Se va el Caimán, se va el Caiman.... Por Pedro Arce

En este terremoto o sunami en que hemos convertido la política española, con Madrid como epicentro, Díaz Ayuso ha acuñado una frase que ha calado entre muchos españoles: “Socialismo o libertad” y que ha tenido otra contrafrase cuando el irrelevante Pablo Iglesias ha entrado en escena: “Comunismo o libertad”…

Pues, reflexionando, lo que nos estamos jugando en España desde hace ya tiempo es la ¡DEMOCRACIA!, y quien no lo entienda así debe ponerse a reflexionar seriamente. España lleva unos años caminando hacia una situación real de falta de democracia, unido a una seria situación de déficit de las libertades básicas.

Cualquier analista puede observar cómo este Gobierno con Pedro Sánchez y Pablo Iglesias y con el laboratorio de ideas dirigido por Iván Redondo, nos ha sumido en un año de confinamiento de las libertades donde nos ha tenido en “estado de alarma”, mientras nos ha ido colocando, decreto tras decreto, leyes como la de Educación, Eutanasia, Poder Judicial, etc., que han supuesto claramente una pérdida de libertades esenciales.

Y para ello ha contado con el apoyo de Pablo Iglesias, recalcitrante en la senda bolivariana y que será recordado muy negativamente por la historia, si queda un hueco para él, pues ha sido el adalid de los mayores desastres que hemos vivido en estos meses de gobierno social-comunista. Y no olvidemos que Ciudadanos ha ido de comparsa.

Y mientras esto sucedía, el paro ha subido hasta niveles más que preocupantes, el Ibex ha retrocedido hasta niveles asfixiantes y muchos ahorros de los españoles están dilapidados, con sectores económicos en un auténtico desastre, como sucede con el mundo del sector turístico, hostelería y de servicios que le costará muchos años para recuperar niveles anteriores, si es que los llega a recuperar en algún momento; la cohesión territorial en plena disgregación, con Cataluña de ariete y Pedro Sánchez sonriendo bobaliconamente; con los asesinos de ETA campando a sus anchas como héroes, mientras se humilla a las víctimas por parte del Gobierno; con el indignante asalto al poder judicial para domeñarle; con el idioma español relegado de buena parte de España; con la corrupción de muchos miembros del Gobierno hasta límites jamás alcanzado, como su relación con la dictadura venezolana, que personajes como Zapatero, Iglesias y Ábalos regalan 53 millones de euros de nuestros dineros a la compañía aérea venezolana Plus Ultra…

A muchos ciudadanos, todo esto les suena a algo muy lejano, pero pueden observar algunos aspectos de su entorno, por ejemplo Cantabria, donde en los últimos cuarenta años hemos observado una pérdida de nuestra situación socioeconómica con respecto al resto del país y temas como las infraestructuras, han quedado absolutamente relegadas con respecto, por ejemplo, a los proyectos de la época de Íñigo de la Serna, que han ido a parar al cajón del olvido, salvo los ya iniciados y no fáciles de parar como el nudo de Torrelavega o los accesos al puerto de Santander (Fundación Enaire, desfiladero de la Hermida, tercer carril de la autovía

Santander-Torrelavega, variantes de Potes o Lanestosa, etc.). Y aquí seguimos mirando al dedo cuando los políticos y embaucadores nos señalan la luna, como aquel tonto del pueblo.

Y ahora hemos entrado en el bucle de la inestabilidad política en Murcia y en la batalla de Madrid; en Murcia, los mismos que acusan al PP de estar comprando voluntades, han comprado los de Cs y pretendido que los exdiputados de Vox se unan a la moción de censura, porque para esta izquierda española los tránsfugas y corruptos siempre son de los adversarios, nunca de los propios, en un discurso político de pura demagogia e hipocresía.

Y Madrid es la guinda del pastel, que se han disputado la derecha y la izquierda, con el tácito apoyo de Ciudadanos, que aún no ha encontrado su sitio político, que es el desván de la historia. Frente al acoso de Pedro Sánchez a su presidenta Ayuso y a todos los madrileños, ahora nos enfrentamos a unas elecciones que la izquierda detesta porque se ha quedado con el culo al aire, agravada con la irrupción en escena de Pablo Iglesias que puede ser un revulsivo para el desarrollo y progreso de la comunidad, pues los madrileños deberán decidir si quieren seguir progresando en libertad o deciden sumergirse en un maremágnum al estilo Frankenstein y bolivariano, que les despeñe por el pantano del desequilibrio económico, social, educativo y político, lo que lamentarían durante décadas.

