Con el auge en su día del separatismo y su extensión del odio por el territorio nacional, surgieron multitud de ideas para paliar la locura de los secesionistas, para hacerles ver que estaban equivocados. Entre tanto ingenioso y creativo, aparecieron los que pidieron el boicot a los productos catalanes.
Tras haber cruzado el ecuador de una legislatura indecente, resulta inútil cualquier análisis político basado en una clave de coherencia. En la España actual no hay más política que la que conduzca a la continuidad del todavía presidente Pedro Sánchez.
Ante el pasotismo interesado del Gobierno español, mostrando su habitual deslealtad con las Comunidades Autónomas gobernadas por la oposición, Europa debe buscar soluciones a este creciente problema surgido en sus fronteras. Por lo que sé, Grecia, y es un ejemplo, ha decidido deportar sin opción de asilo a los inmigrantes irregulares que lleguen de África.
La Corona, el Rey, la Monarquía, da igual como lo denominemos, es un órgano esencial del Estado de Derecho contemplado en la Constitución de 1978 y que los padres de esa Constitución decidieron introducir de manera que su cargo carece de poder.
El control estatal de una materia prima suele tender a crear tendencias que no son liberales, y ejemplos que vemos o hemos visto son Venezuela con el petróleo, Bolivia con el litio, y la Ucrania anterior a los gasoductos del Mar del Norte, cuando los peajes generaban enormes ingresos..., y lo que está claro es que la posibilidad de realizar prácticas clientelares de gran calado es la principal explicación a este fenómeno.
Actualmente vivimos en un mundo tecnológico, y el ser humano ha ido evolucionando con el paso de los tiempos comenzando en la Era Prehistórica, pasando por la Medieval, Moderna y Contemporánea, y llegando a la Era Tecnológica de hoy día.
Sin embargo, la ordenación política ya no responderá ni a su espíritu ni a su letra, ya que este nuevo ordenamiento, a diferencia de aquél, será el resultado de un pacto exclusivamente entre nacionalistas vascos y catalanes, socialistas y comunistas.
«Mira ese tipo cómo viste. Hay que ver cómo lleva esa madre a su niño. Esta vecina no saluda nunca. No veas lo que ese hombre le pega al alpiste. Ese es un garrapa catalán. No veas el chuleta madrileño. Los vascos, independentistas y etarras. Ese es un facha. Esa es una roja. Malditos franceses que nos tiran nuestra fruta».
Me siento orgulloso de pertenecer a la «generación del papel». Sí, y entre otras muchas cosas también me declaro un nostálgico del color, del perfume, del tacto..., de la forma de los libros frente al «e-book» (libro digital).
Y para colmo, este podrido Gobierno de Sánchez está a expensas de un prófugo de la justicia española como es el transformista Puigdemont, y ahí también el propio Sánchez incumple la Constitución.
Joseph Joubert, un moralista y ensayista francés, gran amigo del escritor y diplomático Chateaubriand, colaboró al principio con la Revolución Francesa, pero pronto, a causa de los excesos de su primera etapa, se desilusionó del ideal revolucionario como, por cierto, les sucedió a tantos otros que habían puesto sus ilusiones en aquel levantamiento popular.
El periodismo de titular está basado en resaltar la estupidez, en crear buenos y malos absolutos, sin matices, así que debe extraer cualquier frase de las múltiples palabras que ha recibido, de manera que consiga trasladar un titular de impacto que haga detenerse al lector y clicar en la noticia.
La pregunta para empezar es si cambiarías tu intención de voto en las próximas elecciones de conocer que tu partido político está en quiebra económica. Y la siguiente cuestión es cómo actuarías si supieras que mantiene más deuda con la banca que lo que recibe por subvenciones públicas y aportaciones privada.
Admito que suelo «tener miedo» ante las adaptaciones de las obras de Lope de Vega. Me gusta demasiado el teatro clásico, y ya viví un terrible desengaño hace más de una década, cuando con ilusión retransmitieron en «La 2» una galardonada versión de «La vida es sueño» de don Pedro Calderón de la Barca.
El final de los años 60, el comienzo de los 70, la Primavera de Praga, el Mayo del 68, la Revolución de los Claveles, Latinoamérica levantándose contra sus regímenes... En fin, un mundo en lucha. Los idealistas de aquella época fracasaron en su intento de cambiar el mundo, o al menos no consiguieron que el cambio perdurase
La política es un reflejo de la sociedad en la que se desarrolla, anclada en un mundo en constante evolución (muchas veces involución), y es esencial que esta política también se adapte y modernice para abordar los desafíos y las oportunidades a los que nos enfrentamos en el siglo XXI.
Creo que envejecer con dignidad viene a ser algo así como un complicado arte que rara vez se puede presenciar, y no hablo del lado frívolo del asunto : arrugas, canas y demás... Ni siquiera hablo de personas, hablo de instituciones, que es muchísimo peor.
