Delirium tremens colectivo

Sin que sirva de precedente, ya que, habitualmente, la columna la dedicamos a un sólo hecho  que directa o indirectamente tenga  incidencia en Cantabria, voy a referirme a lo que ha sido la semana, porque ha estado movida.

En el aspecto nacional, quitando algunos temas como el ridículo que se ha hecho en Gambia con la devolución de inmigrantes, hay que hablar de que por fin el gobierno ha dado un paso adelante, después de meses de que se produjera el secuestro del ‘Playa de Bakio’, al enviar un avión con 90 militares, militares que naturalmente van a la base francesa al igual que el avión que tuvo que ser cambiado a medio camino porque se averió.

Lo mejor son las alegrías que nos dan nuestras ministras, juntas o por separado, a veces Maleni, a veces Bibiana. Lo de la sonrisa interior de la Vice María Teresa la dejaremos para otra  ocasión sobre todo cuando las regaña con la seriedad forzada apunto de carcajada. La ministra de Fomento (pobre AVE de Cantabria) sigue siendo la alegría de la huerta -como la definen en el Congreso- queda claro que habría que pagar por escucharla, porque su ultima intervención retando al del PP a que le diga en la calle que era la culpable de las filtraciones o que no se enteraba de nada porque Barajas era muy grande no tienen desperdicio. No le va a la zaga Bibiana, que ahora repunta como salvadora de la profesión más vieja del mundo, ofreciendo papeles y dinero para arreglar el problema y sacar de ese oficio a las inmigrantes que acudan a nuestro país sin más oficio que éste que ejercen.

Se podría seguir, pero es momento de centrarse en el presidente Zapatero, que ha acudido a Nueva York con la osadía de dar una conferencia a los pocos empresarios americanos que acudieron, atreviéndose a decir que el sistema financiero español era el más consolidado del mundo. Como imaginan, los sarcasmos y las risas contenidas podían oírse a ambos lados del océano. Y todo esto lo dice cuando todos están mirando al congreso de USA para que se pongan de acuerdo republicanos y demócratas e inyecten a la bolsa de los mercados financieros los 700.000 millones, no ya para arreglar la crisis, sino para capear el temporal y comenzar a crear unos pilares que se acomoden a esta tercera revolución industrial.

De esa forma responsable de actuar de los dos contendientes a presidente, Obama y McCain, podrían tomar ejemplo Zapatero y Rajoy.Solo que no lo harán, estamos a años luz de esa poderosa nación, y de la responsabilidad de los ciudadanos norteamericanos.Estamos hablando de una sociedad democrática  en la que los intereses generales priman de los espureos de los partidos y de sus dirigentes. Otra cosa es el tratamiento y este ha querido hacerse en clave como en los mejores tiempos de la película “Lo que el viento se llevó”, solo que nos ha salido un Bush en lugar de un Clark Gable con su “Apocalipsis Now Economic” apelando a la lacrimal de los americanos de bien.

Aquí, en el mismo estilo, pero con una peli de las que nadie quiere ver ,por mucha subvención que se auto concedan,  ha surgido la estrella mediocre de Zapatero y su falta de credibilidad, seguido por el Solbes y su imitador en Cantabria de cine de barrio, Agudo.

En Cantabria, que es lo que nos afecta directamente, poca cosa en este páramo, salvo la declaración urbi et orbe del consejero de economía Agudo que dice: “que vienen tiempos duros y de dificultad y que el Gobierno tendrá que tomar decisiones no agradables”… Miedo nos da a los ciudadanos cuando este consejero advierte de esta manera, máxime teniendo en cuenta el derroche económico y de ausencia al trabajo que se ha venido produciendo en estos cuatro años (Pesquera, Olmo, Charo Quintana, Ortega etc.).Que sí. María Dolores, que hay excepciones, Rosa Eva, Paco…y tú misma ¿?. Para que Agudo tenga credibilidad, ya que la tiene gastada o hipotecada, lo primero que debería  hacer es un ERE en su propia consejería, un ERE que racionalizara el gasto y buscara la eficacia y la eficiencia en el personal de su entorno. Si hiciese eso, seríamos muchos los ciudadanos de Cantabria los que le aplaudiríamos por esa actitud; sin embargo, si se limita a lo que ha dicho, que va a haber tiempos duros, lo que traslada es que tanto para él como para su entorno seguirán siendo buenos y los demás los que les sufriremos.

Por otra parte, sigue la batalla precongresual entre los socialistas en las dos corrientes, que ahora se encuentran perfectamente vertebradas: la del socialismo oficialista representado por Maria Dolores Gorostiaga con el manto protector de Pepiño y sus boys del éxito y la regeneración –Pesquera, Agudo, del Olmo, Guerrero etc.-; y la de Blanca Rosa, sola ante el peligro como Gary Cooper y llena de ideales… a estas alturas…

Aquí lo que se ventila son los intereses económicos, porque los partidos cada vez se parecen más a empresas, con la salvedad de que los accionistas -algunos militantes, no todos- no tienen ningún tipo de responsabilidad sobre sus actos u omisiones. Nosotros nos limitamos a pagar sus platos rotos y despilfarros, somos los “tontos”. Si en la "empresa" socialista de Cantabria se produjera el tan ansiado cambio, se vería seguido de un cataclismo, ya que habría que recolocar a personas que carecen de oficio y que están obteniendo muchos beneficios. Quizá al final realmente lo mejor sea no menearlo...Lo sentimos Blanca Rosa, busness son busness. Jaime Blanco lo ha dicho este fin de semana que hay que cambiar. Difícil si existen algunos que no quieren que esto cambie porque entonces se les va a ver las enaguas. Y lo dice el senador ya casi desde la jubilación política lo que da a sus palabras un gran valor.

Y para finalizar, con el cartel de “continuará”, es destacar lo que todo el mundo sabe, que el socialismo cántabro no es tan cántabro, es sucursalista de Madrid y una "gran terminal"  de la recepción de la inmigración nacional. Es una pena que este tipo de inmigración del carné  se haya acentuado de manera tan llamativa en el partido socialista de Cantabria que vengan  a ocupar puestos de trabajo dentro del organigrama socialista personas no cántabras mientras nuestros hijos tienen que emigrar. “En fin cosas veredes amigo Sancho que harán temblar las paredes”