Noticias de Cantabria
11-12-2010 08:52

Cortos vuelos

Para ganar unas elecciones hay que decirles a los ciudadanos para qué se quiere el poder. ¿Qué sabemos de las ideas del PP para Cantabria y España?

En estos días de conmemoración del 32º aniversario de la Constitución Española, me ha tocado explicar a jóvenes estudiantes el valor y el significado de la misma, así como la ingente tarea de toda la clase política para tejer los acuerdos necesarios que permitieron alumbrar una Carta Magna de consenso y para la definitiva concordia entre los españoles.
Tras estos 32 años yo creo que podemos afirmar que, con todos sus defectos, nuestra Constitución ha sido capaz de integrar pacíficamente los conflictos que antaño nos enfrentaron dramáticamente a los españoles. También han servido para afirmar el papel central de los partidos políticos, las organizaciones sindicales y las empresariales como instrumentos de participación de los ciudadanos en la vida política, social y económica de nuestro país. Y, por supuesto, todo este tiempo nos ofrece una perspectiva lo suficientemente amplia como para certificar que nuestras reglas de juego democrático han hecho de nuestro sistema político una sólida y avanzada democracia social.
Entre esas reglas de juego democrático se incluyen las relativas a las relaciones entre gobierno y oposición. Unas relaciones en las que al Gobierno le corresponde gobernar para todos y a la oposición controlar e impulsar esa acción de gobierno. La lógica de estas relaciones descansa en que los apremios, las denuncias y las alternativas son propias de la oposición, como propio es del Gobierno explicar las políticas que pretende desarrollar y tomar las decisiones más convenientes en cada momento para los intereses generales del país.
Precisamente, en estos días en que unos desaprensivos decidieron por su cuenta y riesgo, y sin previo aviso, cerrar el espacio aéreo español afectando con ello al conjunto de la ciudadanía, el Gobierno ha tomado una decisión excepcional en aras de los intereses generales.
Parecía que en esta ocasión el Gobierno iba a contar con el apoyo decidido del PP y, sin embargo, otra vez más ha puesto distancia con el Gobierno. No sé a ustedes, pero a mí me ha resultado bastante patético escuchar a algún dirigente del PP tratar de justificar lo que los propios controladores, por boca de su portavoz, han calificado de injustificable.
Lo que anda diciendo la derecha es que el Gobierno provocó a los controladores y que estos, poco menos que no les quedó más remedio que hacer lo que hicieron ¡Vergüenza les tendría que dar por justificar lo que los propios autores consideran como injustificable! Pero es que de seguir la tesis del PP ¿Qué quedaría del Estado de Derecho?¿Qué autoridad tendría un Gobierno que adopta sus decisiones no en aras de los intereses generales sino en función de las posibles reacciones que tomen los afectados por tales decisiones? ¿O acaso entiende el PP que los intereses laborales de los controladores deben prevalecer frente a los intereses generales? Parece claro que al PP se le ha ido la mano en su oposición al Gobierno al calor del irresponsable 'todo vale".
Otra cosa hubiese sido plantear el debate en torno a cómo evitar en el futuro que este u otro colectivo de profesionales puedan afectar tan gravemente a la economía nacional y a los derechos y libertades de los ciudadanos. O plantear la conveniencia de extender a determinados colectivos algunas de las limitaciones a la libertad sindical que ya tienen otros trabajadores.
En todo caso, me gustaría terminar con cinco conclusiones que, a mi juicio, constituyen algunas de las más elementales reglas de la democracia y de las relaciones entre Gobierno y oposición:
-En política, como en otros ámbitos de la vida, no todo vale, no todo es admisible.
-La oposición y, por supuesto, el Gobierno deben supeditar su actuación a los intereses generales y no guiarse por intereses particulares, por legítimos que estos sean.
-En ninguna parte está escrito que la oposición deba oponerse a todo lo que proponga o realice el Gobierno. Atizar permanentemente al Gobierno es propio de quien no tiene alternativas, de quien está vacío de ideas.
-Para ganar unas elecciones no solo hay que tener ganas, sino que además hay que decirles a los ciudadanos para qué se quiere el poder. Los socialistas hemos afirmado que nuestra prioridad es la cohesión social para lo cual necesitamos avanzar en el cambio de modelo productivo por lo que hemos propuesto un conjunto de reformas necesarias para alcanzar los objetivos propuestos ¿Qué sabemos de las propuestas del PP en España y en Cantabria? Nada, porque la consigna parece ser que es no decir nada, quizá escondiendo una alarmante sequía de ideas, o, lo que es más probable, quizá las ideas del PP sean tan insoportables desde el punto de vista social que no quieran que los ciudadanos las conozcamos.
-Por último, si en 1978 fuimos capaces de ponernos de acuerdo en un contexto político y económico de enorme dificultad, estoy convencido que a la crisis económica actual le vendría muy bien aquél espíritu de concordia y de acuerdo. Claro está que para recrear aquél espíritu se requiere una mirada que no se quede en los intereses cortoplacistas de cada cual, se requiere tener los pies en el suelo pero llevar la mirada más allá de la punta de los zapatos. Se requiere tomar altura para ganar en perspectiva y no quedarse, como lamentablemente está el PP, en una política de cortos vuelos orientada a 'bombardear' permanentemente al Gobierno.

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