Kouchner destaca el "espíritu de diálogo que se empieza a respirar" alrededor del Mediterráneo

   "El Mediterráneo es el centro de todos estos asuntos de los que depende nuestro futuro. No sólo el centro geográfico, sino el centro político, histórico y moral", dijo. Para el jefe de la Diplomacia gala, la Unión para el Mediterráneo es así un "sueño" a punto de realizarse", un proyecto colectivo "de desarrollo económico, de paz, de derecho y de solidaridad".

   Alertó igualmente de los riesgos de "no hacer nada" ante un mundo "frágil" en el que "las tensiones latentes y las disparidades crecientes son demasiado peligrosas" para una época "inestable", por lo que defendió la necesidad de reforzar los vínculos entre los países de ambas riberas del Mediterráneo.

   La idea que nace hoy en París debe por tanto afrontar "los escepticismos y las tentaciones de la desconfianza". Defendió que hacía falta "reunir sin imponer un modelo exclusivo" y lograr una asociación "equilibrada" retomando los logros del Proceso de Barcelona, las valientes reformas emprendidas con los fondos Euromed y el diálogo "mantenido pacientemente" incluso en "los peores momentos".

PAPEL DE ESPAÑA

   En este contexto, Kouchner elogió el "papel determinante" de España, Italia, Alemania y la Comisión Europea, así como el rol de Egipto, comprometido desde el primer momento con la coordinación de las posiciones del mundo árabe. El ministro galo apuntó a continuación los tres principios que deben inspirar los trabajos de hoy.

   En primer lugar, organizar una movilización política al más alto nivel, en segundo lugar construir una nueva gobernanza encarnada en un secretariado permanente conjunto y por una copresidencia asumida inicialmente por Egipto y Francia y, por último, concentrar las energías alrededor de grandes proyectos concretos respondiendo a las expectativas de los ciudadanos.