Noticias de Cantabria
16-09-2007 12:32

La crisis económica hacia la que avanzamos tiene raíces políticas

"Hay en economía una tendencia a minimizar y a poner paños calientes. Se da por supuesto que los políticos han de mentir en esa materia para mantener la confianza".

 

Hacia el fin de la democracia prebendaria (1)

 

Pero no hay nada más objetivo y racional que la economía, en la que a unas causas siguen unos efectos, y que rige por leyes como la de la oferta y la demanda. En economía es clave la confianza cuando hay datos objetivos para mantenerla, no se trata de que si nos engañamos todos, unos a otros, y mantenemos la confianza, entonces todo va fenomenal.

 

La tendencia de los políticos a tratarnos como niños y a engañarnos en economía se debe más bien a que de esa forma se hurtan a tener que adoptar las medidas necesarias, y que parten, por de pronto, porque haya muchos menos políticos. Sobran ministerios y autonomías, así que los políticos están implicados e interesados en mentirnos.

 

Aunque aún hay tiempo y capacidad de maniobra, vamos hacia una crisis grave y prolongada. No hacia un crack, ni nada por el estilo, pero sí hacia un progresivo decaimiento, ante el que puede resultar difícil salir si no se hace el diagnóstico y se habla claro.

 

La primera cuestión que hay que dejar sentado es que con nuestra incipiente crisis poco tiene que ver la globalización, salvo para mostrar nuestras carencias en términos de competitividad. Nuestros problemas son nuestros y básicamente nuestros. La crisis hacia la que avanzamos tiene raíces políticas, es una crisis de sistema.

 

No cabe culpar de ella al sector inmobiliario ni mucho menos a las clases medias. Ambos han mantenido el crecimiento económico durante mucho tiempo, mediante el interés de éstas de dotarse de patrimonio y merced a la respuesta de las empresas de la construcción. Pero era obvio que ese sector iba a tener un ajuste serio, porque el ritmo de construcción de viviendas era insostenible, muy alto. La contracción de ese sector, la subida del euribor, la presión sobre un porcentaje de familias en las hipotecas va a tener efectos previsibles de contracción del consumo interno, que es el otro motor de nuestra economía, en la que el déficit exterior se ha ido desequilibrando de manera clara.

 

La contracción de la construcción y del consumo va a significar más paro, como ya se ha visto en el dato tremendo de agosto. y más paro significará más gasto público. Y para evitarse o paliar esta crisis lo que se precisa es una reducción drástica de gasto público.

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