Noticias de Cantabria
Opinión 10-12-2023 06:58

El Sr.Juan Carlos Campo, ex ministro de justicia y magistrado por la gracia de Sánchez se abstendrá cuando se debata la amnistía. Carlos Magdalena

El magistrado Juan Carlos Campo, que fue ministro con Sánchez en la cartera de Justicia y le nombró magistrado del Constitucional, dice ahora que se abstiene en dictaminar sobre la amnistía porque dijo cuando aprobó los indultos que la amnistía era anticonstitucional. En efecto por dignidad judicial y seguridad jurídica debería mantenerse en el cargo y opinar lo que opinó en su momento. El abstenerse es cobardía, servilismo u otra cosa?

 

El caso Campo es el más llamativo de las dudas fundadas que tenemos la mayor parte de los españoles sobre la imparcialidad del TC dividido en magistrados sanchistas, como correa de transmisión de las ?cosas? de Sánchez, y otros magistrados a secas. Lo de la independencia del Tribunal Constitucional tristemente lleva un tiempo en solfa.

 


Existe un rechazo en toda España contra la amnistía y la sociedad está consternada. La sociedad no está contra el Gobierno de Sánchez, que también, no confundamos el culo con las témporas, la contestación es contra el chantaje del independentista y prófugo Puigdemont.

Ya se empieza a hablar, porque es así, que la amnistía va contra los principios y el tratado de la Unión Europea. De aquí a unos días van a intentar meter la amnistía en el Tribunal Constitucional de alguna de las formas que existe en derecho para que se produzca el pucherazo y la quiebra del Estado de Derecho, no puede ser de otra manera.

 


Las prisas nunca son buenas y Sánchez debería de haber preguntado previamente al TC su opinión sobre la ley y no que sean los amnistiados, los que le han redactado la ley de amnistía a la carta, y a escondidas en un un hotel extranjero. La contestación a esa amnistía se está haciendo desde cauces democráticos y los cauces democráticos no son otros que la contestación por toda la ciudadanía a la compra por parte de Sánchez de siete votos con nuestro dinero para su investidura sin importarle ni el precio ni todas  las dádivas ni la oposición maxiva de la ciudadanía. Ese es el problema y no otro.

Sánchez, en esta democracia parlamentaria puede gobernar con los votos del resto de los partidos que tienen representación parlamentaria en el Congreso, pero lo que no puede hacer Sánchez es comprar los votos para ser investido y a cambio de esa investidura, cambiar todo el Ordenamiento Jurídico y Constitucional de este país. Y es que la falacia, los engaños que se están practicando no tienen límite.

Decía muy bien Alfonso Guerra en El Hormiguero de Pablo Motos, con una gran audiencia, que no se entiende como unos delincuentes redacten en Bruselas su auto amnistía y fuera del Congreso depositario de la soberanía popular. ¡Quizá en Zambia, que tampoco, pero aquí al parecer sí!

 


El problema lo tenemos en casa, nosotros, y somos los españoles, todos, los que debemos resolver ese golpe de estado que está ejecutando Sánchez y no esperar que vengan a salvarnos. Feijóo no puede bajar el tono de la protesta ni un milímetro, tiene que recurrirlo todo, en España ante los tribunales, ante todos los organismos, y mostrar a Europa entera y al Parlamento Europeo la felonía seudojurídica que se está haciendo en nuestro país. ¿No quería el prófugo internacionalizar el por qué de su huida de la justicia española?, pues hagámoslo desde la democracia denunciando la felonía judicial que se pretende ejecutar en España.

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