El IH Cantabria asegura que la erosión de El Puntal es "prácticamente nula"
Resultado "directo" de la política de dragados, la Autoridad Porturaria garantizará también el "máximo calado posible" del canal de Pedreña
SANTANDER, 28 (EUROPA PRESS)
El Instituto de Hidráulica de Cantabria (IH) ha presentado este martes un nuevo estudio que asegura que la erosión de la playa de El Puntal es "prácticamente nula" desde 2016 y se ha reducido "notablemente" en las playas de Loredo y Somo.
Además, ha concluido que, como consecuencia de la política de gestión de dragados y vertidos implantada en los años 90, la Bahía "ha alcanzado un equilibrio dinámico".
Por otro lado, para mantener el equilibrio actual y garantizar la sostenibilidad de la Bahía a largo plazo, el 'Estudio hidrodinámico del canal de navegación y del sistema de playas Somo-Loredo El Puntal' --presentado hoy-- ha propuesto medidas para la recuperación de zonas inundables, el dragado del canal secundario y la realimentación estratégica del sistema de playas, según ha informado el IH Cantabria.
Por eso, la Autoridad Portuaria de Santander (APS) --que ha encargado y financiado este estudio-- ha anunciado que va a iniciar una campaña anual, durante los cinco próximos ejercicios, para dragar el canal de navegación desde Punta Rabiosa a Somo "para mejorar su operatividad, sobre todo en las bajamares vivas".
Así, se ha asumido una medida, correspondiente al Plan de Gestión Integrada de la Bahía de Santander --popularmente conocido como Plan Bahía--, que dará respuesta a una de las diez problemáticas identificadas en el estuario, y cuyas conclusiones finales se presentarán en los próximos meses.
REDUCCIÓN DEL RETROCESO
En concreto, la investigación ha certificado que la progradación de Punta Rabiosa (el avance de la flecha de El Puntal), que históricamente avanzaba a un ritmo de más de 10 metros al año, se ha reducido entre 2016 y 2024 a una tasa "prácticamente nula" (0,20 m/año).
De forma paralela, se ha comprobado que en el periodo 1960-1990 se registraban retrocesos de 1,7 metros al año en Loredo y 1,5 m/año en Somo. En cambio, los nuevos datos reflejan que, en el período 2016-2024, se produjo una reducción de esa tasa hasta los 0,50 m/año y 0,20 m/año, respectivamente.
Para llegar a este resultado, ha sido clave la campaña de recopilación de datos financiada por la APS, que ha incluido levantamientos topo-batimétricos de alta resolución para mapear con precisión la forma de la costa y el fondo marino, una detallada caracterización de los fondos para identificar los hábitats y el uso de sofisticados modelos númericos para cuantificar los procesos litorales.
Esta información ha permitido cuantificar con precisión la realidad actual del estuario, que demuestra que las tasas de erosión en las playas de Somo y Loredo se han reducido "considerablemente".
NUEVOS RETOS CLIMÁTICOS
El sistema está alcanzando un equilibrio morfodinámico estable gracias a la gestión actual, basada en el conocimiento científico, pero al tratarse de una zona costera baja es "altamente sensible" a los nuevos retos climáticos.
Actualmente, el desafío "más significativo" al que se enfrenta la Bahía es la subida del nivel del mar, que puede provocar un retroceso de la línea de costa y aumentar la frecuencia e intensidad de las inundaciones y el rebase del oleaje, incrementando la vulnerabilidad de las infraestructuras y los ecosistemas dunares.
Así, se han propuesto que la estabilidad actual debe ser la base para implementar medidas proactivas de adaptación al cambio climático.
MEDIDAS PARA MANTENER EL EQUILIBRIO
El estudio recoge propuestas para mantener el equilibrio actual y garantizar la sostenibilidad de la Bahía a largo plazo.
Ha propuesto la recuperación de zonas inundables, con las 224 hectáreas de marismas en las rías de Boo y Cubas, un "claro ejemplo de solución basada en la naturaleza", que implica reconectar antiguos espacios mareales al flujo del estuario.
La restauración tiene un "doble beneficio"; ecológico, al recuperar un hábitat de marisma "vital" para la biodiversidad (zona de cría y alimentación); e hidrodinámico, al aumentar la superficie inundable, se incrementa el volumen total de agua que entra y sale con la marea. Esto genera corrientes más potentes, lo que mejoraría la capacidad de autolimpieza de los canales interiores.
Por otro lado, plantea un dragado de mantenimiento en el canal de Pedreña para recuperar su operatividad, que se ha visto "gravemente mermada" por la progresiva acumulación de sedimentos finos. Esta colmatación, que el estudio cuantifica en una pérdida de calado de hasta el 30% en los últimos años, compromete la navegación segura, especialmente en bajamar.
Dicha intervención mejoraría de forma directa la conectividad interior, garantizando la viabilidad de servicios clave como el transporte de pasajeros a Pedreña y Somo y el acceso a las instalaciones náuticas.
Por otra parte, con el objetivo de compensar el efecto del cambio climático, propone una aportación de cuatro millones de metros cúbicos de arena procedente de yacimientos externos identificados en la plataforma continental, como los situados frente a los acantilados al norte de Santander o en las proximidades del cabo de Ajo, cuya viabilidad y características son compatibles con la arena nativa.
La alternativa más favorable consiste en aportar este volumen de forma progresiva (150.000 m3 anuales durante 27 años), vertiéndolos en la misma zona sumergida actual.
DRAGADO DEL CANAL DE PEDREÑA
"Mantener una navegabilidad óptima en el canal que garantice el máximo calado posible es vital para el acceso de los buques a los muelles y el correcto funcionamiento de las operaciones portuarias, pero, al mismo tiempo, somos conscientes de que nuestro papel en el futuro del estuario es crucial", ha explicado el presidente de la Autoridad Portuaria de Santander, César Díaz.
Por su lado, el director general de IHCantabria y coautor del estudio, Raúl Medina, ha destacado que "por primera vez en más de dos décadas, contamos con una base de datos completa y actualizada que nos permite confirmar que el sistema ha alcanzado un equilibrio".
"No obstante, esta estabilidad es el punto de partida, no la meta. Aquí es donde el Plan Bahía se vuelve fundamental, ya que es la herramienta vertebradora que garantiza que la toma de decisiones sea coordinada. El futuro del estuario depende de que todas las administraciones actúen de forma conjunta, y este Plan es el marco que nos permitirá definir la siguiente fase de actuaciones de manera consensuada".
Las conclusiones del Estudio Hidrodinámico se integrarán ahora en el conjunto de medidas propuestas en el Plan Bahía, donde se dará respuesta a las diez problemáticas identificadas en el estuario, y cuyas conclusiones finales se presentarán en los próximos meses.
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