Noticias de Cantabria
El criticón 15-12-2017 11:24

A vueltas con la Constitución…

Pedro Arce Díaz.- Ha pasado la celebración del 39º Aniversario de la Constitución Española; y pese a ser un día de profundo agradecimiento por su elaboración y permanencia, por su celebración festiva, por la puesta en valor de lo que ello supone de unión y de regla máxima de convivencia, lo que se ha trasladado a la ciudadanía es todo lo contrario… ¡Lamentable!

A veces uno piensa que este país o parte de él, no tiene solución y está más tentado de volver a las andanzas del XIX que a encarar con optimismo el siglo XXI.

Existe entre la ciudadanía un general desdeño e ignorancia sobre nuestras constituciones o pseudo-constituciones que nos han ido imponiendo durante los siglos XIX y XX; sin embargo, la actual Constitución Española fue un hito de nuestra maltratada historia y, a pesar de salir de una dictadura de cuatro décadas, se consiguió, con sensatez, generosidad y sentido de Estado elaborar una Constitución consensuada (¡Nunca más media España contra la otra media!) que fue aprobada en referéndum con un 87,78 % de los españoles.

Ahora, muchos de nuestros líderes políticos, por ignorancia, estulticia y/o ventaja electoral, se han lanzado de forma suicida a pedir una reforma constitucional…

¡Y después de cuarenta años, la Constitución Española debe ser reformada!

Pero no de cualquier forma y manera. Y esto debiera de quedar muy claro para todos, “para no volver a las andadas”, que tanto daño nos ha hecho a los españoles en el pasado.

El primer aspecto que debiéramos tener claro es que debemos enfrentarnos a una “reforma” de nuestra Constitución y no a “romper el candado” como nos han contado Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, volver a un periodo constituyente o entrar ya en una crítica, a derecha e izquierda, como nos tiene acostumbrado el PSOE de los últimos tiempos y como, de forma inoportuna, nos recordó la presidenta del Parlamento de Cantabria en la festividad del pasado 6 de diciembre.

Un segundo aspecto es que esta reforma debe de mirar hacia el futuro y no hacia el pasado, salvo para conocer la Historia y no cometer sus errores; es decir, debe ser una reforma que nos vuelva a permitir un marco de convivencia actualizado, al menos para otras cuatro décadas, como muy bien ha expresado el presidente de Ciudadanos.

El tercer aspecto es no cometer el error de reformarla para contentar a quienes no quieren esta constitución, ni la que salga, ni ninguna, pues están en el anti-sistema, en la anti-España y en una situación política y social inusual en el mundo democrático. Y creo que todo el mundo sabe a qué me refiero y en esta línea no debe empecinarse Pedro Sánchez y el PSOE. Y como ha dicho Rajoy, “la reforma de la Constitución no puede contentar a quienes quieren liquidarla”.

Un cuarto aspecto es definir qué se quiere reformar y en este aspecto, parece que estamos jugando a los naipes, pues nadie quiere poner sus cartas sobre la mesa y se debe ser claro, generoso y dialogante y nada de jugar al póker constitucional. Debe quedar claro si proponemos la modificación de la sucesión a la Jefatura del Estado, la transformación del Senado en una cámara territorial, los aspectos relacionados con nuestra pertenencia a la Unión Europea, la declaración de derechos sin que ello nos hipoteque el futuro económico-social, etc.

Un quinto aspecto es que la Constitución Española, como muy bien dice Mariano Rajoy, no debe ser reformada por una simple mayoría y debiera de tener el mismo consenso que tuvo ésta en su aprobación y un refrendo ciudadano que no sea inferior al que obtuvo el 6 de diciembre de 1978 y es momento de recordar que en los territorios de Andalucía, Cataluña, Murcia y Canarias se superó el 90 % de votos afirmativos. ¡Y observen dónde está hoy Cataluña!.

Podría seguir planteando aspectos que, para muchos que entienden algo del tema, no son ninguna novedad. Pero tengo la duda de que muchos ciudadanos no han leído nunca la Constitución Española y, lo que es más grave, me da la impresión de que muchos de nuestros políticos, tampoco la conocen, aunque hayan jurado/prometido cumplirla (Bueno, algunos lo han hecho “por imperativo legal”). Y en este aspecto, sería bueno que leyeran, por ejemplo, el capítulo correspondiente a su reforma.

Y sería del todo punto adecuado que se volvieran a editar sencillos ejemplares, como los que se hicieron para el referéndum constitucional de 1978 (Imagen de este artículo) para intentar que los ciudadanos la conozcan mejor; y tratar el tema en los centros educativos (Yo mismo, en mi época docente, solía dedicar varias clases a explicar la historia constitucional de nuestro país y, especialmente, nuestra vigente Constitución).

 

NB.- La imagen del cuadernillo de la Constitución Española que acompaña a este artículo, es el que se entregó a los votantes de 1978 y que guardo celosamente; no estaría de más volver a reimprimirlo.

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