Penosa jornada inaugural de los Reales Clubes, que terminó en anulación

Cuestión esta que la  flota de crucero aprobó hace más de dos años, para que siempre que se diese   a los J80 salida en el abra, también se diese desde  el comité de mar la salida a los cruceros, pero parece ser que los acuerdos de flota valen  para poco, ya que hoy  los cruceros vieron estupefactos como los J80 se dirigían al Sardinero, mientras que para ellos la salida se iba a dar desde el Club.

No es de extrañar que cada vez sea más escasa la participación de los crucerista santanderinos en las regatas del Club.

Es esta ocasión solo han sido 7 las tripulaciones que acudieron para tomar parte en la jornada, 2 de la Clase II, 1 de la clase III y 4 de la Clase Open, de los cuales tan solo dos habían completado su inscripción a la hora de la salida.

Con relación a la clase Open, esta es un cajón de sastre, en la que la clasificación es conjunta para todos lo que están en ella, a pesar de las grandes diferencias de rating que se asigna a cada embarcación.

En esta clase, lo mismo que las que tiene rating oficial, es imprescindible el separar a las embarcaciones en grupos de acuerdo con el rating que se les asigne, de  no ser así para nada vale esta categoría.

Para la ocasión se determinó un recorrido que jamás, con las condiciones meteorológicas reinantes, se podría completar, con lo que todo el esfuerzo que cuesta el tener un barco de regatas activo, el poder contar con una tripulación para manejarle, y todo el tiempo que se pierde cuando la jornada no se puede realizar, es enorme por parte de los tripulantes, a los que para nada se les tiene en cuenta a la hora de decidir que recorrido o  desde donde se da la regata, y sin participantes esta no existen. Es incomprensible que se sigan manteniendo estas actitudes cuando ven que con otras en Santander participan en cada prueba entre 22 y 27 embarcaciones de las más variadas esloras  

Con la salida desde el club y con la corriente entrante, el salir de la bahía es una misión casi imposible, sobre todo para los de menos eslora, y cuando consigue hacerlo, los demás participantes les llevan millas de ventaja, lo que deja sin sentido el objeto de la Regata, y de lo que la organización y el capitán de Flota, a pesar de la trastoca caída en la participación no se enteran. La entrada en la bahía con la marea bajando y a la caída de la tarde es mil veces peor que la salida.

 Lo verdaderamente milagroso es que el Yamamay pueda  mantenerse a la cabeza de la Flota del Cantábrico, ya que las regatas en las que navega en casa, son de todo, menos para mejorar.

Hoy, el primer tramo del evento, que era de unas tres millas,  se ha hecho de un solo bordo en donde en lugar de una regata lo que se estaba haciendo era un desfile,  como ha venido sucedido en casi todas la pruebas que desde hace más de un año se han celebrado.

La navegación en demanda de la segunda baliza, era nuevamente una misión imposible ante lo escaso de la intensidad del viento, no llegando ninguno de los participantes a poder virarla. Con lo que tras más de dos horas de flotar, se suspendió la tirada.

Para mañana nos puede caer un recorrido que se ha inventado el año pasado y que consiste en dar una regata al viento en el  sardinero y en vez de acabar al corta la línea de salida de la motora, la prueba se termina al cortar la línea que se instala en el Club, con lo que todo el trabajo realizado en la navegación en al abra, todos  con las mismas condiciones  se va al traste al tener que navegar el final de la regata en el interior de la Bahía, en donde la corriente, las roladas y las diferencias de presión hacen que nada tenga que ver con que se había  navegado hasta cortar la línea de la motora.

Que este sistema, lo mismo que el de salir desde el Club,  es funesto y solamente valido para salir del paso, lo demuestra que a los J 80 no se les hace navegar con  estos recorridos, preguntándose ¿porque a los J80 no y a los Cruceros si?, y además  es estos, un día sí, y otro también, está claro que algo chirria con los cruceros.

Sería bueno que desde la capitanía de flota se hiciese una reflexión seria para evitar que la caída en picado de la participación cambiase de signo, lo que de seguir con acciones como las de hoy será completamente imposible