Sin trabajo y mal pagados

Algunos de nuestros políticos regionales llevan tiempo - bastantes meses del pasado año, hasta que los números de la crisis demostraron lo contrario,- saliendo a los medios de comunicación alabando las bondades de la marcha de nuestra economía. Hemos pasado de unos datos positivos del crecimiento económica en nuestra región a la situación actual en que batimos cifras de desempleo, pérdida de la producción industrial y merma de la competitividad.

En los tiempos de bonanza económica los políticos que ahora están en el poder (PSOE- PRC) nos han hartado con sus discursos de la buena marcha de la economía, el crecimiento del PIB reginal y  la reducción del paro por encima de muchas otras comunidades autónomas. Quién leyó o escuchó sus soflamas y declaraciones recordará ahora que el mérito de tal crecimiento era obra suya, gracias a la buena gestión de las consejerías de Economía, Industria, Trabajo y Turismo, de forma especial. El tiempo, ese mudo testigo que da y quita razones, ha venido a demostrar, que en tal crecimiento poco intervinieron los responsables consejeros de dichas áreas. La inercia no necesitó a nadie porque venía el viento a favor de la economía mundial y también llegaron hasta Cantabria las brisas de la bonanza. Ninguno de nuestros políticos con responsabilidades de Gobierno quiso hacer un análisis riguroso de la situación y llegar a la conclusión de que la mayor parte de ello se debía  al boom de la construcción, que, por cierto, sirvió en algunos municipios costeros para destrozar gran parte de nuestro paisaje litoral. Nadie de estos responsables se detuvo a pensar que había que aprovechar esa economía pujante para afianzar otros sectores productivos. El necesario I + D se mencionaba con frecuencia pero parece que sólo  se aplicaba   para quedar bien de cara a la galería.

Han llegado los tiempos difíciles y demostrado está que toda la etapa anterior fue un mero espejismo y el dinero generado ha quedado en pocas manos y no se ha reinvertido para general riqueza sólida. Ahora vienen las lamentaciones, cuando se ha perdido la oportunidad y esos mismos políticos echan las culpas a la crisis mundial y no admiten ni asumen responsabilidades. Siguen tratándonos como a ciudadanos inmaduros que creemos en cuanto nos dicen porqué la verdad es que nadie sale públicamente a ridiculizarles por tanta discurso vacío y para pedirles responsabilidades. Ellos lo saben y quizás esa sea una de las razones de su empeño en gastar cantidades escandalosas del presupuesto regional en campañas publicitarias y edición de folletos que nadie lee. Así también controlan en cierto grado a los medios de comunicación para no delatar incompetencias o mentiras.

A los últimos datos del incremento del paro en la región hasta batir récords, y a las cifras macroeconómicas de nuestra economía, hay que añadir una nuevo dato que nos causa sonrojo “Cantabria fue la comunidad autónoma donde menos subieron los salarios en 2008”. La cifra no es dudosa pues aparece en el Boletín de Estadísticas Laborales (BEL) del Ministerio de Trabajo, y asegura que de los 111 convenios colectivos firmados o revisados en 2008 en Cantabria, que afectan a 91.895 trabajadores, la subida media fue del 2,96%, lo que representa medio punto por debajo del conjunto del país. O sea, los trabajadores estamos a la cola de poder adquisitivo en el conjunto de España, pues el incremento salarial medio ha sido del 3,54%.

Donde más subieron los salarios fue en el País Vasco (5,01%), seguida de Baleares (4,86%),  Ceuta y Melilla (4,82%), Madrid (4,27%), Canarias (4,25%) y Galicia (4,19 por ciento). En Cataluña aumentaron el 3,92%, en La Rioja el 3,83%; en Murcia el 3,68%; en Navarra y Aragón el 3,66%; en Castilla-La Mancha el 3,56%, y en Castilla y León, el 3,53%. En Cantabria nos quedamos los últimos con el 2,96% y los políticos callan.

Los datos ahí están. Aquí se ha vivido un espejismo y no se impulsa la economía porque faltan iniciativas de nuestros gobernantes. Nuestros estudiantes tienen que emigrar a otras regiones y nuestros trabajadores admitir los salarios más bajos de España. No hay tejido industrial, la ganadería está en vías de extinción, la hostelería se conforma con la avalancha del verano y SODERCAN trata de ser un salvavidas para muchas empresas inviables. Al mismo tiempo, los presupuestos se desangran en subvenciones para pescadores, comerciantes, hosteleros…, sin ocuparse de apoyar a los pocos empresarios emprendedores que quedan en la región.

Aquí han sacado provecho y lustre los especuladores de terrenos, inmobiliarias, constructores y entidades financieras que, por cierto también quieren ahora tomar parte en el reparto de la tarda presupuestaria. Ante este panorama, los políticos callados, los obreros sin trabajo y los sueldos por los suelos. Esta es la realidad de la región. Los políticos la ven de otra manera y seguiremos escuchando a los responsables de Economía, Industria, Trabajo y Turismo que todo marcha bien, aunque sea mentira. Saben que la paciencia de los inocentes soporta todo.