Von der Leyen dice que frente al extremismo no vale "quejarse" sino fortalecer la democracia y ser motores de cambio
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha reconocido que le preocupa el auge del extremismo en Europa y ha advertido de que para plantarle cara no basta con "quejarse" sino que hay que fortalecer la democracia y ofrecer a los ciudadanos los cambios que están reclamando.

"Europa es mi vida", ha asegurado Von der Leyen tras recoger el 'Premio Internacional Carlomagno' que cada año concede el Ayuntamiento de Aquisgrán. En esta ciudad, ha recordado, nació la madre de Anna Frank, la niña judía tristemente conocida por el diario que escribió mientras estuvo escondida de los nazis en una casa en Ámsterdam y que murió en el campo de concentración de Auschwitz.
En su sinagoga, ahora reconstruida, se casaron sus padres. Este edificio, ha subrayado, es "un claro recordatorio para Europa de que esté vigilante e inflexible hacia todos aquellos que siembran el odio y la división en nuestra sociedad". "Es un camino que Europa sabe demasiado bien a dónde lleva, sabemos que lleva inevitablemente a la ruina", ha subrayado. "Nunca jamás recorreremos ese camino de nuevo", ha sostenido.
Así las cosas, durante su discurso ha apelado a "renovar y fortalecer" la democracia. "Todos sabemos que nuestras democracias están siendo atacadas, con esfuerzos concertados por parte de adversarios externos, pero también con intentos de erosionarla desde dentro", ha reconocido. En este sentido, ha apelado a "plantar cara a estas amenazas y tendencias".
LA DEMOCRACIA NO ESTÁ ESCULPIDA EN PIEDRA
Para muchos, ha destacado Von der Leyen, la democracia es lo único que han conocido en sus vidas pero otros "aún la tienen fresca en sus mentes", como los que vivieron bajo el régimen soviético u otros como España, Portugal y Grecia que estuvieron sometidas a dictaduras. "La democracia no está esculpida en piedra. Debe ser fortalecida cada día y las historia nos demuestra que puede destruirse mucho más rápido de lo que se construye", ha subrayado.
"Cuando veo el auge de partidos extremistas o de tendencias iliberales en Europa me preocupa", ha reconocido la presidenta de la Comisión para quien se trata de "una tendencia" que no va pasar. Pero, ha añadido, "mucho más fuerte que esta preocupación es la obligación de fortalecer, proteger y preservar nuestras democracias" y "eso es lo que estamos haciendo".
En este sentido, ha dicho que ella no es de las que cree "en quejarse de que la gente vote por los extremos". "No, nos corresponde a nosotros ofrecer un argumento más fuerte y entender las razones de su descontento", ha añadido.
"Muchos tienen preocupaciones sobre cómo se gestiona la inmigración irregular, sobre el coste de la vida o el coste de la vivienda, la excesiva burocracia en sus vidas cotidianas", ha apuntado. "No defendemos la democracia defendiendo el 'status quo', debemos ser motores de cambio", ha sostenido.
"Solo mostrando que la democracia funciona para la gente y que cumple, crearemos una UE más fuerte. Europa solo puede prosperar si la democracia prospera", ha resumido, asegurando que para ella esto supone tanto "una motivación como una obligación".
La presidenta de la Comisión ha querido terminar su intervención haciendo una encendida defensa de Europa y la identidad europea. "Todos somos hijos orgullosos de nuestros países pero nuestras raíces no se detienen en las fronteras nacionales, nuestras almas han sido modeladas por los cuentos y las experiencias de nuestros colegas europeos", ha resaltado.
"No solo somos italianos, franceses y alemanes, no solo somos suecos o españoles, no somos solo portugueses o polacos, somos todos europeos", ha recalcado. "La empatía, la solidaridad, la cultura es lo que nos hace europeos", ha añadido, subrayando la necesidad de que "este legado" pase a las generaciones venideras como "nosotros la heredamos de quienes nos precedieron". "Larga vida a Europa", ha remachado.
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