Noticias de Cantabria
Editorial 24-05-2025 06:58

Rusia ha perdido la guerra y no quiere reconocerlo. Carlos Magdalena Menchaca

¿Cuáles eran los objetivos de Putin para llevar a cabo la invasión?, es ahí donde tenemos que quedarnos y analizar. No quería cuatro tierras Putin, lo que quería era imponer un gobierno títere dependiente de Rusia porque en su fuero interno, sólo ve el imperio de los soviet y nada más.

 

 

¿Cuáles eran los objetivos de Putin para llevar a cabo la invasión?, es ahí donde tenemos que quedarnos y analizar.

No quería cuatro tierras Putin, lo que quería era imponer un gobierno títere dependiente de Rusia porque en su fuero interno, sólo ve el imperio de los soviet y nada más.
El presidente ruso siempre pensó que se iba a dar un paseo militar por Ucrania y el pueblo ucraniano iba a salir a las calles con flores para recibir a sus cosacos, y sí que salieron pero  con armas de todo tipo que impidió el avance Tiene de las fuerzas rusas  a pesar de su fuerza y poderío, sus misiles y su maquinaria de destrucción, con las armas nucleares con las que amenaza al mundo y que supondría una catástrofe mundial.

Ahora los que analizan con cortas miras piensan que hacer una paz forzada con Putin es una derrota y eso es una falacia. Son los ucranianos y ucranianas los que han ganado, con las armas de Occidente, y las que ellos han fabricado en estos tres años de guerra de David contra Goliat los que han ganado.
Ahora toca el final y éste se puede producir a pesar de la poca cordura aparente del nuevo inquilino de la Casa Blanca. Es el momento de poner más armas en el teatro de la guerra para que Putin se quede con cuatro tierras llenas de cadáveres, sudor y lagrimas más el descrédito mundial de haberse comportado como el chulo del barrio mundial. Los ucranianos han conseguido no modificar, hasta ahora el tablero geopolítico de Europa y eso es un triunfo.

Lo importante es que Putin ha unido a Europa y en todos los ámbitos existe la creencia de que hay que armarse, no para hacer la guerra sino para impedir que te la hagan.
Ahí tenemos Marruecos con una monarquía teucrática que amenaza al Reino de España, nada veladamente, mientras el inquilino de la Moncloa cada día más deslegitimado no puede hacer frente al estar trasnochado y haberse quedado en la época de Franco en su visión del tratamiento que debe dar a Marruecos, que no es otro que palo y zanahoria. Sin embargo Sánchez dada la deslegitimación y falta de credibilidad que tiene en España, le limita hacer una política coherente frente a la avasalladora y prepotente que practica Mohamed VI

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