellas personas que tengan algún tipo de vértigo.

Si los visitantes quieren conocer toda la riqueza natural de Soba, les aconsejaría que se pasen antes por el Centro de Interpretación del Parque Natural de los Collados del Asón, que se encuentra en La Gándara. Los andarines tienen rutas majestuosas que atraviesan praderías y frondosos bosques, cuyas imágenes y sensaciones de la flora y la fauna, podrán llevar en su retina y su espíritu.

Otros más sedentarios, quizás quieran ver algo relacionado con la historia del pasado y sus gentes; para ello, lo mejor es visitar el Centro de la Interpretación de la Etnografía de Soba, dónde podrá observar útiles relacionados con las formas de vida de los sobanos en el pasado y se encuentra en los bajos del Ayuntamiento, que se encuentra en La Veguilla y cuyo edificio se hizo a expensas del indiano Jerónimo Pérez Saiz de la Maza, quien también dedicó una parte de sus dineros a obras en el propio Santander, en cuya ciudad tiene dedicada una calle, que une La Marga con Cuatro Caminos. Y aún los más curiosos, pueden visitar en Santayana de Soba un curioso museo etnográfico que ha recolectado durante décadas su propietario, Joaquín Sáinz, quien le explicará, sin prisas, cada uno de los objetos que forman el mismo. Y muy cerca de este lugar, se ha instalado una quesería –Quesoba- que elabora unos magníficos quesos artesanos, que maridados con los vinos de la zona, resultan de una calidad contrastada y que han sido doblemente premiados en el World Cheese Awards; quizás el secreto esté en los pastos de esta zona, que permiten la producción de una leche de vaca especial y no olvidemos que Soba es actualmente la mayor productora de leche de Cantabria.

Quizás les he dado demasiadas pistas, pues creo que  lo mejor que puede suceder es que cada uno vaya a descubrir por sí mismo las muchas sorpresas que se va a encontrar.

¿Hoy no comemos?.

¡Cómo no!. Después de haber visitado tantas cosas, de haber disfrutado de las más diversas sensaciones sensoriales, incluidas las deliciosas rosquillas de La Gándara, lo mejor es elegir un sitio para degustar las excelentes viandas que allí les van a ofrecer; incluso en la referida quesería de Sangas, podrán degustar un buen menú dónde el cocido montañés lo bordan, aunque deben hacerlo previa reserva.

Un pequeño paseo y las últimas miradas al paisaje sobano, pueden ser la despedida para volver a casa; no quiero olvidarme de la carretera de acceso, que quizás agradecería una pequeña reforma.

 

Así, pues, que no tengas que contestar negativamente cuando te pregunten si conoces Soba. ¡Disfrútalo por ti mismo!

 

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Comentarios(2):

FERNANDO MORENO - 22-09-2018

ESTE QUE TE ESCRIBE HA EDITADO CUATRO, NO MEJOR CINCO, LIBROS SOBRE LA COMARCA DEL VALLE DE SOBA QUE DESDE 1975 TRATO DE DIVULGAR AL MENOS DÓNDE ESTÁ ESA MARAVILLA DE CANTABRIA.

Evaristo - 07-09-2018

Mis 7 años de maestro en el Colegio del Monte de San Pedro, camino de Quintana, confirman esta positiva mirada del sr. Arce. Es una parte necesaria y buena de mi vida docente.