Noticias de Cantabria
09-01-2015 07:18

Esperando a Draghi con expectación y volatilidad

Una semana más los inversores han andado bastante revueltos. Cierto que el selectivo de la bolsa española ha sumado ganancias, del 3,3 por ciento, y ha superado de nuevo los 10.000 puntos. Sin embargo, las incertidumbres atenazan.

Una semana más los inversores han andado bastante revueltos. Cierto que el selectivo de la bolsa española ha sumado ganancias, del 3,3 por ciento, y ha superado de nuevo los 10.000 puntos. Sin embargo, las incertidumbres atenazan. Entramos ya en unas semanas cruciales donde se van a tomar decisiones muy importantes. Por un lado, las que dependen del BCE y la compra de deuda, y por otro, la proximidad de las elecciones en Grecia hasta donde se fue en viaje relámpago el presidente del Gobierno. Rajoy quería contarle a los griegos que con estabilidad, sin experimentos, España ha logrado superar lo peor de la crisis. Estos días siguen las reacciones a lo que podría ocurrir en la Unión Europea a propósito del resultado de las elecciones en Grecia.

De momento, el euro está ya rozando los 1,4 dólares. Y, el petróleo, la otra variable que está en el punto de mira, el petróleo ha llegado a bajar hasta los 48 dólares el barril. Son los otros dos focos de atención y sobre todo la repercusión de este último en la inflación y la discusión eterna entre economistas si estamos en deflación o no y por tanto, la conveniencia de que el BCE haga sus deberes para hacerla subir al tiempo que ayuda a echarle algo de leña a la lánguida economía europea.

También como es principio de año, las previsiones se multiplican. Los expertos hacen sus cálculos y a pesar del panorama incierto que se cierne sobre la economía mundial a cuenta de variables como la evolución del precio del petróleo, la bolsa española no sale muy mal parada. El IBEX en 12.000 puntos al final del año no es algo excepcional. Son muchas las casas de análisis que le ven este recorrido a la bolsa española, a pesar de los procesos electorales que nos esperan y la incertidumbre que generan el nacionalismo catalán o la presencia de Podemos. Parece, en todo caso, que ninguna de estas razones, al menos de momento, está influyendo en la entrada de capitales en España y de grandes inversores, que han visto en nuestro país una oportunidad de negocio y no precisamente especulativa. Se avecinan dos semanas decisivas en las que hay valores para sortearla. Pero, la mejor virtud en estos casos es la paciencia, esperar y ver para no tomar decisiones equivocadas. La economía española entra en una fase muy positiva, el año acaba de empezar, así que no precipitarse es jugar a caballo ganador.

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