Remedios caseros contra la crisis

Paradójicamente, el imparable crecimiento que la economía mundial ha experimentado durante estos últimos años nos ha conducido a las puertas de una crisis que aún no nos ha sacudido con la fuerza de la que es capaz

El notable aumento de la confianza en la economía de la Eurozona se tradujo en una escalada de la moneda común que llevó al euro a situarse en máximos históricos frente al dólar. La consecuencia de esta fortaleza del euro frente al billete verde fue un encarecimiento de las exportaciones, que en muchos países europeos constituyen el principal medio de crecimiento de su economía.

Además, el extraordinario empuje de países como India o China ha contribuido al encarecimiento del precio del petróleo como consecuencia del aumento de la demanda, lo que ha situado a la OPEP en una posición de fuerza ya que de ella depende ahora que se abra o cierre el grifo, que se incremente la producción o no. Los contínuos records en el precio del barril de brent han traido consigo un espectacular aumento de la inflación en todos y cada uno de los países de nuestro entorno.

La inflación de la zona euro nunca tuvo que haber llegado a los niveles actuales. Que ahora, desde el Banco Central Europeo se diga que "harán todo lo necesario para que la inflación se sitúe de nuevo por debajo del 2% a medio plazo", en palabras de Klaus Liebscher, consejero de la institución, suena a que se les ha encendido la lucecita repentinamente.

El mismo Liebscher sostiene a día de hoy que "el crecimiento mundial es todavía robusto", y esas previsiones de crecimiento sostenido son las que nos hacen mantener la esperanza en que la desaceleración de la economía global no supondrá un "frenazo en seco".

Además, afortunadamente, los Bancos Centrales no han entrado en la tentación de llevar a cabo políticas intervencionistas con el fin de potenciar al dólar frente al euro y están permitiendo que sea el mercado el que regule los tipos de cambios en el marco de una política de cambios acertada y que a la larga dará sus frutos.

Por lo tanto, a la situación actual hemos llegado con la concurrencia de varios factores: las continuas subidas de tipos de interés, el imparable ascenso de la inflación, el aumento del precio del crudo y la debilidad del dólar en su cruce con el euro.

Cómo saldremos de ésta, no lo sé. Cuál debería ser la primera medida a adoptar, está bastante clara. Conseguir que los precios paren su crecimiento desbocado es la primera medida a adoptar. El tratado europeo al respecto o no se cumple o no sirve y hay que negociar uno nuevo. Pero la estabilidad de los precios debe ser el primer ingrediente en la receta que los mandatarios del BCE cocinen para salir de la crisis. El precio de las materias primas y de los alimentos de primera necesidad no pueden seguir en la progresión que lo están haciendo con las consecuencias que ésto acarrea para el aumento de la inflación.

Pero si lo más que se les va a ocurrir es recomendarnos que cenemos conejo estas Navidades y que no bebamos demasiada leche ni pongamos mucho la calefacción... éstos remedios caseros para ahorrar los lleva aplicando mi abuela desde hace mucho tiempo.