Cien Días

Es posible que un formato como el descrito, unido  al extremismo que caracteriza al Sr.Diego expliquen el maniqueísmo simplón con el que despachó el balance de estos primeros 100 días de gobierno del PP: Todo lo que hicieron los anteriores lo hicieron mal o rematadamente mal , y , por el contrario, según su Presidente, el gobierno actual ya ha sacado a Cantabria del colapso y ha sentado las bases del crecimiento. Y esto sí que tiene mérito, porque han sacado del colapso a nuestra región sin apenas despeinarse, o , dicho de modo más deportivo, sin bajarse del autobús.

Ciertamente ya habíamos escuchado al Sr. Diego decir en más de una ocasión que Cantabria estaba en bancarrota, que nuestra región estaba en quiebra. Lo repetía antes de las elecciones , supongo que no para generar confianza y optimismo entre inversores y consumidores, sino más bien para tratar de convencer a los ciudadanos de que era necesario un cambio pues la situación de la región no podía ser peor. Y siendo esto preocupante, pues la realidad y el tiempo han desmentido rotundamente aquellas afirmaciones irresponsables del hoy Presidente de Cantabria, lo terrible es que ahora se pase el día diciendo que se ha encontrado las cosas peor de lo que esperaba . Porque, digo yo ¿Acaso hay algo peor que la bancarrota? Evidentemente no. Así pues, todo esto huele lisa y llanamente a engaño y , por ese camino será muy difícil recuperar la confianza y el optimismo.

Lamentablemente, en vez de hablar de lo que el gobierno del PP propone hacer para ayudar a que la región salga cuanto antes de la crisis y salga lo mejor preparada para afrontar los retos del mercado global, siguen ensimismados en el pasado y empeñados en hacer un ajuste de cuentas con el anterior gobierno ¿Y las propuestas de futuro?¿Y las medidas que de inmediato iban a sacar a Cantabria de la situación en que se encuentra?¿ Y los planes de empleo que aliviarían nuestra angustiosas cifras de paro? Esto es lo que razonablemente esperaban la inmensa mayoría de los ciudadanos que escucharon que el PP sí sabía lo que hacer para sacar a Cantabria de la crisis y crear empleo.

Ojalá hubiese sido así, pero lo cierto es que, a excepción de la reforma del Impuesto de Sucesiones que detraerá de las arcas públicas en torno a 1´5 millones de euros que se ahorrarán los que reciban herencias de mayor cuantía y la supresión de algunos altos cargos,  el Gobierno del PP se ha dedicado, fundamentalmente, a jugar al gato y al ratón con los planes y proyectos del anterior Gobierno y a pedir, al menos de momento, que Madrid nos saque las castañas del fuego. Por eso, más que a un balance de 100 días hemos asistidos a 100 días de balanceo, plagados de indecisiones y titubeos como los expresados con el Proyecto Eólico, con el Proyecto Comillas, con Colegios del Mundo o sencillamente con los recortes en la Educación, admitidos en principio por el Consejero y negados a continuación por el Presidente.

No diré yo que el anterior Gobierno lo hizo todo bien, ni que 100 días son tiempo suficiente para que un Gobierno pueda afrontar y resolver todos los problemas que tiene planteados nuestra región. Ahora bien, 100 días sí son más que suficientes para advertir que el tiempo de echar la culpa a los demás se ha acabado . Que lo que toca ahora es hacer frente a los problemas sin embobarse con el pasado y plantear a los cántabros una hoja de ruta , un modelo sostenible de región si es que el PP tiene uno distinto al propuesto por los socialistas en estos años.