La mediocridad. Carlos Magdalena

Lo hemos dicho por activa y por pasiva en este diario digital, de forma cansina, y es que el común denominador de la mayoría de los políticos de este país, salvo honrosas excepciones, es la mediocridad. Y los atributos del mediocre son la ignorancia y la soberbia.
Recuerden el caso Roldán, un jeta analfabeto al frente del cuerpo de la Guardia Civil, esto de poner ineptos en cargos donde se precisaría formación, preparación y capacitación es una quimera, viene de lejos el poner al mando a gente que simplemente tiene contactos adecuados para que el trepa listillo que se sepa mover coja sillón. Es así como los más mediocres están al frente o forman parte de las empresas públicas estatales, y si lo trasladamos a las Autonomías más de lo mismo. Ese es el gran problema nacional que no es asumido porque acuden a la política aquellos que no tienen oficio ni beneficio y no han triunfado por sí mismos, los muy tontos. Cobran un sueldo durante cuatro años y los que son un poco avispados y trepas intentan hacer negocietes o repetir.
Esto que decimos no es nuevo, se conoce, se denuncia a diestro y siniestro en ocasiones, es público y notorio pero parece que se ha asumido por parte de la población y los que manejan el politiqueo callan porque todos están metidos en el mismo carro.

En efecto muchas veces los más encumbrados, alcaldes, ministros, consejeros, presidentes de sociedades y demás cargos nombrados a dedo están al frente de los mejores chollos y algunos ni han terminado el bachillerato, otros incluso mienten diciendo que tienen una carrera universitaria o másters a doquier en los portales mediáticos hasta que se descubre el pastel y a lo más que han llegado es a matricularse y no pasar de primer curso. Una desgracia para este país y una desgracia para que no se progrese más de lo que podría progresar. Lo que sí tenemos son unos grandes empresarios y mejores jueces que intenten acabar con ellos.

Lo de Koldo no es más que un caso más de lo que decimos, un portero de discoteca metido a político por el amiguismo, y Ábalos un maestro que nunca ejerció y así podemos seguir y nos quedaríamos solos.
¿Y a quién habían pensado los socialistas poner en lugar del diplomado en magisterio que apenas ejerció tres meses?,  pues a una señora pillada infraganti borracha en su coche que figura en el puesto séptimo de la lista socialista al Congreso y es alcaldesa de Llauri, Anna María González. En fin, no seguimos porque el acaloramiento nos hace teclear cada vez más fuerte el ordenador y corre riesgo de romperse. ¡Qué país!