Noticias de Cantabria
09-09-2009 09:00

Requiem por las encinas y magnolios del centro santanderino

Las ingentes obras que se llevan a cabo en el centro del casco urbano santanderino, con la peatonalización de algunas calles y la remodelación de la plaza del Ayuntamiento, están dejando ya al descubierto cuál será el resultado final de esta operación de maquillaje urbano.

La ciudad gana por un lado amplias superficies peatonales de las que carecía y estaba necesitada, al mismo tiempo que se remodela la antigua plaza del Ayuntamiento que albergaba la estatua ecuestre del general Franco, ofreciendo ya otro aspecto que la diferencia de la anterior, aunque ya hemos escuchado algunas opiniones contrarias al tratamiento dado a los elementos emergentes del parking. Por otro lado, se ha abordado  la reforma de la calla Juan de Herrera, obra tratada también con materiales de granito, que ofrece visos de ser un pavimento duradero al igual que el colocado la pasada legislatura en la Plaza Porticada.

Hasta aquí, todo correcto, pero en el lado contrapuesto se observa que han desaparecido un serie de árboles que jalonaban las aceras- encinas- y algunos otros, como el magnolio, que compartía el espacio peatonal frente al edificio consistorial, al tiempo que se observa la ausencia de alcorques necesarios para su reposición.

Hay que deducir que desde el consistorio, el nuevo equipo de Gobierno apuesta por el pavimento de hormigón puro y duro, o si lo prefieren de granito, sin más elementos que el que aporte el mobiliario urbano. Así que digamos adiós definitivo a las encinas que jalonaban las aceras de la calle Juan de Herrera para llegar hasta la Plaza Porticada y el hermosísimo magnolio que adornaba la plaza municipal, como un elemento más del paisaje urbano.

Uno se pregunta si la construcción de aparcamientos subterráneos y las zonas peatonales están reñidos con los árboles en las zonas limítrofes. El mejor ejemplo de que parkings y árboles son compatibles en la mayoría de los casos es la plaza de  Pombo donde se plantaron una serie de magnolios que hoy adornan y embellecen la plaza. Claro que también a ellos llegó el afan depredador de la sierra y se  eliminar medio docena de ellos para facilitar las obras de la entrada al aparcamiento para residentes. ¿No debiera haberlos repuesto el que causó el desaguisado? En su lugar se plantaron otra especie que desdice ostensiblemente del conjunto ornamental de la plaza. La pregunta es porque no se repusieron los magnolios, trasladados junto a la autovía Santander- Torrelavega como aplazamiento a una agonía que hoy es ya una realidad.

Desde luego que la diferencia de coste de unos a otros es abismal, pero los representantes municipales ¿no están para velar por la defensa del interés público y los ediles de la oposición para denunciar los incumplimeintos? Pues parece que en este caso se olvidaron.

He querido rememorar estos casos porque da la sensación a la ciudadanía que frente al gusto exquisito por ornamentar los espacios públicos con árboles de bello porte como se hizo en legislaturas anteriores, orientadas por técnicos sensibles y expertos, se está produciendo actualmente un desprecio por la naturaleza a favor del hormigón. Y claro, esta tendencia tiene responsables  en el Consistorio. ¿Por cierto, se repondrán los magnolios en la Plaza de Pombo, para amortiguar el desaguisado que se hizo con la  obras del parking, o es que nuestros políticos actuales carecen de sensibilidad por la naturaleza?

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Comentarios(1):

Becker - 11-09-2009

Pueden y deben ser compatibles los espacios peatonales y los árboles y los bancos para sentarse. Es más, parece tener poco sentido tener un paseo sin árboles que agradan a la vista, dan sombra, capten el CO2, albergan nidos para crias de pájaros que , a su vez, acompañarán con sus trinos el agradable paseo.