Noticias de Cantabria
07-03-2008 18:26

publicado en el mundo EL 1 DE MARZO DE 2008

Pesimismo contenido frente a optimismo desbordante

A pocos días ya de que se celebren estos comicios presidenciales no hay grandes especulaciones acerca del resultado que obtendrán las principales fuerzas políticas en nuestra Comunidad o, lo que es lo mismo, que la victoria de los populares se da por hecha, tanto en votos como en escaños; tanto en el Congreso de los Diputados (o Cámara Baja), como en el Senado (o Cámara Alta).

A nivel nacional la cosa está más complicado, ya que el empate técnico existente sólo se romperá, pues eso, a partir de las 20.00 horas del domingo 9 de marzo.

Mi impresión es que Mariano Rajoy, debates al margen, tiene todas las papeletas para dejar en la cuneta a Rodríguez Zapatero, en el que sería uno de los mandatos más fugaces de nuestra democracia. Ahora, tanto Martínez Sieso, como el resto de componentes de su lista y de su partido, habrán de tener en cuenta una premisa fundamental una vez alcanzada la tan ansiada victoria electoral, y es que miles de cántabros se han venido movilizando en su apoyo desde el mismo 14 de marzo de hace cuatro años contra los anhelos separatistas y antiespañoles del Gobierno socialista. El Partido Popular, desde luego, tiene un electorado y una militancia que no se la merece.

A lo largo de la agónica legislatura hemos asistido en Cantabria, fundamentalmente en Santander, a multitud de manifestaciones en defensa de las instituciones democráticas, así como de principios y valores como la familia, la libertad de expresión, la nación española o la solidaridad con las víctimas de los terroristas. No han sido precisamente los dirigentes del PP quienes han puesto en marcha toda esta serie de movilizaciones pero -todo hay que decirlo- siempre las han secundado e incluso –erróneamente- protagonizado. La salida a la calle del electorado de derechas en Cantabria es un hecho sin precedentes, ya que manifestarse en esos términos ha sido siempre privativo de la izquierda más follonera y radical.

Los socialistas cántabros (y las socialistas cántabras, que diría Dolores Gorostiaga) no sólo no han podido hacer más demagogia en todo este tiempo, sino que han sido cómplices de una pretendida reestructuración democrática. ¿Cómo? Pues bien sencillo, haciendo saltar por los aires la propia legitimidad institucional para llevarla hasta no se sabe dónde.

Es por ello por lo que si el PP se instala en La Moncloa ha de saber poner el oído y escuchar a esos cientos de miles de españoles que les han prestado su confianza y compromiso sin recibir nada a cambio. Ahora, que no se lleven a engaño, porque la experiencia en materia de comunicación y propaganda de los socialistas está a años luz de la magnanimidad y en ocasiones indolencia popular.

Si recordamos el último mitin de Rajoy en Santander, nos daremos cuenta de que hablaba entre ovaciones encadenadas de forma que las últimas palabras de cada frase apenas se oían y era constantemente interpelado por voces que salían del público, con un Palacio de los Deportes desbordado a pesar de que se habían colocado una lonas por si acaso, que lo único que hicieron fue obstaculizar la visión de cientos y cientos de simpatizantes. Y aunque las intervenciones de De la Serna, Diego y el propio Rajoy estaban muy bien medidas, el resultado fue pura improvisación y de ahí que se desatara el sentir del personal, más allá de estrategias o tácticas de campaña. El resultado, la salida a hombros de los tres, como si del Coso de Cuatro Caminos se tratara.

En pocas palabras: el próximo 9 de marzo se votará sí o no a ZP, cosa que no me entusiasma demasiado, más bien todo lo contrario, porque no hay peor asunto que plantear estas elecciones como un plebiscito zapateril. Así, que mal asunto. Si quieren que les diga la verdad, mi sentimiento es de pesimismo contenido, frente a un optimismo desbordante.

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Comentarios(1):

progredepro - 11-03-2008

Un día después y no les ha dado tiempo a insertar mi comentario de ayer por la tarde.