Noticias de Cantabria
Opinión 04-10-2021 13:00

Después de la entrevista de Revilla con la sustituta de Ábalos llega la resaca Por Carlos Magdalena.

Recuerden que nosotros dijimos que la sustituta de Ábalos despachó al presidente cántabro con la promesa, el compromiso, de que se incluirá Cantabria en la red ferroviaria atlántica. Lo que no dijo es en qué año. Y es que Cantabria no se cree nada después del Pepiñazo. Solo nos creemos lo firmado y con efectos jurídicos.

 

 


Recuerden que nosotros dijimos que la sustituta de Ábalos despachó al presidente cántabro con la promesa, el compromiso, de que se incluirá Cantabria en la red ferroviaria atlántica. Lo que no dijo es en qué año Y es que Cantabria no se cree nada después del Pepiñazo. Solo nos creemos lo firmado y "legalmente".


El 7 de julio se aprobó definitivamente el nuevo reglamento por el que se establece el Mecanismo Conectar Europa (CEF, Corredor del Atlántico)  por el Parlamento Europeo periodo 2021-2027.

Antes de esa fecha  se realizó una ampliación de los corredores de la Transeuropea de Transporte (RTE-T), que supone la inclusión de los ramales del Corredor Atlántico a Galicia y Asturias desde León.

En efecto así lo destacó el ministro José Luis Ábalos en su cuenta de Twitter anunciando supone la ampliación de los corredores europeos multimodales en España al incorporar Galicia, León, Asturias, Huelva, Navarra, La Rioja, Teruel, Baleares y Canarias.

En concreto, el Corredor Atlántico incorpora cuatro nuevos ejes: Gijón-León-Valladolid, La Coruña-Vigo-Orense-León, Zaragoza-Pamplona/Logroño-Bilbao, Tenerife/Gran Canaria-Huelva/Sanlúcar de Barrameda- Sevilla- Córdoba. Y en esa ampliación no está  Cantabria, así de claro.

Y la ministra no miente, naturalmente que algún año, tal vez en el siglo que viene se incluirá Cantabria finalmente en alguna red ferroviaria.

 


No vamos a insistir más en el tema porque el presidente Revilla acudió con buena fe a intentar luchar por los intereses de Cantabria pero todos sabemos que aquí tenemos tres partidos con una perfecta y absoluta desunión para defender de común acuerdo  los intereses de Cantabria luego nunca se puede culpabilizar al señor Revilla y sí a nosotros mismos, a los votantes cántabros que votan PSOE y PP a sabiendas de que son una "franquicia" de Madrid. Una vez dicho lo anterior no vamos a extendernos en lo que ya se sabe porque una vez producida y yendo a la legislación y aprobación definitiva es material y legalmente imposible que se incluya Cantabria en esa red ferroviaria. Y cuando vaya el presidente a Bruselas le dirán con toda educación: "vuelva usted mañana"

 

 

En el año 2019 Mazón  pidió a Ábalos (Sánchez) la inclusión de Cantabria y éste le respondió por peteneras, al menos no le mandó al carajo con estas palabras pero lo hizo de forma políticamente correcta insinuando un no me toques los cojones que bastante tengo con vascos y catalanes  para que voten la continuidad de mi señorito en la Moncloa. Lo que no sabía el ahora exministro es que su señorito le iba a poner de patas en la calle sin avisar.
También  lo pidió el senador del PRC a la ministra,14 de septiembre, y le respondió que trabajaría por ello?. y finalmente ya sabemos lo que ha ocurrido entre la ministra de transportes y el señor Revilla. Es triste pero es una evidencia que pasan los años y Cantabria sigue aislada pero no por culpa de los gobiernos de Madrid sino por nuestra propia culpa, no estar unidos  ni defender lo nuestro en tiempo y forma.


Como decimos siempre el PP de Cantabria es una franquicia del partido de Madrid y de los intereses de Madrid y el PSOE más de lo mismo. Vivimos de promesas y de compromisos y defendemos más las nimiedades de fácil solución como ahora el eliminar al lobo, esa famosa polémica creada que tiene un arreglo inmediato como sería dialogar, negociar, solucionar y resolver que otros temas de trascendencia mayúscula para la región, pero parece que no se quiere. Y mientras las infraestructuras de Cantabria no se harán ni este año ni el siguiente ni el siguiente del siguiente.

 


Recuerden que ya nos engañó Pepiño, ministro de Zapatero, con el AVE y le firmó  un papeluco a Revilla que no tenía  ningún efecto jurídico, nosotros ya lo dijimos en su momento, las palabras no valen y gracias a  muchos engaños y  burlas que hizo ese señor amigo, decía, de Revilla ha estado viviendo opíparamente como diputado europeo y ahora disfrutar de una oficina lobysta para sacar más dinero de sus andanzas y mentiras de influencias.

Insisto, nos engañó Zapatero y nos está engañando Sánchez  a través de los Pepiños, Ábalos y ahora la catalana Sánchez.


No vamos a pormenorizar de que estamos en la indigencia, que llegar a Bilbao sigue siendo el mismo tiempo de duración del trayecto que cuando yo iba a Bilbao para ir a estudiar a Barcelona hace 45 años. Una puñetera vergüenza que para ir a Madrid con 400 km tardemos casi cinco horas siempre que no se pare la locomotora. Que falta el ramal de la autovía a la meseta Burgos-Aguilar. Que nos dan el dinero a cuenta gotas para inversiones míseras. Que el tercer carril de Laredo a Bilbo nada, que el de Torrelavega nada. Que incluso algunas limosnas de inversiones o subvenciones de género  que nos dan se repiten tantas veces en el periódico de marras, y con publicidad incluida a modo de reportajes  para ver si cuela y se aumentan como los panes y los peces. Que los accesos a Potes siguen parados etc.  
Y seguiríamos y seguiríamos enumerando todas las reclamaciones que tendríamos que hacer a Madrid pero incluso ya nos aburrimos de repetirlas.

 


Lo lógico, lo normal de sentido común sería, cómo proponemos muchos, romper con el PSOE por los sonoros incumplimientos y que el PRC gobernase,  ya lo propusimos en su día por haber ganado las elecciones en Cantabria pero si eso fuese así el Partido Popular se tiraría inmediatamente a la yugular del PRC. En fin, lo dicho muchas veces, estamos desunidos y no vamos a conseguir nunca nada

 


Y termino diciendo que la política que se practica  para Cantabria es una gran mentira, una parafernalia de unos y de otros que no nos llevará a ninguna parte.

 

 

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