La calzada romana y su deterioro.

El yacimiento de la Espina del Gallego constituye un castro indígena, reocupado y fortificado por una guarnición militar romana en el transcurso de las guerras cántabras. Se ubica en la cumbre de la misma denominación a 965 mts, en la sierra que conforma la divisoria de los valles de Toranzo e Iguña.

Desde el alto de la Cruz en el lugar denominado Las Portillonas en Castillo Pedroso se puede circular en coche por una pista en perfectas condiciones hasta la misma base de La Espina del Gallego.

Por esta misma divisoria transcurría la calzada romana descrita minuciosamente por arquitecto Javier González de Riancho Mazo, el cual tras muchos años de minucioso estudio publicó el libro “La Via Romana del Escudo”.

Pues bien ésta desaparecida calzada romana transcurría por donde ahora transcurre la pista de unos 4 kilómetros y que se la ha tragado sin piedad.

Los tramos que aún se pueden ver de la calzada, como el que sube hasta La Espina del Gallego por ejemplo, están destrozados por el paso de vehículos a motor, motos y quads…, es lamentable que nosotros mismos, destrocemos nuestro legado histórico sin importarnos nada. ¿No nos damos cuenta de lo que hacemos? Yo creo que cualquiera que ande por el monte, ya sea en moto, en coche, andando o como sea, tiene que tener educación y respeto con el medio, no tiene porque destrozar el patrimonio arqueológico, ni el  natural que tenemos en estos lugares.

Si no se respeta esto por las personas, alguien tendrá que cerrar esos accesos para que no sea salvajemente destrozado todo.

Pensamos que las pistas de los montes deben de ser cerradas totalmente al tránsito de vehículos a motor y solamente se puedan visitar andando. Exceptuando lógicamente los ganaderos y lugareños que por necesidades propias de su actividad vital y ganadera, necesiten acceder con sus vehículos.

Espero que los responsables de todo esto tomen buena nota de que los amantes de la naturaleza y de la historia, rechazamos a estos salvajes de nuestros montes.