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Opinión 17-07-2025 05:53

No tener la culpa, ni parecer culpable. José Antonio Ávila López

Según la psicología, «la culpa es un estado afectivo en el que la persona experimenta un conflicto emocional por haber hecho algo que piensa que no debió hacer o, por el contrario, por no haber hecho algo que debiera; pudiendo desencadenar, incluso, un trastorno obsesivo compulsivo». 

 



Conceptos que aprendí...

Según la psicología, «la culpa es un estado afectivo en el que la persona experimenta un conflicto emocional por haber hecho algo que piensa que no debió hacer o, por el contrario, por no haber hecho algo que debiera; pudiendo desencadenar, incluso, un trastorno obsesivo compulsivo». Por lo que se ve, el sentimiento de culpa puede llegar a amargarle la vida a cualquiera, sobre todo si realmente se es culpable de algo. El problema se retuerce cuando nos cargan una culpa de la que no somos responsables o utilizan esa culpa como chantaje o justificación para obligarnos a hacer algo que nuestra voluntad o nuestra razón no terminan de asumir. Generalmente, la estrategia de atribuir culpabilidades es muy habitual entre «aquellos que ostentan una posición de poder o que aspiran a lograrla», ya sea política, social o religiosa. La táctica del reproche de la culpa la sufrimos desde pequeños, yo diría que desde la cuna pues sólo por nacer, según la tradición judeocristiana, cargamos con la culpa de Adán, el cual por morder la manzana, en el paraíso, del árbol de la ciencia del bien y del mal, nos dejó a todos en herencia el pecado original, una culpa y pecado que sólo podemos redimir con el bautismo, por no hablar de nuestra responsabilidad en la muerte de Jesucristo. Esto ocurre, entre otras cosas, en el ámbito de lo trascendental, pero en el dominio doméstico el chantaje emocional también ha dado mucho juego, sobre todo cuando flaqueaba la autoridad paterna o materna : todavía recuerdo cómo las madres y abuelas obligaban a engullir toda la comida, so culpa de que los niños de África se murieran de hambre. También en la escuela «huir de la culpa era huir del correctivo», por eso, antes de que el maestro interrogara a la clase sobre una travesura ocurrida en el aula, «todos nos sacudíamos la culpa, porque tan importante era no tener la culpa, como no parecer culpable».
José Antonio Ávila López
45462148-A
Asesor político y corrector de textos
Ex concejal Ayuntamiento Rubí
Telf. 661.07.14.76
08191 Rubí (Barcelona)

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