Mas que incertidumbre

¡Y los ciudadanos son soberanos con su voto!. Eso es lo que dice la historia de las democracias, aunque algunas veces también han errado estrepitosamente.

Ahora que casi todos han ganado, tal como nos han dicho en la noche electoral, quizás sumidos en un espejismo delirante.

Si observamos el mapa adjunto de los ganadores, tenemos lo siguiente: el PP gana en todas las comunidades autónomas, salvo el País Vasco, Cataluña y Andalucía; el PSOE, segundo partido en votos y escaños, tan sólo consigue imponerse en Andalucía (cinco provincias) y la provincia de Badajoz; Podemos gana en Cataluña y País Vasco, en cuyas comunidades los partidos independentistas han quedado seriamente tocados, pues el PNV sólo consigue imponerse en Vizcaya y los catalanes en Lérida y Gerona.

Otra visión es la suma de diputados: PP, 123; PSOE, 90; Podemos, 69; y C´s, 40; el resto, se repartirían 28 escaños. Y aún podríamos hacer un análisis de los votos conseguidos de cada una de las candidaturas. Fíjense como están los datos que el PSOE ha sido la cuarta lista más votada en Madrid, con sólo 6 diputados, y en Barcelona y Valencia ha sido superada ampliamente por Podemos, partido que “le ha comido la tostada”.

El Parlamento salido de estas elecciones, es mucho más radical y heterogéneo para buscar consensos en temas tan espinosos como la reforma constitucional, los desafíos del separatismo, el terrorismo internacional o las medidas económicas precisas para resolver el paro.

Y aún se pueden hacer múltiples análisis en los aspectos más variados, que nos quedarán para los próximos días….

Está bien lo de que “quién gana las elecciones debe intentar formar gobierno (Rajoy, dixit), pero es que también hay que gobernar y ello exige los votos para aprobar las iniciativas legislativas, en un gobierno en minoría y débil que no pueda afrontar los retos del momento; y, como dice Revilla, “Rajoy lo tiene muy difícil para repetir en el cargo”. Por lo tanto, no es descabellado que nos lancemos a un “gobierno de perdedores”, a un “gobierno de izquierda radical”, a…

Habrá que hacer un esfuerzo para llegar a “entendimientos y acuerdos”, pero la situación no es fácil; incluso ya hay quién habla de un gran gobierno de coalición PP-PSOE, “a la alemana”, pero la tarea es hercúlea, salvo que medie Susana Díaz. Después del discurso realizado en la noche electoral por Pablo Iglesias, “enseñando ya la patita” y claramente revolucionario, quizás consiga de los otros tres grandes se puedan replantear algunos parámetros, en aras de pensar en España y “no a cualquier precio” (Gabilondo, dixit).

PedroSánchez se encuentra ahora ante la mayor encrucijada de su vida política, pues debe facilitar una salida a la derecha, aunque le pese, o echarse en brazos de Podemos que sabe que le puede fagocitar como partido y ello podría ser el final del PSOE; por ello, dirigentes como Susana o Felipe le están indicando lo arriesgado que es pactar con la formación morada.

Ahora vendrán los análisis de los partidos políticos, las posibles estrategias y salidas, los acuerdos, los consensos y disensos, etc… Y si se le echa la generosidad que en estas fiestas navideñas se les supone, quizás encontremos alguna componenda que resuelva el equilibrio de fuerzas políticas en aras de la gobernabilidad, puesto que de lo contrario, nos vamos a encontrar en una situación de mayor incertidumbre que antes de las elecciones y eso sería un fracaso colectivo. Y en ningún caso hay que descartar unas nuevas elecciones en la próxima primavera (Menos mal que un previsor Rajoy se adelantó a aprobar los presupuestos de 2016 y ello facilitará la tarea de un gobierno en funciones).

Y ahora algunos sectores responden con máxima preocupación, como lo demuestran algunos opinadores, la bolsa (-3,62 % el día después) o la prima de riesgo… Aunque también hay de manifestar que parte del riesgo ya lo habían “descontado”; ¿O nadie había advertido que en los días de campaña electoral la bolsa bajaba un día sí y otro también?.

Europa también ha quedado sorprendida y desea un gobierno estable, pero nuestro país está comenzando a parecerse a Portugal y Grecia y las perspectivas futuras no son las más halagüeñas.