Dinero del Estado para los barrios de General Dávila

El Ayuntamiento ha presentado los proyectos de urbanización que se llevarán a cabo a los representantes de  las asociaciones de vecinos, que, dicho sea de paso, son poco conocidos entre sus convecinos. Esto es normal ya que esos colectivos que se arrogan la representación de los residentes en las zonas de la ladera norte de General Dávila, comprendidas desde El Caleruco al Alto de Miranda, llevan a cabo una escasa o nula  actividad vecinal cotidiana que sirva para incrementar la convivencia entre las familias que allí residen. A lo más que llegan es a celebrar las fiestas de cada barrio cuyos gastos paga el Consistorio, por lo que hay que llevarse bien con el concejal de Barrios para no perder la subvención. Olvidadas quedaron ya las reivindicaciones de otra época y muchos de estos residentes de los diferentes barrios echan en falta aquellas asambleas que se realizaban (ejemplo el barrio San Francisco) para reivindicar ejoras al alcalde de turno.

Todos estos núcleos de población  crecieron  aceleradamente en los años sesenta, impulsados por las llegada de  inmigrantes del mundo rural de Cantabria, que se asentaron en esta ladera compartiendo  precarias  condiciones urbanísticas, hacinados en inmuebles  que no guardaron las distancias que marcaba la ley, carentes de una trama urbana, faltos de zonas verdes y sin ningún tipo de dotaciones. Muchos de los desaguisados ya no tienen solución, por lo que sea bienvenida esta iniciativa del alcalde, Iñigo de la Serna, que aprovechando los dineros llegados a través del Fondo Estatal de Inversión va a invertir en actuaciones puntales en distintos barrios. Uno mantiene sus dudas sobre si el Consistorio hubiese llevado acabo estas mismas iniciativas sin la llegada de estos fondos del Gobierno de Zapatero y forzados por la crisis actual. En cualquier caso, ya era hora de que se aborde la reforma de estos zonas donde residen muchos santanderinos, lejos del Paseo de Pereda, que pagan los mismos impuestos.

Y me pregunto también que si los proyectos se han presentado a la prensa y a los “figurones” de los colectivos vecinales, lo lógico es que en cada uno de los barrios afectados se llevase a cabo una exposición de los planos con las obras y modificaciones a realizar. De esta manera, ya que no lo hacen los directivos de las asociaciones de vecinos, lo democrático y participativo es que lo lleve a cabo el propio Consistorio a través de la Concejalía de Barrios. Así se facilitará la participación y opinión de los residentes, dándoles la oportunidad de conocerse y compartir ideas,  al tiempo que se da alguna utilidad a aquellos locales desperdigados por estos barrios que tienen escasas utilización. Y si no es capaz de hacerlo el equipo de Gobierno, pueden llevarlo a cabo desde la oposición socialista, pues al fin y al cabo son dineros puestos en circulación por el Gobierno de su partido.