Noticias de Cantabria
14-07-2015 07:00

¿Multar a los medios de comunicación?

Dudo que el Ministro de Justicia sea tan torpe como le vimos a raíz de su criticada intervención en el Club Ecuestre de Barcelona, en un coloquio, en el que, atosigados prohombres de la patria catalana preguntaban cuando se iba a garantizar su impunidad ante la prensa.

Parece como si a un sector de la honorable sociedad, los asuntillos de los Pujol, Prerrafeta, Pallerols, El Palau, los del 5% (¿sigo?), les hubiese molestado que hubiera llegado a conocimiento público. Que  necesidad de airearlo, si se podía resolver en privado. Qué tiempos aquellos de  Pascual Estevil, seguramente pensaron algunos, que con una mordida al juez, se ventilaban algunos casos. Pero claro, si se sale en la prensa es más complicado. No he conseguido oír la intervención completa, ni leerla, de manera que lo que escribo, es un poco imaginación mía. Vamos, que la alarma social, la crean los periodistas por informar y no los Pujol por actuar. Y llegados a este punto que menos que invocar el artículo primero del código  amoral de los delincuentes, que es la presunción de inocencia. No quiero entrar en circunloquios, la presunción de inocencia es una cuestión penal, ajena por completo a la vida política. Aquel lejano jefe de la pasta del  P.P., el tal Naseiro, fue absuelto  penalmente, pero eso no le rehabilitaba políticamente. La prescripción de los delitos no le devuelven la integridad ética y política a nadie. 

No obstante, si merece la pena señalar, la importante actualidad que tiene el debate. Decía hace unos días el Director de la Agencia Tributaria, que el fraude fiscal era la “repera patatera” y que más de 700 de los 42000 acogidos a la amnistía estaban siendo investigados por distintos delitos de blanqueo. El gobierno ha dicho que no puede entregar la lista de los artistas, pero los ciudadanos, estafados económica y políticamente ponemos velas a San Antonio para que un hacker se apiade de nosotros y las filtre, como el Falciani que publicó las listas de los ahora indignados clientes del HSBC  suizo. Lo de los indignados es así, unos se  indignan por no tener nada y otros, que lo tienen todo,  porque los pillan defraudando. Quien iba a decir a los evasores contumaces  que iban a compartir indignación con los del 15 M.

También se invoca el artículo segundo del citado código amoral; el derecho a la intimidad: que hayamos saqueado y arruinado económica política y éticamente el país no tiene porque ser aireado, invocan a menudo esos miles de nombres que no caben en este articulo. Y qué casualidad, mientras escribo estas líneas, dan la noticia de que un tal Rus, presidente de la Diputación de Valencia y alcalde de Xativa, le quieren hacer dimitir a raíz de la publicidad de las conversaciones grabadas contando pasta; algo que al parecer sabía todo el mundo, pero que todos callaban, hasta que la prensa hizo su trabajo. 

No es mi intención salir en defensa del ministro, el mero hecho de que  tuviera dudas de si hay que abrir un debate demuestra que la faltan unas hornadas, pero creo que le liaron. El solo hecho de admitir un debate en torno a una presunción de inocencia sesgada, lo de los amigos del poder  es bochornoso. Los delincuentes tienen todos los mismos derechos. Eso de pensar que los delincuentes de pata negra deban de recibir mejor trato es un disparate que el ministro debió de cortar de raíz. El Código Penal no distingue entre apellidos debió de decirles el ministro, y no admitir la posibilidad de perseguir al mensajero, a esa actividad de alto riesgo que a menudo es la prensa y el periodismo. 

 

 

 

 

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