Noticias de Cantabria
19-05-2017 01:02

Gentes de dos espíritus

Varios pueblos de América del Norte, navajos, cheyenes, cherokees, entre otros, reconocían hasta cinco géneros y utilizaban el término “gente de dos espíritus” para eludir la moralidad cristiana como consecuencia de la conquista de América por los europeos.

Los antropólogos los denominaban berdache, término que viene del francés, del español, del italiano e incluso del árabe (bardaj), que significa chico mantenido o prostituto.

Entendían que eran dos espíritus que ocupaban un mismo cuerpo, mezclando en su vestimenta prendas masculinas y femeninas, dependiendo de cuál de los dos espíritus predomine.

 Si un dos espíritus tenía cuerpo masculino, se le otorgaba el papel de curandero, funerario, narrador de historias, adivino, enfermero, casamentero, tejedor, etc… y si por el contrario su cuerpo era femenino, podían ser jefas, consejeras, guerreras, guías, profetisas, curanderas, chamanas, etc…

Es más, las gentes que tenían dos espíritus, se consideraba que tenían características masculinas y femeninas, es decir, estaban dotadas de dones por la naturaleza y eran capaces de entender los dos lados del todo, por este motivo se les adjudicaban unos roles que solo ellos podían cumplir.

Cuando una familia tenía un miembro así entre ellos, se consideraba afortunada, pues se creía que una persona que podía ver el mundo con los ojos tanto masculinos como femeninos al mismo tiempo, era un regalo del Creador.

Entendían o diferenciaban hasta cinco sexos, distinguiendo, hombres y mujeres como tal, hombres de dos espíritus, mujeres de dos espíritus y transgéneros.

Los códices aztecas también registraban a gentes de dos espíritus de la misma manera que en América del Norte, pero muchos de ellos fueron destruidos por monjes católicos españoles, con el fin de tapar y como decíamos antes, eludir la moralidad cristiana.

Los europeos consideraban  a las gentes de dos espíritus, como homosexuales, pero la orientación sexual no era en absoluto un rasgo definitorio del concepto.

Cierto era que en muchas ocasiones se emparejaban personas de su mismo género, pero se consideraban sexos diferentes, era un tercer género.

Estos pueblos utilizaban nombres alusivos a su orientación de género, como Nádleehi (Navajo) que significa “uno que se transformó”, Winkte (Iakota), hombres que se comportan como mujeres,  los  Ojibwe  los llaman Niizh Manidoowag o los Cheyenne llaman a los mitad hombre, mitad mujer “Hemaneh”.

Hubo un guerrero Iakota que nació como varón, se vestía con ropa femenina, vivía y se comportaba como una mujer y se casó con una mujer al que llamaron Osh-Tisch, “El Que Los Encuentra y Los Mata”. Este guerrero es uno de los más conocidos hombres de dos espíritus al ganar gran reputación por salvar a un hombre de su tribu durante la batalla de Rosebud Creek, demostrando un gran valor.

 

Teniendo en cuenta la aceptación y los roles que estas culturas asignaban a las gentes de dos espíritus, conductas tomadas como normales, nos preguntamos si nuestra moralidad occidental y cristiana es antinatural sobre todo si sabemos que estas gentes eran consideradas como una bendición del Creador.

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Comentarios(2):

isabel garcía - 19-05-2017

Me ha encantado, que sensibilidad y respeto la de esos pueblos.

CMM - 18-05-2017

Muy buena esta reflexión Paco.Para mi significa que hay que estudiar a los pueblos primitivos para aprender de ellos porque el ciudadano "civilizado" ha perdido los principios por el camino