El referéndum de la vergüenza

   La desgracia que tenemos en este país no es que el pueblo pueda opinar de una forma u otra, el problema es que una minoría intenta arrastrar, mediante ideas falaces, a otra parte del pueblo para conseguir su fin.

   La desgracia es que por salir de una dictadura se ha sido excesivamente tolerante, han existido remilgos por parte de quienes han ido ocupando las altas esferas del poder, poder que es de todos (soberano y del pueblo) pero que ha sido practicado y ejecutado de forma que su gobernanza se realizase con el mínimo problema posible.

   El ejemplo gráfico siempre se ve en el gran líder e ideólogo peneuvista que es ese zorro escondido –y que me perdonen, lo de zorro es por listo- que es el verdadero ideólogo del movimiento independentista del PNV. Aquí quería yo llegar, porque el independentismo, más que de un conjunto del pueblo, es una gran idea que se origina en una facción del pueblo que, con el paso del tiempo, se ha ido agigantando y cuyo máximo protagonista es el PNV.

   El contrario del PNV no es el español, el maketo o el pikoleto, son los colindantes y eso es lo que somos. Hay que diferenciar, muy claramente, que para el PNV los enemigos son todos aquellos que no comulguen con su idea de que ellos son los únicos y los mejores, intelectual y étnicamente.

   Con el referéndum, pretenden agigantar ese movimiento independentista cuya otra base está alimentada por su brazo armado, ETA. Por parte del PNV nunca ha existido una oposición, ni una intencionalidad de acabar con la banda terrorista, ETA les pertenece porque son ellos mismos, duele decirlo, pero frente a las medias verdades o medias mentiras convendría que todos desatascasen un problema que no existe si las partes intervinientes, o sea, la sociedad, actúa activamente.

   La sociedad, y más en estos tiempos, se encuentra desactivada, y gracias a los poderosos medios de comunicación, la tele dirige cuando conviene a los intereses de los que detentan el poder.

   Mañana se producirá un acto más del teatro o sainete de este país, y ya empieza a darme la impresión de que hay algún interés en que se sigan sucediendo y hasta el final, que a saber cuando llegará, la historia del único protagonista que no es el pueblo vasco, sino el partido nacionalista vasco, un partido que no será democrático hasta que no pierda unas elecciones.