Noticias de Cantabria
Vela 06-05-2018 19:33

Nueva jornada perdida en el crucero santanderino

Chiqui.- En la clase Club se impuso la Gabriela Onofre, en la III el Airam V y en la II el Marieta

Una vez más la encalmadas y las grandes roladas en el interior de la bahía maltrataron la competición, convirtiéndola en una ruleta rusa.

A pesar de lo acordado hace años, los cruceros santanderinos han vuelto a navegar sobre un recorrido fijo, que no aporta nada, mientras que los J80 realizaron 3 pruebas en el abra del Sardinero.

En esta ocasión el recorrido escogido fue el 7, lo que se determinó pocos minutos antes de la atención, siendo para los barcos de la clase I y II más largo, con una baliza al 330º a una milla de la primea baliza del recorrido, que se encontraba fondeada a 0.7 millas al NE de la Isla de Mouro, mientras que los barcos de la clase III y Club, tras tomar esta volvían a la entrada situada en el Club

Con un  viento inestable del NNW, que no llenaba la bahía, en la que las calmas que aparecían  a barlovento eras espectaculares y no presagiaban nada buenos para la competición, se dio la  salida con viento de través y la flota retrasada sobre la línea, solamente el Marieta y el Gabriela Onofre la tomaron con el  cañonazo, el primero que es un barco de la clase II se marchó, mientras que el segundo que es de los de menor eslora fue rebasado sin remisión  por los barcos grandes,

Tal y como pintaba el día, a la altura de la escuela náutico pesquera, los de cabeza se quedaron en un pozo, con lo que todos los participantes, a medida que iban llegando al pozo  formaron una melé quedando atrapados por la marea, en la que las velas de unos se iban encima de las jarcias de los otros; cuando por fin hizo su aparición una ligera brisa, soplo con120º de rolada, y no solo eso, sino que desde ese momento se llegaba a la baliza de barlovento de un solo bordo, a un desacuartelar. Los barcos de la  clase I y II siguieron navegando en demanda de la fondeada al 330, mientras que los pequeños arrumaban a la entrada, con el viento de aleta por estribor, lo que suponía, una vez más, un desfile. Afortunadamente la marea era  entrante y consiguieron abocar sin problemas a la trampa que les esperaba  en el interior de la bahía, en donde nuevamente, a la altura de la Escuela Náutico Pesquera el viento desapareció por completo volviendo a apelotonarse los participantes con las velas caídas y  otra vez a merced de la corriente.

Tras varios minutos encalmados, el viento roló 180ª, lo que duró unos minutos y decidió el resultado final de la tirada, que una vez más ha sido un auténtico dislate, en la que la suerte fue la que determino tirada, en la que ni los que terminaron en cabeza  acabaron satisfechos.

 

Lo que está sucediendo en el crucero no tiene ni sentido ni justificación, y menos cuando existe un comité de regatas que sale al sardinero a dar regatas a clases que realizaron en esta jornada tres pruebas.

 

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