Las diabólicas elecciones catalanas, y Sánchez. Carlos Magdalena

Hace unos días comentábamos un grupo de amigos que para entender la situación catalana había que ser más que un analista, un viajero al futuro. Desde que Pujol se tuvo que "marchar" porque ya había cumplido su labor, digo yo, el grupo independentista no españolista tomó la riendas de esa voluntad política del minoritario independentismo radical mientras la confusión reina en Cataluña entre la clase política y nadie entiende nada. Mientras los ciudadanos catalanes y españoles siguen atónitos las ocurrencias de unos y otros pero ya sin inmutarse sumidos en el día a día de cada uno.

Si a ello añadimos a Sánchez, su cambio de "opinión" constante y la corrupción reinante  todo resulta diabólico. Se van a celebrar unas elecciones el día 12 y lo que podría ser un plebiscito de lo que quieren los catalanes en una democracia consolidada europea, no va a ser así, porque ya de forma previa están negociando, digo, repartiéndose las diferentes cuotas de poder sin que el pueblo catalán haya votado todavía. Lo que quiero decir es que dada la atípica situación de Cataluña, el catalán que quiera votar, que casi nunca pasan del 51 % del censo electoral, lo tendrá que mirar con lupa porque cuando deposite su voto no sabrá muy bien donde puede ir ese voto y que van a hacer los políticos con él.

Ese gran estadista que fue Winston Churchill  dijo: ?La democracia es el peor sistema de gobierno, a excepción de todos los demás que se han inventado?

 
Y es que los sujetos políticos que participan en el circo español son, dicho de forma frívola, de mear y no echar gota o de celtibérica show.
Un prófugo delincuente en busca y captura que con siete votos mande en España no deja de ser algo inaudito, por si alguien no sabe a quién me refiero se llama Puigdemont(un privilegiado). Y un condenado por golpe de estado y que ahora quiere amnistiar Sánchez para que poder seguir éste en la Moncloa que se llama Junqueras y su banda son otros de la misma calaña. Un ex ministro y sumiso de Sánchez que cuando esto se aclare, que puede ser nunca, pudiendo ser condenado por corrupción en la compra de mascarillas y otras cosas, se llama Illa. Unos chicos de la banda del Cup, que en cuanto pueden montan jaleo también se unen a la banda. Y a todo ello unimos comunistas, a modo de aliño y presentamos la gran ensalada catalana.
 

Evidentemente con estos ingredientes difícilmente Cataluña puede progresar y sigue alejándose de su progreso y de lo que representó para España en su conjunto y para Europa como faro y tránsito de culturas mediterráneas. Ahora hasta persiguen a los ciudadanos por no hablar catalán cuando no hace muchos años la catalana era una sociedad pluricultural, permisiva, tolerante y culta mientras ahora se ha reconvertido, gracias a la política, en una población localista, cerrada en sí misma, feudalista y ombliguista. Ya no es faro del Mediterráneo ni es nada, salvo una comunidad en retroceso y el famoso seny o ha desaparecido o entrado en el lado oscuro de la política, sin que haya ningún remedio a primera vista, atendiendo a que para que esto empiece a funcionar tendría Sánchez y su especial lujuria por el poder, a costa de lo que sea, salir de la política que ha emponzoñado hasta límites desconocidos e inimaginables en otros tiempos.