Noticias de Cantabria
Editorial 06-01-2018 13:30

Puigdemont no, y Junqueras tampoco

El laberinto catalán sigue después de las elecciones del 21 de diciembre. Algo que debería ser muy fácil como es conformar mediante la mayoría absoluta que tienen los partidos independentistas el investir un presidente en Cataluña cada día que pasa resulta más rocambolesco el nombramiento del Honorable.

Se ha planteado casi todo para poner al frente de la Generalitat a Puigdemont, desde la falsa posibilidad de votarle sin su presencia en el acto de investidura hasta que los fugados de la justicia residentes en Bruselas puedan votar sin estar en el Parlament además de un montón de chorradas que se continúan día tras día e incluso llegando a lo estrambótico de hacer unas elecciones telemáticas al Parlament y demás formas de retorcer la Ley Electoral.

La única fórmula es hacer correr la lista desapareciendo de ella los encarcelados y huidos, constituir un Parlament y nombrar un presidente independentista. Pero qué ocurre, lo procedente es que corra la lista, pero los señores diputados electos huidos de la justicia y residentes en Bruselas no van a entrar en esa solución, en principio, que es la única coherente y legal que existe. En efecto se han quitado la careta y han dicho que las actas son de ellos, y de nadie más, y tienen precio. Y dicen que sí, que no se oponen a que corra la lista solo que ese “corrimiento” tiene precio, o dicho más finamente que los electos quieren seguridad económica para el futuro…...

Las elecciones democráticas en este país y en cualquiera otro es un negocio, estamos en una democracia cautiva y si votas una lista te quedas en pelotas porque entregas tu representación a unos señores que harán con tu voto lo que les salga de los collons porque ellos, con sus contradicciones y mentiras te dirán que lo hacen por tu bien. En definitiva, -la pela es la pela- y los señores diputados electos residentes en Bruselas lo que quieren es -pasta- a cambio de permitir que corra la lista. Aquí nadie regala nada, preocupa mucho más el futuro económico de cada uno de los diputados electos que la situación de arreglar Cataluña y nombrar un presidente. Primero son los egos y después el interés general y el bienestar de los ciudadanos.

 

El Auto del Tribunal Supremo, duro, legal, y acomodado a la normativa jurídica, por el que mantiene a Junqueras en la cárcel, no admite dudas. Deslinda perfectamente la política de la aplicación del derecho y los Magistrados, juristas todos, lo que hacen en el Auto es solamente aplicar la ley. Cataluña es un problema entre catalanes pero que perjudica al resto de España y como siempre terminamos diciendo que es muy difícil en unas elecciones y en 50 días deshacer una política nefasta que han llevado en este país los presidentes democráticos residentes en Madrid en esta presunta democracia cautiva que se instauró y nos ha dejado este desaguisado político, económico, social…

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