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Opinión 16-02-2024 06:05

LA CASCADA DE CAILAGUA Francisco Glez-Riancho Colongues

Cuenta la leyenda que, en una cueva, cerca de donde hoy está la cascada del Asón o de Cailagua, vivían dos hermanas, una con unos largos cabellos dorados y la otra igualmente, con unos largos cabellos de color plata.

 

Cuenta la leyenda que, en una cueva, cerca de donde hoy está la cascada del Asón o de Cailagua, vivían dos hermanas, una con unos largos cabellos dorados y la otra igualmente, con unos largos cabellos de color plata.

La hermana de los cabellos de color de plata, la Anjana, era muy alegre, muy traviesa y bromista. Le gustaba alterar la paz de sus vecinos, tirando a los pastores al rio mientras dormían, ataba a los animales por las colas, cambiaba en las cocinas la sal por el azúcar, cosía las mangas y perneras de los trajes a los mozos, en fin, una serie de trastadas que tenia a los vecinos alterados.

La Anjana de plata no paraba de reírse de todo, hasta que una noche, su hermana, cansada de tanta travesura, hizo un conjuro y se la llevó de noche hasta una roca naciente del rio. Allí invisible por el sortilegio la sumergió confundida con una roca. Esa noche no tenía luna, por lo que, al no haber luz, no pudo ver que su larga cabellera plata se quedó flotando en el agua deslizándose por el cantil. Gracias a que el agua peinaba sus cabellos, éstos fluían por la cascada.

Pasado un tiempo y creyendo que ya habría escarmentado, la Anjana de cabellos dorados quiso liberar del conjuro a su hermana, pero había olvidado las palabras mágicas necesarias para tal fin y decidió acudir a una biblioteca mágica.

Deprimida y triste, la Anjana fue a un maravilloso palacio sumergido en el lago Brenovinto, en el cual había una inmensa biblioteca donde se albergaban antiguos códices perdidos y libros aún no escritos.

Todavía la Anjana dorada sigue buscando el conjuro y la Anjana plateada sigue derramando desde lo alto de la cascada, sus cabellos plateados, salpicando a todo aquel que se arrime al pie de la cascada, haciendo de esto, una travesura más.

Cuando vayáis a Cailagua, contemplad los impresionantes cabellos plateados de la Anjana, colgando a más de 50 metros de altura.

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