Diego y Gorostiaga dos "lideres" con fecha de vencimiento"

He elegido esta introducción como preámbulo de la opinión que deseo emitir sobre los congresos regionales que los llamados partidos de la derecha y de la izquierda están celebrando.

El del PP ha terminado con un clamor y una euforia no disimulada que ha roto esquemas. Muy bien porque está en la oposición, no tiene cargos que repartir y se mantiene, a pesar de todo, en la brecha. Parece unido. Han elegido lo que había porque no había alternativa, a diferencia del Congreso del PSOE, donde sí existe alternativa frente a la actual secretaria y sus “sombras”. Insisto en el hecho de que el congreso que celebrará el PSOE es otro cantar y que es muy poco el pescao que pueden repartir porque, a estas alturas, ya está todo vendido.

Ése es el mensaje que trasladan los que intentan quedarse para justificar su continuidad y dicen a sus compañeros que esperen a la próxima costera. Mi análisis lo hago para preguntarme si en el Congreso del PP se ha producido algún tipo de regeneración asunción de errores, debates, etc. La respuesta es no porque, a diferencia del PSOE, no se ha presentado un candidato alternativo, luego, como ya apuntaba en otra columna, se ha parecido más a una balsa de tranquilidad y con apariencia de unidad.

Lo que subyace en ambos Congresos es la forma de funcionar de los partidos, unos por aclamación y otros por imposición. Ambas fórmulas, a poco tardar, pueden producir lo que en su novela anuncia Saramago: la indiferencia. El hastío. ¿Qué democracia interna puede  existir en esos partidos cuando ya se saben los resultados y no se recatan de decirlo? No se debaten ideas, ni  ética, ni tan siquiera los malos o buenos resultados, ni se analiza por qué los ciudadanos no les quieren. Se trata de que las huestes del líder del PP y la líder del PSOE, con permiso de Blanca Rosa, puedan seguir cuatro años más. Nada más. Y a esconder la ropa sucia, que es mucha. Así que los ganadores desde el principio se sabían, en el PP por falta de alternativa “visible” y en el PSOE porque desde Madrid dijeron que María Dolores debía seguir. ¿Y los militantes? ¿Qué militantes?

Antes de seguir, la recomendación es leer un poquito más, incluso a autores como Saramago, sobre todo por aquellos que más lo necesitan dada su  dedicación al noble ejercicio profesional de  la política, de esa manera entenderían mejor a los ciudadanos porque los escritores, como este premio Nobel, y otros, que no lo son, antes que ensayistas son juglares del siglo XXI.

A los ciudadanos, que son los veedores de la realidad política, les resulta triste comprobar que en las formaciones políticas no se debata, se urde la continuidad de los que están, o se zancadillee a los que pretenden sustituir a los anteriores. Antes de que se supiese la fecha del Congreso del PSOE, los escarceos, cuchilladas y navajazos se han visto, porque han trascendido a la opinión pública.

El sentido común dice que la actual “líder” Gorostiaga debería seguir, si no tuviese alternativa, por responsabilidad. El problema es que quiere seguir a pesar de los fracasos electorales y de tener una buena alternativa y mujer. ¿Por qué? Blanca Rosa tiene unos handicaps negativos, es mujer, alcaldesa, gana elecciones, cae bien, es cercana a los ciudadanos, sus detractores dentro del partido sólo pueden decir en su contra que es de Torrelavega… ¿Y?.. La actual es de Vioño y fue concejala cuando se aprobó el primer plan que ha provocado el caos urbanístico del Cuco de Mortera… ¡Toda una premonición!

Anonadamiento, estupor y perplejidad es lo que produce la disputa entre compañeros, amigos y militantes. ¿Donde está la diferencia? Pues simple y llanamente en que una facción socialista tienen el poder, no ya del partido que es de todos, sino de la disponibilidad del 50% del gobierno de coalición con el regionalismo y, lo que es más importante, el control de las consejerías más poderosas: Hacienda e Industria; mientras que los “otros” quieren debatir ideas y acercarse a los ciudadanos para mejorar resultados… Un dilema…

Lo que se dirime en ese Congreso socialista interesa a los cántabros porque unos pocos pueden dar una orientación político-económica que puede beneficiar o perjudicar a todos en los próximos tres años. De ahí su trascendencia.

En la antítesis se encuentra Diego, presidente de los populares, cuyo congreso no ha sido polémico, porque, según dicen, no existían motivos para serlo. No existen apuñalamientos, están en la oposición, y fruto de ese contexto tampoco se produce el debate. Además, el liderazgo no es una cuestión de importancia dado el “statu quo” en que se encuentra el PP cántabro, cuando todas las miradas van a la Casona y no al palacio de San Rafael. Es en la Casona donde está encendida una luz de forma permanente. Iñigo y su equipo están intentando currarse “los flecos” fundamentales para ganar.

En cuanto a la política de oposición que practica el grupo parlamentario del PP… empezó bien, pero pronto volvió a las andadas. En la oposición es donde se puede brillar, es más fácil destruir que construir. Pero, incluso para destruir, hay que saber ya que si no se sabe usar el martillo pilón, parlamentariamente hablando, se magnifican los errores.

En esos dos Congresos es en donde, el líder y la “líder”, con permiso de Blanca Rosa, deberían demostrar que en estos cuatro años han realizado buena praxis política. ¿Ha sido así?