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Mundo 18-04-2018 19:00

El acuerdo de paz entre las dos Coreas, una idea vieja y complicada de resolver

Las dos Coreas están discutiendo, de cara a la cumbre que mantendrán la próxima semana el dirigente norcoreano, Kim Jong Un, y el presidente surcoreano, Moon Jae In, un acuerdo de paz que podría poner fin oficialmente al estado de guerra que ha durado técnicamente desde el final de la Guerra de Corea (1950-53), que acabó con un armisticio y no con un tratado.

   El presidente estadounidense, Donald Trump, ha dicho que el esfuerzo tiene su "bendición", si Corea del Norte accede a abandonar su arsenal nuclear.

   Corea del Sur y una fuerza de la ONU liderada por Estados Unidos están técnicamente aún en guerra con Corea del Norte y la idea de un acuerdo de paz oficial para cambiarlo no es ni nueva ni algo que se pueda resolver en una única cumbre intercoreana, subrayan los analistas.

   Los dirigentes surcoreanos de la época se opusieron a la idea de una tregua que dejara la península dividida y no firmaron el armisticio, que oficialmente fue suscrito por el comandante del Ejército norcoreano, el comandante estadounidense del Mando de la ONU, y el comandante de los voluntarios del Pueblo Chino, que no fueron reivindicados oficialmente por Pekín entonces.

   "Técnicamente, no es posible que las dos Coreas anuncien el fin del armisticio de 1953 en la cumbre de la próxima semana", subraya Park Jae Jeok, profesor de Estudios Internacionales en la Universidad Hankuk de Seúl. "Pero Corea del Sur y Corea del Norte podrían acordar su intención de acabar la guerra y trabajar hacia un acuerdo de paz, y continuar las discusiones con los países implicados", añade.

  LA IDEA DEL ACUERDO DE PAZ NO ES NUEVA

   Corea del Norte había mantenido anteriormente que solo negociaría un tratado de paz con Estados Unidos. El primer dirigente y fundador de la dinastía Kim, Kim Il Sung, por ejemplo, planteó la idea de un acuerdo de paz con el entonces presidente estadounidense, Jimmy Carter, en los años 1970.

   Las dos Coreas han discutido seriamente la idea antes. En 1992, ambos países acordaron "esforzarse juntos para transformar el actual estado de armisticio en un estado sólido de paz".

   La última cumbre intercoreana celebrada el octubre de 2007 concluyó con una declaración de ambos países para "reconocer la necesidad de acabar con el actual régimen de armisticio y construir un régimen de paz permanente" y "trabajar juntos para avanzar en el asunto de que los líderes de las tres o cuatro partes concernidas se reúnan para hablar de la Península y declarar el fin de la guerra".

   Este miércoles, un portavoz del Ministerio de Unificación surcoreano ha señalado que el Gobierno está viendo como avanzar en base a la posición de 2007. Qué podría reemplazar el armisticio ha sido otro punto de incertidumbre y ni responsables surcoreanos ni estadounidenses han confirmado cómo sería el nuevo acuerdo.

   "La desnuclearización y el régimen de paz son dos caras de la misma moneda, así que Corea del Sur puede plantear ambos asuntos la próxima semana", opina Shin Beom Chul, del Asian Institute for Policy Studies en Seúl. "El problema es que las garantías de seguridad, de las que un acuerdo de paz sería clave, son lo que Corea del Norte necesita de Estados Unidos, no de Corea del Sur", añade.

  ANUNCIO SIMBÓLICO

   "Podríamos pensar un escenario en el cual las dos Coreas hagan un anuncio en gran medida simbólico de que su guerra ha terminado, pero cualquier acuerdo de este tipo carecería de sustancia hasta que Estados Unidos lo haga formal", subraya el experto.

   En Seúl, las recientes declaraciones gubernamentales han bailado a menudo en torno al término "tratado de paz" refiriéndose a un "régimen de paz" o un "acuerdo para cesar los actos hostiles".

   Aunque Corea del Norte ha reclamado históricamente la retirada de las tropas estadounidenses de Corea del Sur, hay signos de que Kim Jong Un podría mostrarse flexible en este aspecto, según Park, aunque China también ha expresado su preocupación sobre la presencia de los soldados estadounidenses.

   El dirigente norcoreano sorprendió a los expertos al no objetar las recientes maniobras militares entre Estados Unidos y Corea del Sur, y el padre de Kim, Kim Jong Il, dijo una vez al presidente surcoreano que Pyongyang podría aceptar la presencia de tropas estadounidenses si su papel cambiara a ser fuerzas de mantenimiento de paz.

  ¿TRAMPA NORCOREANA?

   Entretanto, algunos observadores han advertido de que Corea del Norte podría ver el acuerdo de paz como una manera de lastrar la alianza entre Corea del Sur y Estados Unidos. "Es una trampa", sostiene en esta línea Michael Rubin del 'think-tank' conservador American Enterprise Institute en un reciente análisis. "Esperemos que Trump no caiga en ella", añade.

   El Instituto de Paz del Gobierno estadounidnese concluyó en un informe en 2003 que un acuerdo efectivo debería ser pactado entre Estados Unidos, China y las dos Coreas.

   El pacto debería incluir acuerdos para el cese de hostilidades y la normalización de relaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte, el reconocimiento de la soberanía de ambas Coreas, reducción de armas e inspecciones de armas nucleares y garantías de seguridad por parte de Estados Unidos y China para ambas Coreas, según el Instituto.

   La inclusión de China en cualquier conversación sería un factor que lo complicaría, sostiene Shin. "China tendría problemas con la permanencia de las tropas estadounidenses en la península de Corea bajo un régimen de paz. Incluso si acepta su presencia continuada, podría reclamar a Estados Unidos que no desplegara bienes nucleares u otros activos estratégicos, como el sistema de defensa antimisiles", añade Shin.

   Tanto Corea del Sur como Estados Unidos han dicho que el tratado de paz es posible solo si Corea del Norte accede a abandonar su arsenal nuclear.

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