Noticias de Cantabria
Vela 02-06-2018 21:59

29 participantes, entre cruceros, IRC, clase Club y J90, tomaron parte en la regata a dos IV trofeo Engel & Völker

Chiqui.- Este año, al evento le han salvado los j80, de los que han participado prácticamente toda la flota, y los cruceros de la clase Club, de los que ha tomado parte 15 tripulaciones, mientras de la clase IRC, que es la que en teoría se participa en el Marito, solo han salido tres embarcaciones, dos de la clase II y una de la clase III.

Esta escasa participación de los barcos que corren en el sistema IRC, que es el oficial del Marítimo, demuestra que la grave crisis por la que desde hace años está pasando el crucero santanderino sigue sin solucionarse,  ya que los que  están comenzando a participar, por decir algo, lo hacen  con embarcaciones que se camufla en la clase Club, en la que se regatea con los paramentos de sistema Osiris  habitable de la FFV, que nada tiene que ver con el sistema IRC.
Esto quizás es debido a que con el sistema IRC establecido en el Marítimo, para realizar  el corte de las clases II a la III se emplea el Rating de 0.980 con lo que  las embarcaciones más pequeñas no tiene nada que hacer en las regatas, no existiendo ningún otro corte para las embarcaciones  más pequeñas. Mientras el corte para las clase II y III no se establezca  0.959 o quizás algo menos, y no se establezca otra clase para las embarcaciones mas pequeñas, los escasos participantes de la clase crucero no navegaran en las regatas o si lo hacen lo harán camuflados en el rating que se saque del sistema Osiris habitable de la FFV, es decir,  sin certificado alguno, lo que de cara a la igualdad en la competición deja todo que desear.
A las 10 de la mañana se abrió la oficina de regatas para las ratificar las inscripciones de los participantes , sirviéndose a continuación un pequeño desayuno a los mismos, tras el que se abrió , con casi  treinta minutos de retraso, un briefing para explicar los recorridos y los cambios que estos sufrieron debido al   escaso viento previsto;  en él se mantuvo una  interesante charla sobre la meteorología que se esperaba para la tirada, que se esperaba harto complicada; entregándose a continuación a los participantes una bolsa con vituallas para la jornada.
Una vez más, a los participantes se les usa para dar espectáculo,  lo que con los cruceros es casi  imposible el hacerlo, además, a prácticamente a  ningún ciudadano le   importa este deporte, de hecho  los muelles de Santander estaban vacíos  mientras los participantes deambulaban por la bahía
Afortunadamente sobre las 12 30 una ligera brisa del Norte comenzó a entrar por la boca de la bahía, con lo que la salida se pudo dar a la hora prevista, haciéndolo todos participantes a la vez;  lo que en una salida que no tiene agua navegable por uno de sus extremos, se convierte en peligrosa al estar limitada por la tierra, con lo que los barcos que salen por la zona de tierra, se encuentran que al tener que  virar por esta, le vienen los que ha salido más hacia la bandera, que traen estribor, con lo que los cruces son un verdadero problema, cuando además todos vienen con los cuchillos en la boca, como si se jugasen un mundial.
Para este evento la navegación para los barcos IRC era de 60 millas, mientras que para los de la clase Club sin motor central  era de 20 y para los J89 de 25. El  recorrido contaba con un bucle en el interior de la bahía, con una baliza en la horadada, a la que se llegó de un bordo, en la que se montó una verdadera melé en la toma de la misma. Desde ella se navegó de través en demanda de la segunda baliza del recorrido, fondeada en el interior de la bahía, en  las inmediaciones el Centro Botín, en donde  el socaire del mismo dejaba a los participantes sin viento y con ello sin apenas gobierno en sus embarcaciones para la toma de la baliza.
Una vez fuera de esta navegación pantanero en el interior de la Bahía, los participantes navegaron hacia aguas abiertas, montando los  de clase Club sin motor central,  y los J8o una baliza fondeada a la altura de Langre, la que dejaron por babor, desde donde navegaron, de través, hasta otra fondeada a la altura de la Maruca, la que en esta ocasión, y sin ningún sentido, había que dejarla por estribor.
Los J80 volvieron a la baliza de Sangre para desde ella navegar en demanda de la entrada, mientras que los de la Clase Club sin motor central  navegaron directo a la entrada, estos últimos con vientos portantes.
Los barcos IRC, y los de clase Club con  motor interior, desde la bahía navegaron en demanda de una baliza fondeada en las inmediaciones del Faro Pescador, para navegar desde ella a la fondeada en la Maruca, volver a la de Langre y terminar en el Club.
Una vez más la entrada en la bahía fue un caos, con roladas de más de 30ª que venían acompañadas de encalmadas, lo que convirtió este tramo en una quiniela, afortunadamente la corriente era entrante, lo que evito en parte el sufrimiento que supuso este tramo final del evento, en una bahía pantanera, como es la Santanderina.
Hasta el momento han finalizado la tirada las tripulaciones de la Clase Club sin motor central y las de la Clase J80: a la hora de esta reseña, las tripulaciones de la clases IRC y club con motor interior aún siguen navegando
La clasificación de las clases que hasta el momento han completado la tirada son:
Clase Club sin motor centrar: 1º Gabriela Onofre de Chiqui García de Soto y Alejando Palomero, 2º Naroba de Ricardo Regilon y Pedro Fernández, 3º Peter Pan de Manuel Díaz y Pacal Sanguinet. Hasta 7 clasificados
 
Clase J80: 1º Par de Ignacio Camino y José L. Gómez, 2º Pañales de David Madrazo y Joaquín Prego, 3º Verigüeto de Álvaro Mazarrasa y Javier Sánchez. Hasta 11 clasificados.

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