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Opinión 14-05-2023 07:00

De nuevo con el mito de Pandora, por Juan Goti Ordeñana

Advertida la deriva que ha tomado el partido socialista, es una realidad, que caminamos sobre arenas movedizas. Ya no sabemos si la Constitución tiene alguna estabilidad, pues se modifica, por extrañas vías de corrección, a capricho del presidente del Gobierno, y, nada menos, que a petición de los que quieren destruir la unidad de España, a cambio del voto para seguir en la Moncloa

Ha llegado el momento en el que no sabemos qué Nación vamos a tener dentro de pocos años.

El ciudadano ha tenido siempre la facultad de interpretar la realidad que le rodea, y lo ha hecho, en especial, cuando ésta ha sido compleja, creando mitos para descifrarla. Lo mitos no son meras imaginaciones, sino que tienen un valor intelectual, constituyen la abstracción de realidades sociales y políticas reflejando situaciones de la sociedad. Son así como los universales de Aristóteles asimilados por el pueblo, deducidos del comportamiento social y creados por la sabiduría popular.

No es necesario entrar en mayores explicaciones, pero no dejemos de lado las ideas que retratan, ya que expresan realidades históricas. No hace falta referirnos al mito de Don Quijote, pues los lectores ya conocen su significado para comprender la esencia de la sociedad española. Advertimos la sabiduría que sacaron de los mitos griegos pensadores como Nietzsche, en su obra «El origen de la tragedia», cuando explica la sociedad con las ideas de Apolo y Dioniso, donde reconoce: «los representantes vivos y patentes de dos mundos del arte que difieren esencialmente en su naturaleza y en sus fines respectivos», o Freud que del mito de Edipo rey dedujo toda su teoría del psicoanálisis de tan gran influencia.

La realidad política española, dominada por el PSOE, tiene su explicación en las dos fases del mito griego de Pandora. Como en la historia de Grecia, también aquí, se han dado en la evolución del poder socialista, los dos ciclos de este mito, que nos llevan a reflexionar sobre las épocas de los gobiernos del PSOE. Podemos advertir que se dan aquí, lo mismo que en el pueblo griego, las dos fases del mito de Pandora. Por lo que vamos a distinguir los tiempos para comprender la realidad.

En la versión arcaica los griegos, como nosotros con el primer Gobierno socialista de 1982, vimos con optimismo la convivencia que se nos prometía. Soñamos como Pandora al abrir la caja, que Zeus había regalado a Epimiteo, conteniendo en su interior bienes sin cuento, y cómo éstos salían volando hacia la morada de los dioses. Pandora al ver cómo se escapaban se apresuró a cerrarla, pero ya sólo quedó retenida la esperanza.

 

 La sociedad española, allá en el año 1982, entregó el poder a los socialistas con ilusión, valorando la nueva estructura y organización que se había hecho del partido en Suresnes. En ese momento la sociedad española, creyó que debía abrir el arca centenaria de la doctrina original socialista, y confiar en las personas con las que se conformó el Gobierno. El pueblo en aquel octubre les otorgó su confianza, y sucedió los mismo que ocurrió cuando el pueblo griego creó el primer mito de Pandora.

Cuando se dio aquel voto al Partido Socialista, fue el voto de una sociedad ilusionada, a quien subliminalmente se le había atribuido toda clase de bienes: honradez, ochocientos mil puestos de trabajo, reforma social, etc. La televisión del Estado, la única que existía, sorprendía con biografías de los ministros que sonaban a una vida sencilla, vi­viendo en barrios humildes, que iban al trabajo en autobús o metro. Eran nuevas auras de la calle que llegaban a los ministerios. Se veía como una reforma. Al poco tiempo todo ha­bía volado. Entramos en Europa y nadie nos explicó lo que esto suponía, se vendieron o cerraron empresas porque no debían competir con las europeas, siguió el paró que se atenuó haciendo funcionarios, y la economía empezó a bajar y se llegó a la crisis económica, que al fin arrastró al Gobierno de Felipe González. Pero quedaba todavía una esperanza en el socialismo.

Cuando llegó la desilusión el pueblo griego, creó una nueva versión del mito, que recoge Hesío­do en su obra Los Trabajo y los Días, vv. 43?105.  Trocado el primitivo optimismo de la so­ciedad en pesimismo por la mala experiencia de los gobiernos, Pandora abre la caja, y salen de ella toda clase de males, que se extienden por la tierra y vienen a afligir a la humanidad. En la historia griega el paso de una versión a otra supuso largos siglos, entre nosotros esto se ha he­cho en pocas décadas.

En siglo XXI volvió a ganar el partido socialista con Zapatero y luego con Pedro Sánchez, y se ha abierto la segunda fase de la caja de Pandora, con lo que se han extendido por la nación toda clase los males: unas crisis económicas galopantes; una enseñanza para crear una sociedad de ignorantes; una «historia o memoria democrática» trastocando y negando la realidad histórica; una ley del «sólo sí es sí» de igualdad en la que se niegan derechos al hombre, con un feminismo para alucinadas y extremistas; una ley trans que destruye la naturaleza humana; una ley para animales con más derechos que los humanos; una ley a favor de okupas; toma del Parlamento y del Tribunal Constitucional; regalos a los que le pueden dar votos; supresión del delito de sedición; rebaja de la malversación; y modificación de las leyes que afectan al propio TC y al CGPJ, etc. Con lo que no da solución a los problemas existentes en la sociedad, y se dispone caminar hacia la tiranía.

Los mitos no son inocuos, encierran una gran filosofía, reflejan la visión que un pueblo tiene de la realidad social, y describen las formas de comportarse con gran precisión. Estamos en la segunda versión del mito de Pandora, cuando se han extendido los males. En la primera fase del mito quedó la esperanza encerrada en la caja, en la segunda apertura, en nuestra política, ya no queda esperanza.

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