El Centro Botín y la filantropía…

Cantabria ha sido una región muy favorecida por las acciones filantrópicas y generosas de sus muchos “indianos” que hicieron fortuna, especialmente en tierras americanas, y han deseado que parte de la misma se haya dedicado a favorecer a sus conciudadanos de La Montaña; desde las grandes obras que nos han podido dejar el Ramón Pelayo (Marqués de Valdecilla), Antonio López (Marqués de Comillas), Agapito de la Cagiga o el Duque de Santoña, hasta las pequeñas aportaciones que han contribuido a pequeñas obras en sus pueblos de origen…

¡Y debemos estar tremendamente agradecidos!, como muy bien han sabido dejar constancia nuestros antepasados en monumentos, bustos, placas, etc., con que podemos toparnos en los lugares más insospechados de la geografía cántabra.

El caso reciente de los Botín, familia ligada al Banco de Santander, es paradigmático:

Mantienen la central del Banco y su domicilio social en Santander, lo que tiene efectos fiscales y de imagen de gran importancia; y ello cuando el centro operativo del mismo se encuentra en la capital de España.

Cuando viajamos por el mundo, nos conocen por el banco de “Santander” y ello tiene unos efectos inimaginables.

Y, finalmente, es de sobra conocido que esta familia ha contribuido a crear la Fundación Botín, importante centro cultural de nuestra ciudad y entidad motivadora de la promoción de científicos, educadores, artistas, periodistas, etc.; una gran parte de la tecnología “punta” del Centro Médico “Marqués de Valdecilla” ha sido donado también por esta familia, especialmente, el anterior presidente de la entidad, Don Emilio Botín; la guinda de su filantropía y mecenazgo, la pone ahora la inauguración del Centro Botín, que será un faro cultural de todo nuestro país, que atraerá muchas personas de fuera de nuestra región y que supone un lujo para todos los santanderinos y cántabros.

Muchos ya estamos temiendo que los de siempre le pongan peros, como han hecho con las cuantiosas donaciones de Amancio Ortega; pero ya sabemos que estos iluminados y desarrapados mentales no nos deben señalar el camino, pues de lo que tratan es de sembrar discordia e intentar llevarnos al precipicio de la Historia.