El ombliguismo de algúnos políticos catalanes

Quiero a Cataluña, fui educado jurídicamente en la hermosa y plural Facultat de Dret de Pedralbes en la que primaba el compañerismo, la educación y la oposición unánime contra la dictadura, que estaba en aquella época universitaria dando sus últimos estertores, y a favor del Estatut sin renunciar a España.

En razón a lo anterior y a muchas otras cuestiones que harían largo este pequeño artículo de pesar por la actitud, una más, de ciertos políticos ombliguistas catalanes, me niego a creer que estemos metidos en una polémica artificiosamente creada por los mediocres y trepas analfabetos, que precisan de estas polémicas para el mantenimiento de su estatus, vivir sin pegar palo al agua.

No puedo comprender, ni entender, ni menos asumir, que en Frankfurt, ciudad alemana, vayan a la Feria del Libro sólo los autores escritores en catalán, que son minoría porque escriben en castellano, y no puedan acudir ni castellanos ni gallegos ni vascos.

Lástima, gran lástima siento por los que han propiciado esta situación. Hasta el director de la Feria Internacional del Libro de Francfort, Juergen Boos, ha dicho en la inauguración que es una pena que no esté presente en ella "toda la variedad de la bella cultura catalana", incluidos los autores que escriben en castellano.

En Cataluña no gobiernan los ciudadanos, ésa es la conclusión que saco de toda esta polémica, gobiernan unos señores que se esconden en un nombre que se dice la Entesa Nacionalista para ocultar una ignominia cultural, para esconderse de la responsabilidad que tiene con Cataluña y con sus ciudadanos. Estos gobernantes de la Entesa son censores (¿nazis?) de la lengua y de la cultura aunque Cataluña a pesar de ellos seguirá siendo universal, puerto y faro del Mediterráneo.

No es un hecho aislado el que se está produciendo sino que es una continuidad de una política cultural muy definida que no es otra que excluir la lengua castellana de todos los ámbitos. ¡Qué error, qué tremendo error! Seguro que finalmente se aboquen a decir que la decisión de excluir a los escritores no se debe a ellos sino a una autonomía de la voluntad de no se sabe qué, ¡Por favor!

Cataluña por encima de ciertos advenedizos seudo demócratas seguirá siendo tierra de acogida y no excluyente por no hablar su bella lengua catalana. No se debe achacar esta situación creada, ni a la vanidad, ni al nacionalismo trasnochado de cuatro vociferantes que por falsa tolerancia se les deja que impongan sus ideas minoritarias en un mundo universal y en el que cabemos todos. No valen ni componendas ni justificaciones estamos en una pendiente muy peligrosa y no es otra que el querer poner limites a la lengua, a la cultura, al pensamiento y eso es la contracultura y lo que finalmente conduce a algo que todos debemos superar, la insolidaridad de las personas en todos los ámbitos de la vida.