Es decir, en las elecciones madrileñas del próximo día 4 de mayo, los madrileños deberán decidir y defender, tal como lo hicieron sus antepasados del 2 de mayo, la libertad y la democracia. ¡En sus manos y en sus votos, está su propio destino y el de todos los españoles!

Y que nadie olvide que allí donde esté Pablo Iglesias, la “calidad democrática” será nula. ¡Lo dice hasta él mismo! Curiosamente, en la despedida como vicepresidente y subido aún al coche oficial, nos ha salido de “descamisado”, disfrazado ya para engañar a muchos tontos que seguro le votarán pensando que les va a solucionar sus problemas y ya vemos que solo ha solucionado los suyos y los de sus allegados a quienes suele colocar con buen salario, que pagamos todos, como la niñera con sueldo de directora general.

Pero los ciudadanos de toda España se están planteando esta cuestión: ¿Cuál es la verdadera intención de Pablo Iglesias?...

¿Había convertido Pablo Iglesias el consejo de ministros en una reunión irrespirable?; ¿Ha presionado Pedro Sánchez a Pablo Iglesias para que dimita tras la opinión de muchas personas relevantes, incluidos muchos pesos pesados del PSOE?; ¿Podría ser su dimisión el precio de la UE para entregar a España los fondos del rescate, que disfraza con un salto a la Comunidad de Madrid?; ¿Tiene su dimisión algo que ver con la ocultación que le hizo Pedro Sánchez en la “operación Murcia”?; ¿Es una traición a Pedro Sánchez o éste se ha deshecho del socio desleal?; ¿O es una estrategia maquiavélica y rasputiniana conjunta de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, con mucho mayor alcance?; ¿Se va a ”sacrificar” Pablo Iglesias en Madrid cuando otros líderes, como la propia Irene Montero, se negaron a acceder a ser candidatos?; ¿Habrán hecho ya el “riñón” los marqueses de Galapagar y están en franca retirada política?; ¿Es verdad que Pablo Iglesias va a someter esta decisión a sus bases, para que decidan en una votación, amañada como siempre?; ¿Pretende Pablo Iglesias oponerse a Díaz Ayuso?; ¿O es un pulso en toda regla a Gabilondo y Errejón?; ¿No será el canto del cisne de Podemos?; ¿Va a dirigir la campaña electoral desde el casoplón de Galapagar o del despacho de la vicepresidencia?; ¿O piensa volver a Vallecas –en coche oficial-, para tratar de engañar otra vez a los madrileños?; ¿Viene Pablo Iglesias para coartar la libertad comercial, económica, fiscal, educativa, sanitaria y social de los madrileños?; ¿Osará visitar alguna residencia de mayores, de los que no se ha ocupado ni preocupado en esta terrible pandemia?; ¿Piensa reeditar en la Asamblea de Madrid

la inmadurez política e ineficacia que ha demostrado como vicepresidente del Gobierno?; ¿Piensa seguir de diputado si no le salen las cuentas de estas elecciones madrileñas?; ¿Temen Pablo Iglesias y los suyos que los tribunales de justicia les ajusten algunas cuentas como ya sucede con Monedero?; ¿Y qué piensan los madrileños de este trilero de la política?; ¿O es que se “ha mudado” de Galapagar y pretende volar a distinta altura?...

Y se va nombrando como lideresa a Yolanda Díaz, en uno de los dedazos más sonados y en otro tiempo criticados, de la que dice que es la mejor ministra de trabajo de la historia. ¡Y tiene razón! Es la ministra de España, de Europa y del Mundo que ha conseguido más parados en menos tiempo, todo un récord; ha superado a Zapatero, que ya es decir.

El tiempo nos irá dando las claves de esta insólita situación, que aún tendrá más esperpénticos capítulos.

¡Democracia, ya! Ya está bien de jueguecitos y de tomarnos el pelo… ¡No pas