Según la psicología, «la culpa es un estado afectivo en el que la persona experimenta un conflicto emocional por haber hecho algo que piensa que no debió hacer o, por el contrario, por no haber hecho algo que debiera; pudiendo desencadenar, incluso, un trastorno obsesivo compulsivo».
El desgobierno que desde hace tiempo se encuentra destrozando España, llevando por bandera las siglas con interrogante del PSOE, un PSOE comandado por un tal Pedro Sánchez, que ha vuelto a retorcer la tuerca que viene manipulando desde que se hizo con el sillón presidencial.
Las manifestaciones se multiplican en varios países europeos, testigos del fracaso de la Política Agrícola Común (PAC). Esta rabia campesina es especialmente virulenta en Francia, movilizando a decenas de miles de agricultores con medios de acción inéditos a esta escala : bloqueos de carreteras que impiden el acceso a las grandes ciudades.
Desde que el embaucador y mentiroso Pedro Sánchez olió y tocó poder, surgieron en él un grupo de ideas que desde siempre han sido pésimas. Y esas ideas son las que le aproximan a un bochornoso final, un final por la puerta de atrás, un final que, según dicen, acabará con bronca en la sede de Ferraz con los socialdemócratas de siempre, y ahí se le acabará la poca dignidad que le queda
Es tan difícil convivir manteniendo ideologías distintas con las personas que nos rodean, que la política y las apariciones públicas han recrudecido sus mensajes alimentando el tan destructivo tópico del «divide y vencerás».
Nací en 1970, y en esa misma década y las siguientes, se oía el zarpazo de unos señores con muy malas pulgas que vivían en el País Vasco y que te quitaban de en medio a poco que militases o simpatizases en el partido del otro, a poco que no pagases lo que ellos querían a su grupito chantajista y pendenciero, y que «hicieron de matar el negocio del terrorismo».
Con demasiada frecuencia los grandes artistas dejan mucho que desear como personas, y éste es un hecho que tengo asumido pero que es más fácil digerirlo, incluso racionalizarlo, si hay un puñadito de años o siglos de por medio.
El caos institucional organizado es la vía más rápida para el desapego de las clases medias y trabajadoras respecto a algunos partidos políticos, que gruñen como una manada de perros salvajes en los parlamentos con moquetas aterciopeladas, validando mentiras para confundir y generar un hastío social
En momentos en que cada partido o agrupación electoral necesita y busca a los llamados políticos locales, es frecuente escuchar frases de descalificación de quienes se presentan entre las candidaturas municipales.
La lectura sirve para luchar contra la barbarie, sirve para divertirte, para encontrarte, para descubrir, para buscar soluciones, para despejar dudas y crearte otras nuevas, para aprender lo que no sabes, para luchar contra las ideas preconcebidas, para no caer en el juicio rápido, para no expulsar una opinión fácil, para no permitir que te manipulen, para no ser parte del rebaño, para recuperar tu imaginación...
El mayor logro de los Gobiernos sanchistas ha sido desgastar al ciudadano : los españoles estamos perdiendo la perspectiva y ya no sabemos qué nos pertenece legítimamente o qué no, porque esta maquiavélica izquierda política nos ha hecho creer que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades.
En un mundo muy conectado y enredado en mil redes donde la globalidad del mal llamado Primer Mundo parece haberse convertido en el sumun de las comunicaciones, un problema atenaza a ciertos espíritus sensibles. Parece que el origen y raíz del fenómeno es la diferenciación de las personas en dos inmensos grupos
La que está cayendo es tan tremenda que daría para ir a ritmo de columna diaria, y no les hablo de los literales chaparrones que descargan sobre gran parte España en estos días, hablo de las lluvias torrenciales que con rayos y truenos golpean al bipartidismo.
Conceptos que aprendí... Hubo un tiempo en que tanques, rifles, soldados y bombas se disponían a lo largo de las fronteras interiores europeas a defender o extender los límites de las mismas. Fueron disputas que se fueron encadenando desde la época de los griegos y romanos hasta nuestros días.
Hoy más que nunca, el mundo no está para superficialidades, ya que el drama de las guerras, los parones económicos y la inmigración ilegal, nos sacuden con una violencia que despierta a muchos de este letargo que tan bien anticipó el mundo feliz de George Orwell.
Termino con otra cita literaria de Carmen Martín Gaite que podríamos trasladar a la personalidad de Pedro Sánchez : «A veces pienso que se miente por incapacidad de pedir a gritos que los demás te acepten como eres».
Da la impresión de que lo que vaya a ocurrir a los españoles en el futuro poco importa en Moncloa y en la mente (de mosquito) de Pedro Sánchez, cuyo único objetivo parece ser un perpetuarse en el poder, un mantenerse un día más, aunque sea de modo agónico, aunque suponga una constante humillación para el país y aunque conlleve el desastre económico.
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