El regionalismo de centro

   Las dos corrientes, que pleitean en el pre congreso de Madrid,  en Cantabria  las vemos encarnadas, con matices, en dos nombres: Iñigo y Diego. Adelanto desde ahora que este análisis quedará corto en apoyos casuísticos y prosaicos por falta de espacio, por lo que se imponen las definiciones. El sino de nuestro país es que, después de las elecciones que se celebran, gane quien gane, la frase que se repite siempre es la misma, todos han ganado (hasta Llamazares). Por otro lado, de forma inmediata, antes que nada, se prepara la oposición para intentar arrebatar el poder, incluso sin empezar a gobernar  quien legítimamente lo ha conseguido en las urnas.

   El resultado congresual de Madrid, se extrapolará miméticamente a nuestra Comunidad y  tendrán que contar igual o más con el Regionalismo de Cantabria, con nuestras esencias y con nuestros caracteres, y eso sólo lo puede dinamizar un regionalismo en estado puro y definido en muchas cuestiones que ahora se quieren dejar pasar porque ¿no tocan? El regionalismo de Cantabria, por definición, tiene que ser un movimiento cantabro, autónomo, que una, con identidad y filosofía propia.

   Una falta de previsión lo está siendo que el futuro inmediato del  regionalismo cantabro se encuentra con cierta  indefinición, al depender en exceso del personalismo del líder. Se debería empezar a mirar hacia el futuro lejano, incluso contando con que Revilla volverá a encabezar la lista del regionalismo cantabro. Una cuestión importante es que  los ciudadanos no entienden como el socialismo cantabro trae de fuera de nuestra comunidad a personas en paro cuando nuestros hijos tienen que emigrar”.

   La secretaria general de los socialistas cántabros está dando muestras de esa filosofía cuando no frena esa tendencia, ahora el nuevo Director de Asuntos Europeos es gallego. Y así una larga lista. Sin olvidar que cuando se celebran elecciones en lugar de elegir a un cantabro/a se traen a una paracaidista de Madrid. Mal. El Regionalismo de centro al que estamos adscritos se preocuparía en primer lugar de los nuestros sin que esta elección sea un rechazo a lo foráneo. No, no se nos malinterprete.

   En Cantabria no damos 20 puntos por saber euskera para obtener un trabajo, porque esa formulación es discriminatoria, se mire por donde se mire, sólo que en este país todo vale y cuando se quiere rectificar ya no se puede como está ocurriendo en la conculcación de derechos y en “las separaciones” por la lengua o por la procedencia regional. Nuestro regionalismo centrista es solidario con los que vienen pero no es un regionalismo que menoscabe los legítimos derechos de los nuestros. Todos sabemos que Cantabria es tierra de acogida pero no es de recibo el traer para que nos gobierne gente de fuera teniéndola en casa.